Con mente activa y más ingresos, crece el número de personas que trabajan pese a superar la edad jubilatoria

A fondo Mente activa y más ingresos Crece el número de personas que trabajan pese a estar jubiladas Por Evangelina Himitian 13 de mayo de 2025 Graciela Flitt es psicóloga y, a los 73 años, tiene agenda completa aunque está jubilada. “El último turno lo voy a dar desde el cajón”, bromea. Para conversar con ella hay que hacer varios intentos porque casi no tiene espacios. Atiende de martes a viernes, ocho turnos por día, y a la vez supervisa a colegas. Su caso no es la excepción: forma parte del 15,47% de jubilados que continúan trabajando en la Argentina, de acuerdo a los datos del último trimestre de 2024 de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). La experiencia que le dan a Flitt sus 48 años de profesión y la alta demanda que por estos días tienen los consultorios no la dejan aflojar. Todo lo contrario. “Atiendo personas de edades muy diversas: muchas personas de mi edad y más, que para el psicoanálisis es toda una novedad”, cuenta. Pero también trabaja con los más jóvenes. “Atiendo adolescentes que tienen los celulares más modernos, que están adictos a chat GPT, pero no se dan cuenta que en realidad luchan en su cabeza con mandatos del éxito, del prestigio, del cuerpo que son del siglo pasado. Su problema no es la inteligencia artificial sino la inteligencia emocional”, dispara con una lucidez asombrosa. Tiene dos hijos y un nieto, Toribio, de cuatro años. “Me dicen que soy generación silver, pero nosotros las canas o las usamos o nos las teñimos. También somos una generación que le inculcó a sus hijos el amor al trabajo. Por eso no me jubilo de verdad. Me imagino que se jubila quien trabajó 30 años en una oficina y está harto, no alguien que ama lo que hace. Salvo que me discapacite en lo referente a la palabra o que por algún golpe de la vida no pueda seguir, no me pienso retirar”, asegura. A la luz de un análisis de LA NACION Data sobre la información relevada por la EPH, es posible afirmar que jubilarse como sinónimo de dejar efectivamente de trabajar es algo que ocurre cada vez más cerca de los 80 años. Este fenómeno se explica por varias razones, señalan los especialistas. Por un lado, pesa el factor económico: los jubilados que cobran la mínima, sobre todo, requieren de otros ingresos o de algún tipo de ayuda. Pero no es el único motivo: gracias al aumento de la esperanza de vida y del bienestar en la etapa adulta, más personas de más de 60 o 65 años, según el género, buscan mantenerse activos, conectados con el mundo productivo, algo que hace a su valoración personal y al lugar que sienten que ocupan en su entorno y en la sociedad. Agenda completa. A los 73 años, Graciela Flitt no tiene turnos en su consultorio, donde atiende desde adolescentes hasta personas mayores que ella El fenómeno no dejó de crecer en los últimos años. En 2021, solo el 11,9% de los jubilados trabajaban, en contraste con el 15% actual. Y los números solo contemplan el empleo registrado. El porcentaje es mayor incluso entre los jubilados más jóvenes: el 24,3% de los menores de 70 años trabajan (mujeres mayores a 60 y hombres mayores a 65). En tanto, se mantienen en actividad el 13,3% de los que tienen entre 70 y 79 años. Entre los mayores de 80, el número baja al 2,5%. Hay otro dato que resulta relevante: según la EPH, el 44% de las personas jubiladas no dependen exclusivamente de la jubilación. Es decir, tienen al menos una fuente de ingresos alternativa, ya sea trabajo, indemnización por despido, seguro de desempleo, planes sociales, subsidios, ayuda en dinero de iglesias, ONG, alquileres, ganancias de negocios, intereses, rentas u otros. Porcentaje de jubilados que trabajan en cada grupo etario La Anses dispone que las personas jubiladas pueden volver a trabajar en relación de dependencia o como autónomos y cobrar sus haberes sin limitación. No obstante deben realizar los aportes y contribuciones previsionales de su sueldo como trabajadores activos (11% en concepto de aportes al Fondo Nacional de Empleo). A sus 79 años, Juan Manrique se mantiene en actividad pese a estar jubilado. “No trabajo como a mis 20 años, pero ya tengo mis clientes. Además, no hay mucha gente joven en este oficio”, comenta este plomero que no se queda quieto. “Voy a seguir trabajando porque es lo que me mantiene sana la cabeza. Además, es imposible pensar vivir solo con la jubilación. Mi esposa es docente jubilada. Tiene 76 y sigue trabajando, da clases particulares en casa” relata. Según la EPH, los ingresos provenientes del trabajo representan más de la mitad de los ingresos para el 39% de los jubilados que siguen en actividad, sin considerar otras fuentes de entrada de dinero. Comparativo de ingresos La estrella impensada de la empresa Raquel Pachter no solo trabaja en la agencia creativa Mobile First, sino que se convirtió en la estrella de la empresa. Durante la mayor parte de su vida se dedicó a vender oro en la calle Libertad. Arrancó joven, a los 14 años. Después, dejó la joyería y trabajó como ca

