Desafío: el Gobierno enfrenta vencimientos por $9,2 billones en un contexto complejo
Es el monto que este jueves deberá buscar en el mercado local para refinanciar lo que le caduca en una semana, en un marco de tasas al alza y desarme de las inversiones en moneda local

El Gobierno podría enfrentar esta semana una situación inédita: por primera vez desde que asumió, buscará renovar $9,2 billones de deuda, en un contexto de mercado local caracterizado por un rebrote de aversión al peso como moneda de resguardo.
Hasta aquí, la administración Milei se había caracterizado por superar holgadamente estas instancias, algo que le permitió ir armando un colchón de liquidez de resguardo para no tener dificultades a la hora de hacer frente (de ser necesario) a estas obligaciones, aun cuando no hubiera demanda por los instrumentos en pesos que ofrecía. Esta vez, de no mediar anuncios hasta el jueves (día programado para la licitación) que cambien las expectativas de mercado, podría ser distinto.
Es que que no parece haber mucho apetito por invertir en pesos (a menos que una tasa alta compense el riesgo), y menos a largo plazo, con un horizonte cambiario aún por despejarse.
Además, en la caja oficial sólo hay pesos como para cubrir menos de dos tercios del compromiso de pago que se enfrenta a fin de mes (menos de $6 billones), a menos que se recurra -en caso de ser necesario- a liquidar parte de lo “ahorrado” en dólares (que fue juntado para ir garantizando los pagos de los bonos en dólares). Esto se debe a que la opción de emitir pesos sin respaldo para cubrir estas obligaciones (como se hizo común en los últimos años) quedó felizmente desechada.
Para los analistas, la prueba existe, pero no debería ser tan exigente, a menos que las condiciones de mercado se deterioren aún más desde mañana, cuando vuelva a operar el mercado local.
Claro que eso no quiere decir que la deuda que se coloque no sea más cara y de menor calidad, ya que, frente a las presentes circunstancias, el Gobierno debería volver a ofrecer instrumentos atados a algún indexador o a plazos cortos (como ya vino haciendo en las últimas licitaciones) para no tener que validar tasas de interés fijas muy desalineadas con las expectativas inflacionarias actuales.
“El vencimiento que enfrenta el Gobierno es importante, pero, según nuestras estimaciones, sólo la mitad -básicamente relacionado con la Letra de Capitalización (Lecap) que vence el lunes- estaría en manos de privados. Eso ya te da una base de sustentación importante. Claro que refinanciar el resto probablemente sea más complicado: habrá que ver qué nivel de suba de tasas están dispuestos a tolerar, tomando en cuenta que la curva de tasas está invertida, lo que indica que el proceso de desinflación se interrumpió”, explicó el economista Sebastián Menescaldi, director de la consultora Eco Go.
Menescaldi recuerda que parte del resultado de la subasta dependerá del menú de instrumentos que defina la Secretaría de Finanzas, a cargo de Pablo Quirno (lo debe dar a conocer mañana), o de la estrategia que en previamente aplique el Gobierno, en el sentido de si hubiera algún anuncio para calmar al mercado o si se decidieran a intervenir en los mercados secundarios para levantar en la previa los precios de los bonos y las Lecap, con el objetivo de llegar a la licitación con un nivel de tasas menor.
Para Juan José Vázquez, jefe de estrategias de Cohen Aliados Financieros, el panorama actual sugiere que “es muy probable que el Tesoro el jueves termine captando menos pesos de lo que le vence el lunes para descomprimir tasas, aun cuando proponga un menú de opciones con instrumentos cortos y algún papel ajustable por el dólar oficial (Dollar-Linked). Esto contradeciría lo que venía sosteniendo sobre la certidumbre cambiaria, pero le ayudaría a limitar la presión que se nota en el mercado del dólar futuro”.
“Tiene que afrontar vencimientos por $9,2 billones concentrados en la Lecap S31M5 y el Boncer TZXM5, en un contexto complicado, dado el empinamiento en los rendimientos de los bonos en pesos, la fuerte suba de las tasas implícitas de los contratos de futuros de dólar y la pérdida de reservas por ventas de divisas que tuvo que hacer el BCRA”, recuerda.
No obstante, de última, el Gobierno tiene unos $6 billones en depósitos en el BCRA y también contaba con depósitos dentro del BNA, que terminaban en LEFI rindiendo 29% de TNA. Dado el repunte de tasas cortas, posiblemente parte de esos fondos se hayan canalizado a estos instrumentos que vencen el 31 de marzo, lo que haría que el vencimiento real por enfrentar sea menor.
La secuencia comenzará mañana con el llamado a la licitación y, 48 horas después, se realizará la adjudicación. Solo entonces, con las cartas sobre la mesa, los pronósticos podrán ser más afinados. Por lo pronto, la situación por enfrentarse, ahora que se aguó la fiesta del carry trade debido a la incertidumbre cambiaria derivada de las redefiniciones que puede forzar el acuerdo en ciernes con el FMI, podría ser inédita en tiempos de la “era Milei”.