El campo español tiembla ante los aranceles de Trump al aceite: "La almazara da trabajo a más de 60 familias del pueblo"

La carretera comarcal que abandona Madridejos, Toledo, está flanqueada primero por almendros, algunos ya en flor, viñas aún desnudas y campos de azafrán todavía invisible a estas alturas del año. Pero cuando se recorren unos pocos kilómetros el paisaje pasa a estar dominado por el olivar. Hileras e hileras de olivos que se extienden hasta donde alcanza la vista, con los Montes de Toledo como telón de fondo. El cultivo que ha sustentado la economía local desde tiempos inmemoriales en toda esta comarca manchega.

Empresas como Aceites García de la Cruz se consolidaron en Madridejos desde el siglo XIX convirtiendo las aceitunas que compraban a los agricultores locales en aceite, un oro líquido que hasta hace poco tiempo era valorado gastronómicamente solo en el área Mediterráneo. Desde los años 90, sin embargo, esta empresa se ha dedicado fundamentalmente a buscar nuevos mercados más allá del Mare Nostrum, habiendo encontrado por fin el gran filón en Estados Unidos.

"En el 2016 decidimos abrir oficina comercial en Estados Unidos, abrimos la empresa americana y me trasladé para Nueva York con mi familia, con mi mujer y con mis dos hijos adolescentes", rememora Eusebio García de la Cruz, uno de los dos hermanos que habían heredado el negocio familiar que ahora cuenta con 66 trabajadores. "Actualmente, de nuestras exportaciones, el 40% puede ser a Estados Unidos".

El país norteamericano se ha convertido recientemente en el segundo consumidor mundial de aceite de oliva, habiendo superado ya a España y quedando solo por detrás -y por poco tiempo- de Italia. España, el mayor productor mundial de aceite, ha sabido subirse a la ola de esta nueva tendencia y numerosas empresas del sector se han lanzado a la exportación que, hasta hace apenas un par de meses, parecía un negocio seguro y prometedor.

La llegada de Donald Trump a la presidencia, sin embargo, ha extendido la sombra de los aranceles sobre todo el campo español. En Madridejos, la experiencia de 2019, cuando Trump ya impuso durante unos meses tarifas al aceite español, hace temer graves repercusiones para las almazaras locales si vuelven a imponerse de manera más duradera. En Aceites García de la Cruz, para la que el 90% de su negocio proviene de la exportación, las tarifas podrían suponer un golpe durísimo.

"Nos podría hacer un daño importante", declara el copropietario de la almazara. "Podemos buscar mercados alternativos, pero es que para desarrollar un mercado nos hace falta un año. Hace falta presencia, estudio y tiempo. Pues crucemos los dedos para que no nos pongan arancel y, si no, esperemos que no nos repercuta en la mano de obra, pero lógicamente, si Trump se empeña en que envasemos en Estados Unidos, que es un poco lo que está intentando, sería un conflicto".

Túnez y Turquía podrían ser los grandes beneficiados

El aceite de oliva se había mantenido siempre como un producto extremadamente minoritario en Estados Unidos, vinculado únicamente a la cultura italoamericana. Sin embargo, en los últimos años se ha iniciado un crecimiento sostenido en su consumo por una confluencia de razones de salud, preferencias culinarias y diferencias en los gustos de los consumidores en general.

La creciente fama de la dieta mediterránea entre los estadounidenses ha generado un mercado del aceite de oliva que los escasos olivares del país, localizados esencialmente en California, no tienen capacidad para cubrir. Los aranceles anunciados por Trump a los productos agrícolas están aún por definir y no está claro si afectarán a todos los países o habrá excepciones, lo cual, según los expertos y los representantes del sector, será la clave para el impacto que puedan tener en España.

“La clave de todo esto está si todos los operadores estarán en el mercado estadounidense con las mismas reglas, en la misma situación, porque lo que ocurrió en 2019 es que a España se lo subieron, pero hubo incluso algunos otros países europeos a los que no y para ellos fue muy beneficiosa la situación”, declara Víctor Martín Cerdeño, profesor de la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid. “En aquel momento, la subida arancelaria supuso un desplome de las exportaciones del aceite de oliva español a Estados Unidos, pero si, está vez, la subida arancelaria es para todos, es probable que pueda bajar un poco el consumo, pero todo el que quiera pagar aceite allí va a tener que pagar y lo que está claro es que ellos no producen”.

España representa el 34% de las importaciones de aceite de oliva a Estados Unidos y es el principal exportador mundial a este país. En 2024 registró un incremento interanual en sus ventas del 9,8%, según datos del Consejo Oleícola Internacional. Por detrás de España se encuentra Italia, que representa el 31% de las importaciones estadounidenses, pero también se vería afectado por unos previsibles aranceles a la Unión Europea. En tercer y cuarto puesto, se encuentran los países que podrían ser los grandes beneficiados en el caso de que las tasas al comercio se impongan solo al bloque comunitario: Túnez y Turquía.