May 13, 2025 - 14:28
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Con mente activa y más ingresos, crece el número de personas que trabajan pese a superar la edad jubilatoria

A fondo

Mente activa y más ingresos Crece el número de personas que trabajan pese a estar jubiladas

Por Evangelina Himitian

13 de mayo de 2025

Graciela Flitt es psicóloga y, a los 73 años, tiene agenda completa aunque está jubilada. “El último turno lo voy a dar desde el cajón”, bromea. Para conversar con ella hay que hacer varios intentos porque casi no tiene espacios. Atiende de martes a viernes, ocho turnos por día, y a la vez supervisa a colegas. Su caso no es la excepción: forma parte del 15,47% de jubilados que continúan trabajando en la Argentina, de acuerdo a los datos del último trimestre de 2024 de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). La experiencia que le dan a Flitt sus 48 años de profesión y la alta demanda que por estos días tienen los consultorios no la dejan aflojar. Todo lo contrario. “Atiendo personas de edades muy diversas: muchas personas de mi edad y más, que para el psicoanálisis es toda una novedad”, cuenta. Pero también trabaja con los más jóvenes. “Atiendo adolescentes que tienen los celulares más modernos, que están adictos a chat GPT, pero no se dan cuenta que en realidad luchan en su cabeza con mandatos del éxito, del prestigio, del cuerpo que son del siglo pasado. Su problema no es la inteligencia artificial sino la inteligencia emocional”, dispara con una lucidez asombrosa. Tiene dos hijos y un nieto, Toribio, de cuatro años. “Me dicen que soy generación silver, pero nosotros las canas o las usamos o nos las teñimos. También somos una generación que le inculcó a sus hijos el amor al trabajo. Por eso no me jubilo de verdad. Me imagino que se jubila quien trabajó 30 años en una oficina y está harto, no alguien que ama lo que hace. Salvo que me discapacite en lo referente a la palabra o que por algún golpe de la vida no pueda seguir, no me pienso retirar”, asegura. A la luz de un análisis de LA NACION Data sobre la información relevada por la EPH, es posible afirmar que jubilarse como sinónimo de dejar efectivamente de trabajar es algo que ocurre cada vez más cerca de los 80 años. Este fenómeno se explica por varias razones, señalan los especialistas. Por un lado, pesa el factor económico: los jubilados que cobran la mínima, sobre todo, requieren de otros ingresos o de algún tipo de ayuda. Pero no es el único motivo: gracias al aumento de la esperanza de vida y del bienestar en la etapa adulta, más personas de más de 60 o 65 años, según el género, buscan mantenerse activos, conectados con el mundo productivo, algo que hace a su valoración personal y al lugar que sienten que ocupan en su entorno y en la sociedad.

