Dinamarca ha prohibido los móviles en todas las escuelas. Y tiene una buena razón para que le siga el resto de Europa
El paso del tiempo posiblemente dictará sentencia sobre los verdaderos problemas, de haberlos, que ejercen las pantallas y los móviles en los más pequeños. Mientras tanto, algunas naciones se han adelantado con legislaciones pioneras que no hemos visto en el resto del planeta. Una de ellas es Dinamarca, y tiene alguna cosa que decir al resto de Europa. Una medida sin precedentes. El gobierno de Dinamarca ha decidido dar un paso firme en la regulación del uso de dispositivos móviles en la infancia al anunciar la prohibición total de teléfonos y tabletas personales en las escuelas. La medida, presentada por el ministro de Educación, Mattias Tesfaye, responde a las recomendaciones de la Comisión de Bienestar Juvenil, que alertó sobre el impacto negativo de los teléfonos en la salud mental, la socialización y el rendimiento académico de los estudiantes. Aunque los detalles aún no han sido revelados completamente, el gobierno ha dejado claro que la prohibición se aplicará tanto en las aulas como durante los recreos. Además, la comisión también recomendó restringir el uso de teléfonos a menores de 13 años, una propuesta que podría marcar un cambio significativo en la forma en que los niños interactúan con la tecnología en Dinamarca. En Vida Extra Imagina faltar un día al rodaje de Breaking Bad y que los guionistas terminen creando uno de los personajes más carismáticos de la serie en tu ausencia Un debate global. La cuestión sobre el uso de móviles en las escuelas no es exclusiva de Dinamarca, por supuesto. En países como el Reino Unido, muchas instituciones han implementado restricciones, pero no existe una prohibición a nivel nacional. Escocia, Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte han emitido guías para regular su uso, pero dejan la decisión final en manos de cada escuela. En España, como contamos, se está preparando regular el acceso. El problema central es el impacto de la hiperconectividad en los niños y adolescentes. Según Rasmus Meyer, presidente de la comisión que impulsó la medida, la presencia de un teléfono en la vida de un niño “ocupa todo el espacio” y “pone en riesgo su autoestima”. Para Meyer, la tecnología no es solo una herramienta, sino un elemento que redefine la dinámica de la infancia, muchas veces de manera perjudicial. Investigaciones sobre el impacto. El creciente interés por los efectos de los teléfonos en la educación ha llevado a múltiples estudios sobre su impacto en el bienestar infantil. Una reciente investigación de la Universidad de Birmingham analizó la diferencia entre escuelas que prohíben los teléfonos y aquellas que los permiten. ¿Resultados? Si bien el bienestar general de los alumnos no varía significativamente entre ambos modelos, sí hay un deterioro en la capacidad de concentración y en la calidad de las interacciones sociales. Además, los expertos coinciden en que el problema va más allá de los resultados académicos. La constante presencia de dispositivos digitales ha generado un aumento en la ansiedad, la falta de sueño y una menor capacidad de atención en niños y adolescentes. La prohibición de los móviles en las escuelas es vista, por tanto, no solo como una cuestión de disciplina, sino como una estrategia para recuperar la infancia analógica y la interacción cara a cara. El efecto en alumnos y docentes. En las escuelas danesas, la implementación de la prohibición podría generar un cambio profundo en la dinámica educativa. Algunas instituciones que han aplicado restricciones similares reportan mejoras en la convivencia escolar, mayor participación en clase y una reducción en los conflictos derivados del uso de redes sociales. Por supuesto, existen desafíos. Con la digitalización de los materiales educativos, los dispositivos electrónicos han pasado a ser herramientas fundamentales en el aprendizaje. Esto plantea la necesidad de equilibrar el acceso a la tecnología con la regulación de su uso en espacios no académicos. Plus: la prohibición total podría generar resistencia entre algunos padres y estudiantes, quienes consideran que los teléfonos son una herramienta de comunicación necesaria. Con todo, el gobierno danés argumenta que la medida busca precisamente establecer límites saludables y fomentar una relación más equilibrada con la tecnología. En Decoesfera De balcón estrecho y triste usado como trastero, a rincón de ensueño para conectar con la naturaleza y disfrutar del sol Una llamada al resto de Europa. La decisión de Dinamarca de prohibir los teléfonos en las escuelas marca un precedente importante en el debate sobre la infancia digital. Aunque la efectividad de la medida en términos académicos sigue siendo discutida, su impacto en la socialización y la salud mental de los niños es innegable. Con el aumento de la preocupación global sobre los efectos de la tecnología en la juventud, es
El paso del tiempo posiblemente dictará sentencia sobre los verdaderos problemas, de haberlos, que ejercen las pantallas y los móviles en los más pequeños. Mientras tanto, algunas naciones se han adelantado con legislaciones pioneras que no hemos visto en el resto del planeta. Una de ellas es Dinamarca, y tiene alguna cosa que decir al resto de Europa.
