¿Cuántos de los 118 escaños del PSOE hoy serían de Baleares?

Las encuestas de esta semana coinciden en que el PP, en unas elecciones a fecha de hoy, alcanzaría los 149 escaños, frente a los 118 del PSOE. Es una ironía los correspondientes a los socialistas, viendo la que está cayendo en el día a día. Hablo de las encuestas de bien acreditada credibilidad, frente a … Continuar leyendo "¿Cuántos de los 118 escaños del PSOE hoy serían de Baleares?"

Abr 23, 2025 - 17:39
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¿Cuántos de los 118 escaños del PSOE hoy serían de Baleares?

Las encuestas de esta semana coinciden en que el PP, en unas elecciones a fecha de hoy, alcanzaría los 149 escaños, frente a los 118 del PSOE. Es una ironía los correspondientes a los socialistas, viendo la que está cayendo en el día a día. Hablo de las encuestas de bien acreditada credibilidad, frente a la astracanada del CIS, bufón demoscópico del PSOE, que viviendo del presupuesto público estaría rozando el delito al seguir empeñado en falsear la más que probable tendencia estadística.

Falsear es alterar la sensación de la opinión pública, llevándola a creerse un equívoco y en consecuencia pensar que los del PSOE siguen por encima del centroderecha en intención de voto. Algo que no concuerda con lo que tiene que ver con la realidad. Acudir a la RAE deja meridianamente claro el significado de falsear: «Adulterar o corromper algo». Un delito, vamos, si ello sucede echando mano del dinero público que sí, sí y sí es de todos.

Aunque en definitiva lo que finalmente va a contar es el voto en las urnas y aquí en Baleares lo que aportamos al Congreso de los Diputados se limita a ocho escaños, que en tiempos de normalidad ya desaparecidos, dibujaba el paisaje del bipartidismo en cinco los populares y tres los socialistas. 

Desde el año 2015, preferentemente, se ha desarmado aquel equilibro de la discreta distancia, 5 y 3, para instalarse en la correspondencia del 4 vs 4. Lo que cabría interpretar, en el sentido de que ha mutado la sensibilidad social en Baleares. Palabra, mutación, que nos anuncia «la agitación social que trastorna la normalidad de la vida colectiva». La RAE. Porque el relato de la izquierda se ha colado en nuestras vidas con tintes woke porque eso es lo que se estila, como consecuencia del dogma de la corrección política. 

La moción de censura contra Mariano Rajoy –el PP- a mediados de 2018, irónicamente defendida por José Luis Ábalos, ha sumido a España en un inmenso estercolero ideológico. Cinco años después, el 23J de 2023, ya con el sanchismo habiendo mostrado su cenagosa cara, como electores fuimos obligados a enfrentarnos contra los elementos y el fantasma del pucherazo

Entonces, el resultado en Baleares fue 255.850 votos en el centroderecha y 235.273 en la extrema izquierda, el PSIB-PSOE incluido porque también lo es. Lo significativo fueron los 320.522 abstencionistas. Cifra considerable. ¿Cuántos de ellos debido a la trampa de la convocatoria en lo profundo del verano y cuántos perdidos en los plazos del voto por correo? Siguen ahí los más de 300.000 votos de Baleares, algunos de ellos por supuesto ejerciendo su derecho a darle la espalda a las urnas. Llama en todo caso la atención el hecho de que el centroderecha solamente aventajase a la extrema izquierda en 20.577 sufragios. Un equilibrio que siempre invita a la inestabilidad.

Nuestro presente es altamente preocupante porque el equilibrio 4 y 4 no es necesariamente reflejo de nuestra realidad. Es cierto que el turismo nos ha instalado en la prosperidad, aunque no lo es menos que el tejido social en el sector económico más importante, y que aglutina al 80% de los asalariados, no siempre ha contado con un empresariado decidido a armonizar todas las necesidades reclamabas por sus trabajadores; algo bien aprovechado por la extrema izquierda para desestabilizar y crear conflictos, señalando siempre al centroderecha como el enemigo a batir y en esas seguimos estando.

El relato ganado por la izquierda, mientras la negociación de los convenios sigue señalada por unos sindicatos sumisos a la progresía, criminalizando a los empresarios como el mal que debe ser abatido. Este es un panorama del todo diabólico que debería afrontar el Govern de Marga Prohens, si cierto y verdad es que quiere apostar por una paz social basada en el consenso, que es palabra que refiere «el acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo». La RAE. No es menos cierto, que unos avales sindicalistas tan escorados a la progresía podrían ser una bitácora engañosa.

Ahí están los 320.522 votos abstencionistas del 2023. ¿Cuántos podrían ser rescatados para la paz social de existir una firme voluntad en ello?

Lo cierto es que hoy en día andamos instalados en el 4 y 4; sólo que en el 4 de la extrema izquierda parecen tener cabida a veces Més y otras Podemos-Sumar con Més en la ecuación. Lo que en la práctica es lo mismo. Siempre el PSIB-PSOE, su necesario aval en la proyección exterior –el Congreso de los Diputados- y con Francina Armengol como su tan cuestionada albacea.

Esa relación 4 x 4 parece haberse instalado aquí y sin posibilidad alguna de contribuir a nuestro bien común. Los cuatro baleares de izquierdas sabemos a qué han venido dedicándose los últimos siete años en el Congreso de los Diputados. ¿Es necesario enumerar las consecuencias? Me pregunto, si hay entre los 320.522 votos abstencionistas del 2023 margen suficiente para ir a frenar la escalada de la extrema izquierda, dispuesta a instalar en nuestro día a día la inseguridad jurídica, porque esos 235.273 votos recogidos en el año 2023  no tienen ninguna intención de cambiar. Son basura woke que no es poco tratándose del último refugio friki-gauche, en la Unión Europea.  

¿Cuántos de los 118 escaños del PSOE hoy serían de Baleares? Ups!