Agenda completa. A los 73 años, Graciela Flitt no tiene turnos en su consultorio, donde atiende desde adolescentes hasta personas mayores que ella

El fenómeno no dejó de crecer en los últimos años. En 2021, solo el 11,9% de los jubilados trabajaban, en contraste con el 15% actual. Y los números solo contemplan el empleo registrado. El porcentaje es mayor incluso entre los jubilados más jóvenes: el 24,3% de los menores de 70 años trabajan (mujeres mayores a 60 y hombres mayores a 65). En tanto, se mantienen en actividad el 13,3% de los que tienen entre 70 y 79 años. Entre los mayores de 80, el número baja al 2,5%. Hay otro dato que resulta relevante: según la EPH, el 44% de las personas jubiladas no dependen exclusivamente de la jubilación. Es decir, tienen al menos una fuente de ingresos alternativa, ya sea trabajo, indemnización por despido, seguro de desempleo, planes sociales, subsidios, ayuda en dinero de iglesias, ONG, alquileres, ganancias de negocios, intereses, rentas u otros.

Porcentaje de jubilados que trabajan en cada grupo etario

La Anses dispone que las personas jubiladas pueden volver a trabajar en relación de dependencia o como autónomos y cobrar sus haberes sin limitación. No obstante deben realizar los aportes y contribuciones previsionales de su sueldo como trabajadores activos (11% en concepto de aportes al Fondo Nacional de Empleo). A sus 79 años, Juan Manrique se mantiene en actividad pese a estar jubilado. “No trabajo como a mis 20 años, pero ya tengo mis clientes. Además, no hay mucha gente joven en este oficio”, comenta este plomero que no se queda quieto. “Voy a seguir trabajando porque es lo que me mantiene sana la cabeza. Además, es imposible pensar vivir solo con la jubilación. Mi esposa es docente jubilada. Tiene 76 y sigue trabajando, da clases particulares en casa” relata. Según la EPH, los ingresos provenientes del trabajo representan más de la mitad de los ingresos para el 39% de los jubilados que siguen en actividad, sin considerar otras fuentes de entrada de dinero.

Comparativo de ingresos

La estrella impensada de la empresa

Raquel Pachter no solo trabaja en la agencia creativa Mobile First, sino que se convirtió en la estrella de la empresa. Durante la mayor parte de su vida se dedicó a vender oro en la calle Libertad. Arrancó joven, a los 14 años. Después, dejó la joyería y trabajó como cajera en un local de la marca de su familia, 47 Street. Cuando falleció su marido, se alejó del mundo laboral. Hace unos años volvió al ruedo y hoy, a los 90, no la para nadie. “Mi abuela llevaba más de 20 años retirada. Un día la llamé y me dijo que estaba aburrida. Le pregunté ‘¿por qué no venís a tomar un café a la oficina?’ Y vino, estuvo divino”, recuerda Kevin Kogan, director de la agencia. “¿Puedo volver en dos días?” le consultó su abuela. La misma pregunta se repitió a la semana siguiente y se hizo habitual. “Hasta que en un momento le dije ‘¿Por qué no venís a trabajar conmigo?’ Ella siempre fue muy activa y con una energía increíble, así que cuando se lo propuse, aceptó sin dudarlo. Así comenzó esta aventura juntos y, desde entonces, ha sido una experiencia increíble compartir dos días a la semana con ella”, cuenta Kevin.

Categoría ocupacional y sector de los mayores que trabajan

“La abuela Raque”, así la conocen en redes sociales, se sumó entusiasmadísima al equipo de trabajo, donde el promedio de edad es de 25 años. No solo resuelve tareas diarias sino que sorprende con su carisma y naturalidad frente a las cámaras cuando participa de los contenidos de la agencia para Instagram y TikTok. Durante la primera reunión de trabajo, la notaron callada. Pero cuando terminó, hizo una minuta del encuentro y les dio a todos un feedback que los dejó asombrados. “Alegra con su presencia y con su energía. Nos enseñó que la edad no define el valor que podés aportar. Además, su historia ha inspirado a muchísimas personas dentro y fuera de la empresa. Nos recuerda que siempre se puede empezar algo nuevo”, dice su nieto. Para ella, volver al trabajo implicó una suerte de renacer. “Significa salir de mi casa, cumplir una tarea que me hace sentir bien”, resume.

