Córdoba se mantiene a la cola en superficie agrícola de regadío en Andalucía
Unas mayores producciones y, en consecuencia, una mayor rentabilidad , junto a una menor dependencia de los periodos de sequía, son los motivos principales del crecimiento del regadío en Córdoba, aunque su nivel de expansión en los últimos años no ha sido especialmente elevado debido a las limitaciones establecidas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para otorgar nuevos permisos para ampliar estas explotaciones. En este periodo ha sido el olivar el que ha acaparado la mayor parte de este crecimiento debido, entre otras causas, a los buenos precios que presenta desde hace dos años. Sin embargo, el peso del riego sigue siendo menor a las de las otras provincias andaluzas, especialmente las más cercanas. Según los datos oficiales del Ministerio de Agricultura , Pesca y Alimentación contenidos en la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de los Cultivos (Esyrce) correspondiente a 2024, el número de hectáreas con dotaciones de agua en Córdoba ascendía a 129.488. Son 18.929 más que una década antes, lo que en términos relativos supone un incremento del 17 por ciento. Cobra especial protagonismo en este caso el olivar, ya que el ejercicio pasado ese cultivo sumó 29.374 hectáreas nuevas de regadío hasta llegar a un total de 90.662, lo que supone que aglutinó algo más del 70 por ciento de estas plantaciones con aportaciones hídricas. El avance en ese ciclo temporal roza el 48 por ciento. Por detrás aparecen los cítricos , con 11.591 hectáreas; los cereales, con 5.127; los cultivos industriales como el algodón, con 4.276; los cereales y las hortalizas, con 1.061. No obstante, el peso del riego en la provincia sigue siendo menos respecto al resto de Andalucía. El área con plantaciones de esta tipología se queda levemente por encima del 20 por ciento de las 628.734 hectáreas de tierras de cultivo que había en Córdoba el pasado ejercicio. Se da la circunstancia de que esta ratio es sensiblemente inferior a la correspondiente a la comunidad autónoma (30%). Resulta llamativo el hecho de que Córdoba es el tercer territorio andaluz con menos regadío, solo por delante de Cádiz y Almería , que se quedan con un 14,5 y un 19,4 por ciento de representatividad de estas explotaciones, respectivamente. Los primeros puestos son para Jaén (49%), Sevilla (33%) y Málaga (27%), unos dígitos muy superiores a los de aquí. Las diferencias son mayores en lo que se refiere a los regantes olivareros cordobeses, que se mantienen atrás de otras zonas competidoras que cuentan con mayor superficie, como es el caso de Jaén y Sevilla, que alcanza un 52 y un 41,6 por ciento. El área contabilizada aquí únicamente representa un 23,6 por ciento de las 382.654 hectáreas relativas a explotaciones oleícolas existentes. El bajo nivel de estas explotaciones en Córdoba respecto a otros territorios llevó en mayo de 2017 a Asaja , UPA, COAG y Cooperativas Agroalimentarias a poner en marcha la Mesa del Regadío para demandar a la Confederación del Guadalquivir que a la provincia se le aportara 228 hectómetros cúbicos más de agua en base a que es el territorio que más líquido elemento embalsa de la cuenca (casi un 50 por ciento) y a sus bajos niveles de plantaciones con riego. Esto supondría unas 150.000 hectáreas más de cultivo, sobre todo de olivar . Estas reivindicaciones , que se dejaron aparcadas en los primeros años de esta década debido a la sequía y al maltrecho estado en el que se encontraban los embalses, parece haberse reactivado en los últimos meses. Hace algunas semanas el presidente provincial de Asaja, Fernando Adell, recordó que Córdoba «lleva años sufriendo un agravio histórico» en este sentido, ya que «somos el territorio de la cuenca del Guadalquivir que más agua almacena (un 49,55%) y la que menos riegos tiene (solo un 16,83%), además de que somos la provincia que menos porcentaje de olivar en riego tiene en esta cuenca (apenas un 14,39%) a pesar de ser la segunda en superficie de este cultivo leñoso».
