Cruzar medio mundo en un coche de 900 euros le ha dado a este tiktoker la mejor 'road movie' del 2025
Viaje del año - Sin planificación, sin asistencia y con apenas recursos, el viaje se convierte en un recorrido por lo más improbable del continenteLa travesía más extrema de un animal terrestre la hicieron iguanas prehistóricas sobre balsas vegetales en el Pacífico Un coche que vibra como si pidiera piedad, una cama hecha con una maleta de plástico y una ruta que atraviesa media Eurasia. Así arranca la odisea moderna de viajar desde Barcelona hasta Japón en un coche que casi no arranca. Esta historia no va de visitar países ni de coches impecables. Va de una idea tan simple como potente: llegar a Tokio conduciendo lo que muchos habrían mandado al desguace hace años. La máquina más improbable en la ruta más larga Que se caliente el motor en Mónaco durante la primera etapa y que haya que trucar el ventilador para seguir avanzando no parece el mejor comienzo para una aventura de 14.500 kilómetros. Sin embargo, Fabio Belnome ha decidido tomárselo con filosofía. En su vídeo más viral, que ya roza los 10 millones de visualizaciones, desmonta con calma el sensor de temperatura mientras comenta que el Fiat Marea, comprado por 900 euros, va “como puede”. En ese momento aún quedaban más de trece mil kilómetros por delante y ningún país complicado superado. Fabio no es nuevo en esto. Ha recorrido Nueva Zelanda, la India y Estados Unidos sobre cuatro ruedas, aunque nunca con un coche tan limitado ni con una distancia tan exigente. Esta vez no hay moteles, ni planificación meticulosa, ni copilotos que le den apoyo moral. Solo él, su móvil, su coche y una ruta que atraviesa desde las autopistas de Europa mejor asfaltadas hasta las carreteras de grava en los Balcanes. “Dormiré siempre en el coche salvo cuando haga mucho frío o mi vida corra peligro”, aseguró antes de coger manta y carretera. El Fiat, por su parte, se convierte en el protagonista involuntario. No es un coche bonito, ni icónico, ni potente. Es, como lo describe Belnome, “lo primero que pillé”. Ni siquiera fue camperizado con cuidado. El maletero prácticamente cierra a patadas y la baca de techo la tuvo que cortar con sus propias manos. Pero ahí está, superando inspecciones técnicas, metiéndose en pistas que apenas aparecen en las guías de viaje y resistiendo como puede. La ITV la pasó antes de salir. Con esfuerzo, sí, pero la pasó. En TikTok ha dejado de lado los típicos vídeos de review de coches para centrarse en esta misión concreta: cruzar Eurasia rumbo a Japón, grabando cada día con un resumen que no suele durar más de un minuto. Ya suma más de 411.000 seguidores. Algunos de sus clips más recientes superan los cuatro millones de visualizaciones. En ellos se ve cómo retira los asientos del copiloto, instala una cama de madera en el interior y carga 20 litros de gasoil junto con una rueda de repuesto “por si acaso”. Épica de gasolinera perdida Frente a los vídeos pulidos de tiktokers que viajan con drones y planos aéreos, Fabio se graba en gasolineras de carretera, comiendo de una lata o intentando que no le detengan en aduanas difíciles como la de Albania. Las complicaciones, de hecho, forman parte del relato. Como cuando explica que hay tramos en los que “no debería estar pasando un coche así”. O cuando confiesa que no sabe si el motor va a aguantar “ni medio día más”. Porque eso es otra: en cualquier momento puede dejar de funcionar y dejarlo tirado en un punto indeterminado del mundo. Ahora va por el día 17 de viaje. Lo último que ha publicado muestra su paso por Grecia, con el motor rindiendo menos pero aún en marcha. Fue un día de “domingueo pese a que fue lunes”, ya que aprovechó para asearse y hacer la colada. A este ritmo, todavía tiene por delante semanas de viaje, fronteras complicadas y tramos imposibles para un coche como el suyo. Quizá no llegue. O sí. Da igual. Lo que cuenta aquí no es solo el destino, sino haber tenido la ocurrencia —y la cara— de intentarlo así.
