Del ‘extra omnes’ al ‘habemus papam’, un glosario para entender el cónclave
Expresiones en latín, reglas que vienen de la Edad Media y mucho secretismo confluyen en el proceso de elección de un nuevo pontífice: aquí, una guía para no perderse Rouco Varela se baja del precónclave: adiós a la influencia del 'vicepapa' español en el Vaticano La palabra cónclave viene del latín cum clavis, que quiere decir bajo llave. El secretismo y la tradición marcan una elección que tiene casi todo de políotica pero apela a la inspiración divina. Estos son algunos de los términos que se utilizan en la designación del líder de la Iglesia católica, una religión con casi 1.400 millones de fieles en todo el mundo. Sede vacante Es la frase que se encuentra en todas las comunicaciones oficiales del Vaticano desde la muerte del Papa hasta la elección del siguiente. Pio XII reguló lo que ocurre cuando el Vaticano se queda sin su líder. Todos los cargos de responsabilidad, incluido el secretario de Estado y los ‘ministros’ o prefectos de las congregaciones, se quedan sin sus cargos. A partir de aquí solo mandan el Camerlengo, que se encarga de los asuntos cotidianos y de organizar los funerales, y el Colegio Cardenalicio se reúne en las congregaciones generales para preparar el cónclave. Pro eligendo Papa Es la misa que se celebra justo antes de que dé comienzo el cónclave, con todos los cardenales, los electores y los que no lo son. La de este cónclave es el día 7 por la mañana y la oficia el italiano Gianbattista Re, decano del Colegio Cardenalicio, en la basílica de San Pedro. Desde el momento en el que acaba la liturgia los electores ya no podrán tener comunicación con el exterior. Re debería también dirigir el cónclave, pero por edad no puede entrar en la Capilla Sixtina, así que el Colegio Cardenalicio ha designado al ex número dos de Francisco, Pietro Parolin. “Veni, creator Spiritus” Es lo que dicen los cardenales cuando entran al Palacio Apostólico para encerrarse en la Capilla Sixtina, porque se supone que la elección del nuevo Papa está “inspirada por el espíritu santo”. Capilla Sixtina Es la sede del cónclave y está en el Palacio Apostólico del Vaticano. Sus techos están decorados por el fresco más conocido del mundo, el del Juicio Universal de Miguel Ángel, y permanece cerrada al público desde que comienzan los trabajos de adaptación para acoger las votaciones. Entre ellos, igualar la altura de los suelos para que ningún participante ocupe un lugar preeminente. La Capilla Sixtina apresura sus preparación al cónclave instalando las estufas y sus mesas. Universi Dominici Gregis Es la ‘ley’ que regula el periodo desde que se muere un Papa hasta que se elige el siguiente. La firma Juan Pablo II y fue publicada en 1996, aunque Benedicto XVI le hizo algunas modificaciones en febrero de 2013, poco antes de renunciar. In nomine Domini Fue en 1059 con la bula papal “In nomine Domini” del papa Nicolás II cuando se estableció que solo los cardenales pueden elegir al Papa. Ingravescentem Aetatem Es la justificación edadista del cónclave: el papa Pablo VI fue el que estableció en noviembre de 1970 que solo pueden votar los cardenales que no hayan cumplido 80 años en el momento en el que comienza el cónclave. En este cónclave ha habido bastante polémica con esto, porque hubo baile de fechas de nacimiento de dos cardenales. Juramento de secreto Todas las personas que participan en el cónclave y que no son cardenales tienen que hacer un juramento de secreto absoluto antes de que comience. Entre ellos, el secretario del Colegio Cardenalicio, el maestro de celebraciones litúrgicas pontificias y sus ayudantes, religiosos de la sacristía pontificia y los que están disponibles para las confesiones en varias lenguas, médicos y enfermeras, los ascensoristas del Palacio Apostólico, las personas encargadas de la comida y la limpieza, el personal de florería y mantenimiento, los choferes que tra

Expresiones en latín, reglas que vienen de la Edad Media y mucho secretismo confluyen en el proceso de elección de un nuevo pontífice: aquí, una guía para no perderse
Rouco Varela se baja del precónclave: adiós a la influencia del 'vicepapa' español en el Vaticano
La palabra cónclave viene del latín cum clavis, que quiere decir bajo llave. El secretismo y la tradición marcan una elección que tiene casi todo de políotica pero apela a la inspiración divina. Estos son algunos de los términos que se utilizan en la designación del líder de la Iglesia católica, una religión con casi 1.400 millones de fieles en todo el mundo.
