El Atlético tumba al Sevilla en el descuento, mantiene la esperanza y desata la crisis en el Pizjuán
El Sevilla se enfrenta hoy al Atlético de Madrid en el Sánchez-Pizjuán en la jornada 30 de Liga...

El Atlético de Madrid volvió este domingo a la senda de la victoria, tras tres pinchazos ligueros seguidos, con una épica remontada a domicilio ante el Sevilla. Los rojiblancos, que empezaron por detrás muy temprano, lograron crecer poco a poco para darle la vuelta a la tortilla y hacerse con los tres puntos gracias al gol de Pablo Barrios en el descuento.
El griterío de la grada contra la directiva liderada por Del Nido Carrasco no hicieron mella en los jugadores. La tropa de García Pimienta respondió a lo preparado por su cuestionado líder y ofreció un fulgurante inicio de partido. Intensos en la presión y certeros en ataque, apenas tardaron nueve minutos en abrir el marcador. Un latigazo de Agoumé desde la frontal con el interior zanjó una gran contra hilvanada por los hispalenses y puso en serios apuros a un Atlético moralmente hundido
En la misma jugada llegaría la mala noticia para los locales, la lesión de Vargas, jugador clave que abandonó el campo entre severos gestos de dolor para ser sustituido por un revulsivo Ejuke. El asedio del Sevilla continuó y cuando parecía más cerca el segundo gol de los locales, justo después de que un balón centrado por el propio Ejuke se paseara por delante de la línea de gol sin encontrar el remate de Lukébakio, llegó el tanto del empate.
Los rojiblancos apenas habían logrado una llegada resuelta con un tiro cruzado de Molina que se machó por poco. Fue en su segundo acercamiento certero cuando Gallagher fue claramente derribado por Badé en el área. No había dudas, fue señalado el claro penalti y convertido por Julián en su primer intento desde los once metros desde el fatídico doble toque que condenó al Atlético en Champions.
El empate no amilanó a los locales, pues aunque las fuerzas se igualaron tanto en el marcador como sobre el césped, estuvieron cerca de romper el empate hasta en tres ocasiones. La más clara fue para Adams, que recibió un balón filtrado perfecto que no llegó a entrar tras tocar en Oblak y ser despejado por Le Normand bajo palos.
El paso por vestuarios dio aire a ambos combinados y eso favoreció al espectáculo. Lenglet evitó un remate de Adams en el área pequeña y Nyland negó el gol a Giuliano con una gran reacción en el mano a mano.
Si algo enfrió la tensión fue el parón provocado por la lluvia de papelitos que cayó sobre la portería de Oblak al son de las protestas de la afición local contra la directiva.
Los ánimos estaban caldeados y más se caldearían con el devenir de los hechos en la recta final. El Sevilla perdió poder ofensivo y el dominio de la pelota se transfirió a los rojiblancos.
Solo Badé, en un remate de córner desviado, pudo evitar el desastre que estaba por llegar para los locales. Un tiro desde la frontal de Barrios que se coló raso en la meta de Nyland dio tres puntos de esperanza a un Atlético que se pone a tres del Madrid y a siete del Barça y desató la crisis en Nervión.
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