"Yo creo que Turquía, aunque produce 470.000 toneladas y se ha convertido en el segundo país productor después de España, puso también, igual que España, la tasa Google y eso le ha sentado bastante mal a Estados Unidos, así que no sé si les tocará también el arancel. Para mí el gran beneficiario sería Túnez", declara Rafael Pico presidente de la patronal olivarera Asoliva, que se muestra poco optimista a la hora de reposicionar las exportaciones españolas de aceite en otros mercados distintos al estadounidense. "Estados Unidos supone el 50% del consumo mundial fuera de la Unión Europea. Es el mercado más importante y es insustituible. Se intentará, pero va a ser difícil, las consecuencias serían bastante problemáticas, como ya lo fueron en su día".

Riesgo para el empleo en las envasadoras

Bajo las oficinas de Aceites García de la Cruz, una docena de operarios, casi todas mujeres, se afanan en dos líneas de embotellado de aceite. Las botellas vacías avanzan una detrás de otra por el lineal para ser rellenadas de aceite proveniente de la bodega. La campaña de la aceituna acaba de terminar y ha sido de las más productivas que se recuerdan. "Incluso a día de hoy nos siguen llegando agricultores con aceitunas, nunca había visto tantos coches haciendo cola para descargar producto como en estas últimas semanas", declara una trabajadora de la planta.

El envasado es la parte del negocio es la que requiere mayor mano de obra y es también la que más riesgo tiene de destrucción de empleo en caso de que se impongan los aranceles estadounidenses, que, al menos en 2019, solo afectaban al aceite embotellado y no a la oliva a granel. Desde ese año, son muchas las empresas españolas que han realizado ya inversiones en Estados Unidos para trasladar esa parte de su producción al otro lado del Atlántico y esquivar situaciones arancelarias como aquella o la que se avecina. Una alternativa, que, no obstante, no está al alcance de todas las empresas.

"Para una línea de embotellado te hacen falta ocho, diez, quince personas más el mantenimiento. Una línea de producción a veces la ves y parece que no tiene importancia, pero tiene mucha ingeniería detrás para que todos los procesos estén encajados perfectamente y que ninguno te produzca un cuello de botella. Hace falta tecnificación y gente. Esto es un conflicto para montar incluso una envasadora en Estados Unidos", explica Eusebio García de la Cruz.

—¿Empresas como la vuestra tendrían capacidad de trasladar esa parte de la producción a Estados Unidos?

—"Sí, pero no quisiéramos. En principio no tenemos intención de montar una envasadora allí. Veremos con el tiempo, pero hoy por hoy no".

En el centro de Madridejos, las conversaciones de la gente ciertamente no giran en torno a los posibles aranceles estadounidenses, pero el tema sí preocupa en la administración municipal. Francisco López Arenas llegó a la alcaldía en 2023, pero como todos en el pueblo, recuerda con intranquilidad el impacto que tuvieron los aranceles en 2019.

"Es un tema preocupante, ya hace cuatro años también se dio una situación más o menos parecida y ahora las noticias que llegan no son nada halagüeñas", declara el alcalde López Arenas desde su despacho en el ayuntamiento. "Aquí tenemos algunas empresas, principalmente, alguna almazara que es exportadora de aceite de oliva, ten en cuenta que estamos hablando de una empresa que da trabajo a más de 60 personas, más de 60 familias, en su gran mayoría, de aquí, de nuestra localidad".

La esperanza de una España que se vacía

Las lluvias incesantes de los últimos días han dejado todo el campo embarrado en torno a Madridejos, pero el agua es más que bienvenida para unos agricultores que aún celebran los excelentes resultados de la última campaña, especialmente tras el fiasco de 2024. Antonio Cañadillo es el presidente de la cooperativa de aceite de Madridejos, una de las más importante de Castilla-La Mancha en cuanto a producción de aceite y que agrupa a unos 1.200 socios, casi todos pequeños productores.

La mayoría de agricultores de la zona venden el producto a granel y lo hacen a nivel nacional por lo que los aranceles de Trump no les afectarían directamente. Sin embargo, todo está conectado en las economías locales y, de alguna forma, si las grandes almazaras se ven afectadas, la crisis también llegará a los pequeños agricultores.

"Esto ya ocurrió en 2019, cuando el presidente de Estados Unidos, el que actualmente tenemos, ya hizo otra clase de aranceles al aceite y la verdad es que nos perjudicó bastante, las economías se resienten", declara el presidente de la cooperativa, que tiene apenas cuatro trabajadores fijos y contrata temporeros para la época de recogida. "Yo creo que en el aspecto laboral no nos va a afectar porque las campañas son las que son y tenemos que tener la gente contratada y las campañas hay que hacerlas con el personal, no hay más remedio".

Cañadillo se monta en su furgoneta y enfila de vuelta al pueblo desapareciendo entre los olivos. Las aceitunas de las vegas del río Amarguillo seguirán siendo su emblema, como lo han sido durante siglos, pero el boyante negocio que ofrecía la venta de aceite a Estados Unidos está en riesgo de acabar convirtiéndose en un fiasco. Las esperanzas de almazaras como la de los García de la Cruz de que los aranceles no se hagan realidad son también las de decenas de familias a las que el negocio del aceite ha permitido seguir viviendo en esa España que se vacía día a día.

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