Sede vacante
Es la frase que se encuentra en todas las comunicaciones oficiales del Vaticano desde la muerte del Papa hasta la elección del siguiente. Pio XII reguló lo que ocurre cuando el Vaticano se queda sin su líder. Todos los cargos de responsabilidad, incluido el secretario de Estado y los ‘ministros’ o prefectos de las congregaciones, se quedan sin sus cargos. A partir de aquí solo mandan el Camerlengo, que se encarga de los asuntos cotidianos y de organizar los funerales, y el Colegio Cardenalicio se reúne en las congregaciones generales para preparar el cónclave.
Pro eligendo Papa
Es la misa que se celebra justo antes de que dé comienzo el cónclave, con todos los cardenales, los electores y los que no lo son. La de este cónclave es el día 7 por la mañana y la oficia el italiano Gianbattista Re, decano del Colegio Cardenalicio, en la basílica de San Pedro. Desde el momento en el que acaba la liturgia los electores ya no podrán tener comunicación con el exterior. Re debería también dirigir el cónclave, pero por edad no puede entrar en la Capilla Sixtina, así que el Colegio Cardenalicio ha designado al ex número dos de Francisco, Pietro Parolin.
“Veni, creator Spiritus”
Es lo que dicen los cardenales cuando entran al Palacio Apostólico para encerrarse en la Capilla Sixtina, porque se supone que la elección del nuevo Papa está “inspirada por el espíritu santo”.
Capilla Sixtina
Es la sede del cónclave y está en el Palacio Apostólico del Vaticano. Sus techos están decorados por el fresco más conocido del mundo, el del Juicio Universal de Miguel Ángel, y permanece cerrada al público desde que comienzan los trabajos de adaptación para acoger las votaciones. Entre ellos, igualar la altura de los suelos para que ningún participante ocupe un lugar preeminente.
Universi Dominici Gregis
Es la ‘ley’ que regula el periodo desde que se muere un Papa hasta que se elige el siguiente. La firma Juan Pablo II y fue publicada en 1996, aunque Benedicto XVI le hizo algunas modificaciones en febrero de 2013, poco antes de renunciar.
In nomine Domini
Fue en 1059 con la bula papal “In nomine Domini” del papa Nicolás II cuando se estableció que solo los cardenales pueden elegir al Papa.
Ingravescentem Aetatem
Es la justificación edadista del cónclave: el papa Pablo VI fue el que estableció en noviembre de 1970 que solo pueden votar los cardenales que no hayan cumplido 80 años en el momento en el que comienza el cónclave.
En este cónclave ha habido bastante polémica con esto, porque hubo baile de fechas de nacimiento de dos cardenales.
Juramento de secreto
Todas las personas que participan en el cónclave y que no son cardenales tienen que hacer un juramento de secreto absoluto antes de que comience. Entre ellos, el secretario del Colegio Cardenalicio, el maestro de celebraciones litúrgicas pontificias y sus ayudantes, religiosos de la sacristía pontificia y los que están disponibles para las confesiones en varias lenguas, médicos y enfermeras, los ascensoristas del Palacio Apostólico, las personas encargadas de la comida y la limpieza, el personal de florería y mantenimiento, los choferes que transportan a los cardenales de Santa Marta a la Capilla Sixtina, los agentes y cargos de la Guardia Suiza y el director de Seguridad y Protección Civil del Vaticano y sus colaboradores.
En la ceremonia (el 5 de mayo) se pronuncia este juramento: “Declaro que presto este juramento con plena conciencia de que cualquier infracción del mismo incurrirá en la pena de excomunión automática (latae sententiae) reservada a la Sede Apostólica”
Los cardenales también juran secreto en la Capilla Sixtina, y Juan Pablo II había ordenado que se mantuviera también después del cónclave, aunque se han sabido detalles de las últimas elecciones papales a posteriori.
