Hay que empezar por lo obvio: hay excelentes cofrades , gente de túnica que cree en lo que se representa en sus imágenes y procura rezar unos segundos delante de cada paso que ve que sigue los concursos de Carnaval , busca los destellos de poesía o de gracia en cada verso y que al terminar y saber que tiene que despedirse para casi un año cambia el disfraz por la abstinencia para asomarse al horizonte de los días en busca de la Semana Santa . De eso hay tan pocas dudas como de que también abundan quienes escuchan chirigotas y marchas en agosto o en noviembre, acuden a procesiones extraordinarias en octubre y a conciertos de comparsas de éxito...
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