El ADN acorraló al exmarido de Ana Henao poco antes de que se suicidara en la prisión
Resulta irónico que la única confesión (implícita, eso sí) por parte de David Knezevich , de 37 años, sobre su culpabilidad en la muerte de su exmujer, la colombiana-estadounidense Ana María Henao (40), haya sido su propio suicidio. Policía Nacional de España, FBI, Fiscalía de Miami y el propio equipo legal de SOS Desaparecidos, comandado por Juan Manuel Medina, tenían claro que iba a ser condenado en el juicio por asesinato al que se iba a enfrentar a partir de mediados de junio en EE. UU. En un estado, Florida, que aún ejecuta a presos, aunque lo más probable es que se le fuera a pedir cadena perpetua. Nada de eso sucederá ya, porque en pleno apagón del lunes 28 de abril, la Brigada de Homicidios y Desaparecidos de la UDEV Central recibió una notificación de las autoridades americanas informando de que esa mañana habían hallado «inconsciente» en su celda del Centro de Detención Federal de Miami al acusado. Los médicos y personal de la prisión no pudieron hacer nada por mantenerlo con vida y se ha abierto una investigación, explican a ABC fuentes de toda solvencia, para aclarar cómo se dio muerte el presunto uxoricida. No ha trascendido que dejara ninguna nota explicativa ni la manera en que se quitó la vida este serbio afincado en el sur de EE. UU. desde hace años y en proceso de divorcio. El móvil de este asesinato fue económico, al resistirse el empresario a ceder parte de sus 11 millones de euros de fortuna a su ex. «El suicidio cierra un capítulo doloroso en nuestras vidas, previamente lleno del temor de que no se enfrente a la justicia –declara la familia Henao–. Es un cruel insulto final que nunca recuperemos los restos de Ana ni sepamos el alcance total de la traición que sufrió. Si bien se evita que esta familia agonice en un juicio, también deja muchas preguntas sin respuestas «. Fuentes del caso explican que poco antes de que se suicidara, las autoridades españolas habían trasladado a las americanas el resultado del análisis de las pruebas recabadas en el lugar del crimen, el piso de Francisco Silvela, 65, que la mujer había alquilado en diciembre de 2023 antes de mudarse a nuestro país en enero de 2024. El suceso tuvo lugar en la noche del 2 de febrero. Hasta ahora no había trascendido que la Policía Científica había hallado al princio de la investigación no solo ADN de la víctima en la vivienda, lo cual es lógico, sino de varias personas más. Y una de ellas resultó que era David, según el cotejo del laboratorio. Era una prueba de cargo definitiva que se estaba guardando para los preliminares del juicio y que, pese a que el cadáver de Henao no ha sido encontrado, echaba por tierra el principal argumento de Knezevich: desde el primer momento ha mantenido que jamás ha visitado España. De este modo, se cerraba un círculo en torno a él, situándolo más contra las cuerdas, pues hay imágenes parciales suyas incluso pintando con espray la cámara de seguridad el día de autos en el bloque de Francisco Silvela. Iba tapado con un casco de moto, solo se le veían los ojos y negó en todo momento que fuera él. «Ya hay pocas dudas, por no decir que ninguna, de que mató a la mujer en la vivienda y que luego se deshizo del cadáver, probablemente en algún lugar de la frontera entre Francia e Italia», mantienen las fuentes consultadas. Tanto la Policía española como el abogado Juan Manuel Medina auguran un consecuente archivo de la causa por parte de EE. UU., al haber fallecido el único acusado como autor material. Así, se hace muy complicado que los restos mortales de Ana María sean encontrados, al menos en una búsqueda activa, a no ser que alguien los halle por casualidad; una esperanza que no se puede perder si tenemos en cuenta, por ejemplo, un caso similar, el de la madrileña Juana Canal Luque, esclarecido dos décadas después de suceder y que acabó con el exnovio también entre rejas. Desde que una amiga de Ana interpuso la denuncia por desaparición, nuestros agentes han emitido comisiones rogatorias a compañías telefónicas de otros cinco países: Francia, Italia, Croacia, Serbia y Eslovenia. Son los territorios por los que pasó Knezevich en su periplo de ida y vuelta entre su país y España tras cometer el asesinato. Fue arrestado en mayo de 2024 al regresar a Miami, en el aeropuerto, donde le esperaba el FBI. La triangulación tanto de sus tres terminales como el de la propia Ana, ya muerta, en parte de ese viaje de regreso para entregar en Belgrado el coche de alquiler con el que se desplazó para el crimen y montar una coartada que ha quedado desmontada paso a paso. ABC publicó en octubre pasado el informe prácticamente íntegro de las geolocalizaciones, que revelaba que efectivamente David, tras matar a Ana, la llevó en el coche al menos hasta Francia; el terminal de ella emitió señal dentro del país galo. Luego, por un rodeo que dio en una zona boscosa del norte de Italia y que hizo que tardara con el Peugeot 208 un total 27 horas y media, en vez de 8 y media, los investigadores sospecharon que había decidido