“Extra omnes”
En latín significa “Fuera todos”. Son las palabras que pronuncia el maestro de celebraciones litúrgicas –en este caso el italiano Diego Ravelli– y que suponen el comienzo oficial del cónclave. Todos los que no pueden votar deben salir de la Capilla Sixtina, cuyas puertas se cierran.
Escrutadores
Tres cardenales elegidos por sorteo dentro del cónclave son los encargados de recoger, contar y verificar las papeletas de votación en cada escrutinio. Cada papeleta se va perforando con un aguja para engancharla en un hilo, de manera que se eviten errores en el recuento.
Ballotaggio o segunda vuelta
Fue establecida por Benedicto XVI por si no se llegaba a un acuerdo para nombrar Papa. Después de 34 votaciones (son cuatro al día) se toman los dos nombres con más apoyos y se vuelve a votar (los dos candidatos finalistas no votan) hasta que se llegue a una mayoría de dos tercios. En cualquier caso, los últimos cónclaves no duraron más de tres días, como máximo cinco.
Quorum
Es el número mínimo de votos necesarios para una elección válida. Si los electores son 133, el Papa elegido debería contar al menos con 89 apoyos.
Fumata negra, fumata blanca
Los cardenales votan cuatro veces al día, dos por la mañana y dos por la tarde. En este caso, el primer día no habrá votación por la mañana porque el cónclave empieza por la tarde. Al final de las votaciones matutinas y vespertinas, se lanza el mensaje a los fieles que esperan en la plaza: humo negro (fumata negra) quiere decir que no ha habido acuerdo. Si se llega a una mayoría, no se espera y se lanza por la chimenea la fumata blanca que indica que hay un nuevo Papa.
Aceptación canónica
Acceptasne electionem es la frase en latín que el decano dirige al cardenal elegido como nuevo Papa. “¿Aceptas tu elección?”. Es el momento en el cual el cardenal elegido acepta formalmente convertirse en Papa y elige su nombre.
Ratzinger eligió Benedicto en memoria de san Benedicto de Nursia, quien fundó la orden de los benedictinos y que es considerado como el santo patrón de la cristiandad en Occidente. Bergoglio eligió Francisco por san Francisco de Asís, el santo italiano del siglo XIII conocido por su vida de pobreza, humildad y amor por la naturaleza.
Sala de las lágrimas
Cuando termina el cónclave, el Papa elegido entra en la llamada Sala de las lágrimas, que es en realidad la sacristía de la Capilla Sixtina. Se supone que ahí es donde el nuevo pontífice, emocionado hasta las lágrimas (de ahí su nombre) es consciente del encargo que le han hecho. Allí le esperan las vestimentas con las que saldrá al balcón de San Pedro a saludar.
Paramenti papali
Se preparan en tres tallas diferentes para que puedan servir a cualquier cardenal que sea elegido Papa. Se encargan con antelación, y en esta ocasión se han confeccionado en Mancinelli Clero, un pequeño taller en el que Raniero Mancinelli y su nieto Lorenzo del Toro han elaborado las prendas.
“Habemus Papam”
Con estas palabras en latín se comunica la noticia. La frase completa es “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!” (Les anuncio una gran alegría: ¡tenemos Papa!) Lo hace el cardenal protodiacono de la Logia Central de San Pedro. En este caso será el francés Dominique Mamberti el que haga el anuncio al mundo.
Obispo de Roma
El Papa, líder de la Iglesia católica, es también el obispo de Roma. La sede del obispado romano es la basílica de San Giovanni in Laterano (San Juan de Letrán, en español), situada en el centro de la ciudad. De hecho, Francisco se refirió a ello en sus primeras palabras como Papa en el balcón de San Pedro. “Como sabéis, el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo...pero estamos aquí”, dijo el 13 de marzo de 2013.
Urbi et Orbi
Es la bendición solemne que hace el nuevo Papa a los files de la ciudad de Roma (Urbi) y al mundo (Orbi) después de ser elegido Papa desde el balcón central de la basílica de San Pedro y en otras ocasiones especiales. El último Urbi et Orbo de Francisco fue durante la celebración del domingo de Pascua el 20 de abril, el día antes de morir.