El viernes 25 de abril de 2025 quedará grabado en la historia del fútbol español como la víspera más insólita de una final de la Copa del Rey en sus 123 años de existencia. El amago de plante del Real Madrid incluso para jugar el partido de este sábado en La Cartuja ante el FC Barcelona tuvo como preámbulo consumado que ni el equipo blanco se presentó al entrenamiento previo a la final, ni se dieron las pertinentes ruedas de prensa anunciadas por parte de su entrenador,
Carlo Ancelotti, ni su jugador
Luka Modric y, por último, la espantada institucional del club merengue en la protocoloaria cena oficial. Dado que el gran lío se formó avanzada la tarde, las ruedas de prensa que sí ofrecieron el entrenador del Barça,
Hansi Flick, y uno de los capitanes culés,
Ronald Araujo, no se pronunciaron concretamente sobre la hipótesis de que la final no se jugara por incomparecencia del otro finalista. MD pudo saber, sin embargo, cómo se vivió en el seno de la plantilla azulgrana esa noticia que corrió como un reguero de pólvora, difundida además por diversos medios bien conectados con el club merengue: el Real Madrid pensó incluso no jugar la final, indignado por la rueda de prensa que, durante la mañana del mismo viernes, habían dado los árbitros designados para el partido, Ricardo de Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes. Ambos contestaron sin rodeos a las preguntas sobre las presiones que la televisión del Real Madrid viene haciendo cada víspera de partido, también en esta ocasión.
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