Activa a los 90. Raquel Pachter comparte momentos de su día en la cuenta de TikTok de la agencia en la que trabaja

Una nueva ventana de tiempo laboral

“Al alcanzar la edad de retiro, aquellas personas que transitan la primera etapa de la vejez tienen una mayor permanencia en el mercado de trabajo que las personas de 75 años y más”, subraya Bárbara Estévez Leston, investigadora del Instituto Gino Germani, dependiente de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Si bien una mayor tasa de actividad se registra en hogares de ingresos más bajos, el factor salarial no es el único que opera. En el otro extremo de la pirámide social, entre aquellos que tienen altos niveles educativos, la edad de retiro también se retrasa, describe la especialista. “Esto se debe a las lógicas del tipo de empleo profesional”, indica la experta. “Con el aumento de la esperanza de vida y las mejoras en las condiciones de salud, llegar a esta etapa no supone solamente capacidades para desarrollar un envejecimiento productivo desde lo laboral, sino más activo. En 2021, el Indec realizó una Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT) que muestra que las tasas de participación en encuentros con amigos y familiares en personas mayores son muy similares a las que se presentan en las edades centrales. Por otra parte, también se ve mayor participación en actividades culturales e incluso en el uso de tecnologías”, agrega Estévez Leston. Solange Rodríguez Espíndola, investigadora de la Fundación Navarro Viola, especializada en tercera edad y autora del capítulo Adultos Mayores del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), plantea que hoy existe una ventana de tiempo laboral posterior a la jubilación que es, entre quienes están en condiciones, hasta los 80 años. “El trabajo genera identidad y muchas veces es lo que hace que una persona mayor siga teniendo interacción social. Ya no se trabaja con la misma intensidad ni la misma cantidad de horas. En cambio, muchas veces, se hace como un ejercicio de sostener la identidad, esa relación con nosotros mismos, como personas con capacidad para dar”, sostiene. La especialista indica que la población actual envejece con mayores habilidades motrices, sociales y cognitivas, y que esto supone un cambio generacional en comparación con etapas anteriores.

Con cuántas personas viven los jubilados que trabajan

“Las personas tienen la edad de sus proyectos”

Existen algunos rasgos recurrentes entre quienes se mantienen en el mercado laboral después de jubilarse: entre otras cuestiones aparece el estado civil o de convivencia. Aquellos que viven con otro, siguen trabajando en mayor medida. “Es interesante ver cómo la estructura y dinámica de vivir con otros, en situación de pareja, puede promover la necesidad de mantenerse en el trabajo”, dice Rodríguez Espíndola. “Hay un telón de fondo que es demográfico: el aumento de la longevidad. Mientras que en la época donde fueron diseñados los sistemas previsionales en todo el mundo, se fallecía en promedio cinco años después del retiro laboral, hoy esa etapa supera los 15 o 20 años y con bastantes desigualdades entre estratos socioeconómicos”, explica el sociólogo e investigador Enrique Amadasi. “Hay muchas personas mayores que aman lo que hacían, laboralmente hablando. Por su reconocimiento social, por su valoración, por su contribución a la propia identidad, por su autoestima, por no dejar de ser lo que fueron, por su deseo de dar a otros, por su resistencia a encarar otros desafíos asociados a la edad, por su aversión a las pantuflas a partir del próximo lunes, a quedarse todo el tiempo en casa…”, analiza el experto. Según su mirada, “las personas tienen la edad de sus proyectos”. No tener un propósito, una razón para levantarse de la cama puede significar el comienzo del deterioro en la vida adulta.

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Créditos

  • Edición periodística Florencia Fernández Blanco @florfb
  • Asesoramiento Lic. Mauricio Gómez Aguirre (ITBA)
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