Resulta irónico que la única confesión (implícita, eso sí) por parte de David Knezevich , de 37 años, sobre su culpabilidad en la muerte de su exmujer, la colombiana-estadounidense Ana María Henao (40), haya sido su propio suicidio. Policía Nacional de España, FBI, Fiscalía de Miami y el propio equipo legal de SOS Desaparecidos, comandado por Juan Manuel Medina, tenían claro que iba a ser condenado en el juicio por asesinato al que se iba a enfrentar a partir de mediados de junio en EE. UU. En un estado, Florida, que aún ejecuta a presos, aunque lo más probable es que se le fuera a pedir cadena perpetua. Nada de eso sucederá ya, porque en pleno apagón del lunes 28 de abril, la Brigada de Homicidios y Desaparecidos de la UDEV Central recibió una notificación de las autoridades americanas informando de que esa mañana habían hallado «inconsciente» en su celda del Centro de Detención Federal de Miami al acusado. Los médicos y personal de la prisión no pudieron hacer nada por mantenerlo con vida y se ha abierto una investigación, explican a ABC fuentes de toda solvencia, para aclarar cómo se dio muerte el presunto uxoricida. No ha trascendido que dejara ninguna nota explicativa ni la manera en que se quitó la vida este serbio afincado en el sur de EE. UU. desde hace años y en proceso de divorcio. El móvil de este asesinato fue económico, al resistirse el empresario a ceder parte de sus 11 millones de euros de fortuna a su ex. «El suicidio cierra un capítulo doloroso en nuestras vidas, previamente lleno del temor de que no se enfrente a la justicia –declara la familia Henao–. Es un cruel insulto final que nunca recuperemos los restos de Ana ni sepamos el alcance total de la traición que sufrió. Si bien se evita que esta familia agonice en un juicio, también deja muchas preguntas sin respuestas «. Fuentes del caso explican que poco antes de que se suicidara, las autoridades españolas habían trasladado a las americanas el resultado del análisis de las pruebas recabadas en el lugar del crimen, el piso de Francisco Silvela, 65, que la mujer había alquilado en diciembre de 2023 antes de mudarse a nuestro país en enero de 2024. El suceso tuvo lugar en la noche del 2 de febrero. Hasta ahora no había trascendido que la Policía Científica había hallado al princio de la investigación no solo ADN de la víctima en la vivienda, lo cual es lógico, sino de varias personas más. Y una de ellas resultó que era David, según el cotejo del laboratorio. Era una prueba de cargo definitiva que se estaba guardando para los preliminares del juicio y que, pese a que el cadáver de Henao no ha sido encontrado, echaba por tierra el principal argumento de Knezevich: desde el primer momento ha mantenido que jamás ha visitado España. De este modo, se cerraba un círculo en torno a él, situándolo más contra las cuerdas, pues hay imágenes parciales suyas incluso pintando con espray la cámara de seguridad el día de autos en el bloque de Francisco Silvela. Iba tapado con un casco de moto, solo se le veían los ojos y negó en todo momento que fuera él. «Ya hay pocas dudas, por no decir que ninguna, de que mató a la mujer en la vivienda y que luego se deshizo del cadáver, probablemente en algún lugar de la frontera entre Francia e Italia», mantienen las fuentes consultadas. Tanto la Policía española como el abogado Juan Manuel Medina auguran un consecuente archivo de la causa por parte de EE. UU., al haber fallecido el único acusado como autor material. Así, se hace muy complicado que los restos mortales de Ana María sean encontrados, al menos en una búsqueda activa, a no ser que alguien los halle por casualidad; una esperanza que no se puede perder si tenemos en cuenta, por ejemplo, un caso similar, el de la madrileña Juana Canal Luque, esclarecido dos décadas después de suceder y que acabó con el exnovio también entre rejas. Desde que una amiga de Ana interpuso la denuncia por desaparición, nuestros agentes han emitido comisiones rogatorias a compañías telefónicas de otros cinco países: Francia, Italia, Croacia, Serbia y Eslovenia. Son los territorios por los que pasó Knezevich en su periplo de ida y vuelta entre su país y España tras cometer el asesinato. Fue arrestado en mayo de 2024 al regresar a Miami, en el aeropuerto, donde le esperaba el FBI. La triangulación tanto de sus tres terminales como el de la propia Ana, ya muerta, en parte de ese viaje de regreso para entregar en Belgrado el coche de alquiler con el que se desplazó para el crimen y montar una coartada que ha quedado desmontada paso a paso. ABC publicó en octubre pasado el informe prácticamente íntegro de las geolocalizaciones, que revelaba que efectivamente David, tras matar a Ana, la llevó en el coche al menos hasta Francia; el terminal de ella emitió señal dentro del país galo. Luego, por un rodeo que dio en una zona boscosa del norte de Italia y que hizo que tardara con el Peugeot 208 un total 27 horas y media, en vez de 8 y media, los investigadores sospecharon que había decidido deshacerse del cadáver de su exesposa. Homicidios se desplazó hasta el país transalpino para peinar esa área, sin éxito. Las cámaras captaron el turismo, arrendado en Serbia, al que le cambió las placas por unas robadas en Alcalá de Henares, cuando acudió a comprar pintura el mencionado espray de pintura a una ferretería de Coslada. La Policía Nacional cree que lo hizo por asfixia mecánica, pues la Científica no halló ni una gota de sangre de ella en el apartamento. Y que David luego metió el cuerpo de la mujer, de menuda complexión, en una maleta que se llevó en el Peugeot. Los controles de peajes y cámaras de tráfico también lo sitúan en territorio español desde Madrid hasta el paso fronterizo de la Junquera (Gerona). Y eso que él le había dicho a su madre que saldría a pasar unos días en Montenegro, llegando incluso a enviarle fotos supuestamente hechas en la costa de ese país.
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