Una medida sin precedentes. El gobierno de Dinamarca ha decidido dar un paso firme en la regulación del uso de dispositivos móviles en la infancia al anunciar la prohibición total de teléfonos y tabletas personales en las escuelas. La medida, presentada por el ministro de Educación, Mattias Tesfaye, responde a las recomendaciones de la Comisión de Bienestar Juvenil, que alertó sobre el impacto negativo de los teléfonos en la salud mental, la socialización y el rendimiento académico de los estudiantes.
Aunque los detalles aún no han sido revelados completamente, el gobierno ha dejado claro que la prohibición se aplicará tanto en las aulas como durante los recreos. Además, la comisión también recomendó restringir el uso de teléfonos a menores de 13 años, una propuesta que podría marcar un cambio significativo en la forma en que los niños interactúan con la tecnología en Dinamarca.
Un debate global. La cuestión sobre el uso de móviles en las escuelas no es exclusiva de Dinamarca, por supuesto. En países como el Reino Unido, muchas instituciones han implementado restricciones, pero no existe una prohibición a nivel nacional. Escocia, Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte han emitido guías para regular su uso, pero dejan la decisión final en manos de cada escuela. En España, como contamos, se está preparando regular el acceso.
El problema central es el impacto de la hiperconectividad en los niños y adolescentes. Según Rasmus Meyer, presidente de la comisión que impulsó la medida, la presencia de un teléfono en la vida de un niño “ocupa todo el espacio” y “pone en riesgo su autoestima”. Para Meyer, la tecnología no es solo una herramienta, sino un elemento que redefine la dinámica de la infancia, muchas veces de manera perjudicial.
Investigaciones sobre el impacto. El creciente interés por los efectos de los teléfonos en la educación ha llevado a múltiples estudios sobre su impacto en el bienestar infantil. Una reciente investigación de la Universidad de Birmingham analizó la diferencia entre escuelas que prohíben los teléfonos y aquellas que los permiten. ¿Resultados? Si bien el bienestar general de los alumnos no varía significativamente entre ambos modelos, sí hay un deterioro en la capacidad de concentración y en la calidad de las interacciones sociales.
Además, los expertos coinciden en que el problema va más allá de los resultados académicos. La constante presencia de dispositivos digitales ha generado un aumento en la ansiedad, la falta de sueño y una menor capacidad de atención en niños y adolescentes. La prohibición de los móviles en las escuelas es vista, por tanto, no solo como una cuestión de disciplina, sino como una estrategia para recuperar la infancia analógica y la interacción cara a cara.
El efecto en alumnos y docentes. En las escuelas danesas, la implementación de la prohibición podría generar un cambio profundo en la dinámica educativa. Algunas instituciones que han aplicado restricciones similares reportan mejoras en la convivencia escolar, mayor participación en clase y una reducción en los conflictos derivados del uso de redes sociales.
Por supuesto, existen desafíos. Con la digitalización de los materiales educativos, los dispositivos electrónicos han pasado a ser herramientas fundamentales en el aprendizaje. Esto plantea la necesidad de equilibrar el acceso a la tecnología con la regulación de su uso en espacios no académicos.
Plus: la prohibición total podría generar resistencia entre algunos padres y estudiantes, quienes consideran que los teléfonos son una herramienta de comunicación necesaria. Con todo, el gobierno danés argumenta que la medida busca precisamente establecer límites saludables y fomentar una relación más equilibrada con la tecnología.
Una llamada al resto de Europa. La decisión de Dinamarca de prohibir los teléfonos en las escuelas marca un precedente importante en el debate sobre la infancia digital. Aunque la efectividad de la medida en términos académicos sigue siendo discutida, su impacto en la socialización y la salud mental de los niños es innegable.
Con el aumento de la preocupación global sobre los efectos de la tecnología en la juventud, es posible que otros países sigan el ejemplo danés en pocos años. La gran pregunta es si la prohibición de los teléfonos será suficiente para contrarrestar los efectos negativos de la digitalización, o si será necesario un enfoque más amplio que incluya educación digital, apoyo a las familias y una revisión profunda del modelo tecnológico en el que se está criando a las nuevas generaciones.
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Dinamarca ha prohibido los móviles en todas las escuelas. Y tiene una buena razón para que le siga el resto de Europa
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por
Miguel Jorge
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