Viaje del año - Sin planificación, sin asistencia y con apenas recursos, el viaje se convierte en un recorrido por lo más improbable del continente
La travesía más extrema de un animal terrestre la hicieron iguanas prehistóricas sobre balsas vegetales en el Pacífico
Un coche que vibra como si pidiera piedad, una cama hecha con una maleta de plástico y una ruta que atraviesa media Eurasia. Así arranca la odisea moderna de viajar desde Barcelona hasta Japón en un coche que casi no arranca.
Esta historia no va de visitar países ni de coches impecables. Va de una idea tan simple como potente: llegar a Tokio conduciendo lo que muchos habrían mandado al desguace hace años.
La máquina más improbable en la ruta más larga
Que se caliente el motor en Mónaco durante la primera etapa y que haya que trucar el ventilador para seguir avanzando no parece el mejor comienzo para una aventura de 14.500 kilómetros. Sin embargo, Fabio Belnome ha decidido tomárselo con filosofía. En su vídeo más viral, que ya roza los 10 millones de visualizaciones, desmonta con calma el sensor de temperatura mientras comenta que el Fiat Marea, comprado por 900 euros, va “como puede”. En ese momento aún quedaban más de trece mil kilómetros por delante y ningún país complicado superado.
Fabio no es nuevo en esto. Ha recorrido Nueva Zelanda, la India y Estados Unidos sobre cuatro ruedas, aunque nunca con un coche tan limitado ni con una distancia tan exigente. Esta vez no hay moteles, ni planificación meticulosa, ni copilotos que le den apoyo moral. Solo él, su móvil, su coche y una ruta que atraviesa desde las autopistas de Europa mejor asfaltadas hasta las carreteras de grava en los Balcanes. “Dormiré siempre en el coche salvo cuando haga mucho frío o mi vida corra peligro”, aseguró antes de coger manta y carretera.
El Fiat, por su parte, se convierte en el protagonista involuntario. No es un coche bonito, ni icónico, ni potente. Es, como lo describe Belnome, “lo primero que pillé”. Ni siquiera fue camperizado con cuidado. El maletero prácticamente cierra a patadas y la baca de techo la tuvo que cortar con sus propias manos. Pero ahí está, superando inspecciones técnicas, metiéndose en pistas que apenas aparecen en las guías de viaje y resistiendo como puede. La ITV la pasó antes de salir. Con esfuerzo, sí, pero la pasó.
En TikTok ha dejado de lado los típicos vídeos de review de coches para centrarse en esta misión concreta: cruzar Eurasia rumbo a Japón, grabando cada día con un resumen que no suele durar más de un minuto. Ya suma más de 411.000 seguidores. Algunos de sus clips más recientes superan los cuatro millones de visualizaciones. En ellos se ve cómo retira los asientos del copiloto, instala una cama de madera en el interior y carga 20 litros de gasoil junto con una rueda de repuesto “por si acaso”.
Épica de gasolinera perdida
Frente a los vídeos pulidos de tiktokers que viajan con drones y planos aéreos, Fabio se graba en gasolineras de carretera, comiendo de una lata o intentando que no le detengan en aduanas difíciles como la de Albania. Las complicaciones, de hecho, forman parte del relato.
Como cuando explica que hay tramos en los que “no debería estar pasando un coche así”. O cuando confiesa que no sabe si el motor va a aguantar “ni medio día más”. Porque eso es otra: en cualquier momento puede dejar de funcionar y dejarlo tirado en un punto indeterminado del mundo.
Ahora va por el día 17 de viaje. Lo último que ha publicado muestra su paso por Grecia, con el motor rindiendo menos pero aún en marcha. Fue un día de “domingueo pese a que fue lunes”, ya que aprovechó para asearse y hacer la colada. A este ritmo, todavía tiene por delante semanas de viaje, fronteras complicadas y tramos imposibles para un coche como el suyo.
Quizá no llegue. O sí. Da igual. Lo que cuenta aquí no es solo el destino, sino haber tenido la ocurrencia —y la cara— de intentarlo así.