Unas mayores producciones y, en consecuencia, una mayor rentabilidad , junto a una menor dependencia de los periodos de sequía, son los motivos principales del crecimiento del regadío en Córdoba, aunque su nivel de expansión en los últimos años no ha sido especialmente elevado debido a las limitaciones establecidas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para otorgar nuevos permisos para ampliar estas explotaciones. En este periodo ha sido el olivar el que ha acaparado la mayor parte de este crecimiento debido, entre otras causas, a los buenos precios que presenta desde hace dos años. Sin embargo, el peso del riego sigue siendo menor a las de las otras provincias andaluzas, especialmente las más cercanas. Según los datos oficiales del Ministerio de Agricultura , Pesca y Alimentación contenidos en la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de los Cultivos (Esyrce) correspondiente a 2024, el número de hectáreas con dotaciones de agua en Córdoba ascendía a 129.488. Son 18.929 más que una década antes, lo que en términos relativos supone un incremento del 17 por ciento. Cobra especial protagonismo en este caso el olivar, ya que el ejercicio pasado ese cultivo sumó 29.374 hectáreas nuevas de regadío hasta llegar a un total de 90.662, lo que supone que aglutinó algo más del 70 por ciento de estas plantaciones con aportaciones hídricas. El avance en ese ciclo temporal roza el 48 por ciento. Por detrás aparecen los cítricos , con 11.591 hectáreas; los cereales, con 5.127; los cultivos industriales como el algodón, con 4.276; los cereales y las hortalizas, con 1.061. No obstante, el peso del riego en la provincia sigue siendo menos respecto al resto de Andalucía. El área con plantaciones de esta tipología se queda levemente por encima del 20 por ciento de las 628.734 hectáreas de tierras de cultivo que había en Córdoba el pasado ejercicio. Se da la circunstancia de que esta ratio es sensiblemente inferior a la correspondiente a la comunidad autónoma (30%). Resulta llamativo el hecho de que Córdoba es el tercer territorio andaluz con menos regadío, solo por delante de Cádiz y Almería , que se quedan con un 14,5 y un 19,4 por ciento de representatividad de estas explotaciones, respectivamente. Los primeros puestos son para Jaén (49%), Sevilla (33%) y Málaga (27%), unos dígitos muy superiores a los de aquí. Las diferencias son mayores en lo que se refiere a los regantes olivareros cordobeses, que se mantienen atrás de otras zonas competidoras que cuentan con mayor superficie, como es el caso de Jaén y Sevilla, que alcanza un 52 y un 41,6 por ciento. El área contabilizada aquí únicamente representa un 23,6 por ciento de las 382.654 hectáreas relativas a explotaciones oleícolas existentes. El bajo nivel de estas explotaciones en Córdoba respecto a otros territorios llevó en mayo de 2017 a Asaja , UPA, COAG y Cooperativas Agroalimentarias a poner en marcha la Mesa del Regadío para demandar a la Confederación del Guadalquivir que a la provincia se le aportara 228 hectómetros cúbicos más de agua en base a que es el territorio que más líquido elemento embalsa de la cuenca (casi un 50 por ciento) y a sus bajos niveles de plantaciones con riego. Esto supondría unas 150.000 hectáreas más de cultivo, sobre todo de olivar . Estas reivindicaciones , que se dejaron aparcadas en los primeros años de esta década debido a la sequía y al maltrecho estado en el que se encontraban los embalses, parece haberse reactivado en los últimos meses. Hace algunas semanas el presidente provincial de Asaja, Fernando Adell, recordó que Córdoba «lleva años sufriendo un agravio histórico» en este sentido, ya que «somos el territorio de la cuenca del Guadalquivir que más agua almacena (un 49,55%) y la que menos riegos tiene (solo un 16,83%), además de que somos la provincia que menos porcentaje de olivar en riego tiene en esta cuenca (apenas un 14,39%) a pesar de ser la segunda en superficie de este cultivo leñoso».
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