Collboni y otros 15 alcaldes proponen a la Comisión Europea un plan de vivienda que alcance los 300.000 millones anuales

La alianza llamada 'Mayors for Housing' presenta a la Comisión Europea un plan que incluye trasladar a toda la UE la posibilidad de declarar zonas tensionadas de mercado de viviendaUna docena de ciudades piden a la UE que la inversión en vivienda no compute para deuda como la defensa Barcelona y otras quince ciudades trasladaron este jueves a la Comisión Europea un plan con medidas para aliviar con urgencia la crisis de la vivienda, que incluye un fondo que alcance los 300.000 millones de euros de inversión anuales y una cláusula para que el gasto público en hogares no compute como déficit. “El plan es una prueba de nuestro deseo de colaborar en el desarrollo del plan de vivienda asequible de la Comisión Europea” para aliviar “la principal fuente de desigualdad en la UE”, ha afirmado en rueda de prensa el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Los impulsores de la iniciativa, vehiculada por la alianza de alcaldes europeos Mayors for housing, la han presentado este jueves a la vicepresidenta de la CE para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, la española Teresa Ribera, al vicepresidente de Cohesión y Reformas, el italiano Raffaele Fitto, y al comisario europeo de Energía y Vivienda, el danés Dan Jørgensen. “En demasiadas ciudades demasiada gente no puede permitirse un hogar decente”, algo “completamente inaceptable”, ha expresado Jørgensen, que ha agradecido las propuesta de municipios que representan a 18 millones de personas. También Ribera ha señalado que la propuesta es una “contribución muy valiosa” para abordar una crisis que afecta a las clases medias y se ha abrierto a explorar las opciones “a través de las excepciones de interés general” como comisaria de Competencia. La vicepresidenta comunitaria ha llamado a “unir fuerzas” entre diferentes administraciones en un área que es “completamente nueva” para la Comisión Europea, que por primera vez asume responsabilidades en la materia. El plan, que cuenta con el respaldo de Ámsterdam, Atenas, Bolonia, Budapest, Dublín, Florencia, Gante, Leipzig, la región metropolitana de Lyon, Lisboa, Milán, París, Roma, Varsovia y Zagreb, pretende inspirar la hoja de ruta sobre vivienda que el la Comisión presentará en 2026. Sus impulsores parten de la premisa de que los poderes públicos deben intervenir ante un “un fallo de mercado”, ya que no existe equilibrio entre la oferta y la demanda pues en los últimos diez años los alquileres han aumentado de media un 60%, mientras que los precios de compraventa se han disparado un 78%. La propuesta plantea la creación de un fondo europeo de emergencia para vivienda asequible, financiado en parte con recursos no ejecutados del programa de recuperación Next Generation y otras herramientas para atraer inversión. Las urbes detrás del plan creen que sus municipios necesitan 80.000 millones hasta 2030 para construir 200.000 nuevas viviendas sociales y asequibles y rehabilitar un millón de hogares en las ciudades señaladas, lo que supone un ratio de una vivienda social y asequible por cada cien habitantes y cinco viviendas rehabilitadas por cada cien personas. La mitad de las casas europeas se construyeron antes de 1980 y sólo el 5% de los activos han sido renovados, según datos del Banco Central Europeo, que cifra las necesidades de inversión en 275.000 millones de euros anuales. La extrapolación de esos datos de las dieciséis ciudades al conjunto de la Unión Europea arroja una cifra de 300.000 millones de euros, de los que 100.000 millones deberían dedicarse a subsidios y el resto provendría de financiación pública y privada. El dinero se distribuiría en función de la gravedad de las necesidades, con mayor incidencia en las zonas más tensionadas en base a determinados criterios objetivos de presión inmobiliaria. Para definir esas áreas con especial tensión inmobiliaria, sugieren que se cumplan al menos tres de seis criterios, que consisten en que la evolución del precio de venta y alquiler esté por encima del IPC entre 5 y 10 años, que un 10% de la población dedique más del 40% de sus ingresos a vivienda y que el rendimiento bruto anual de los alquileres supere el 6%. Proponen también que se tengan en cuenta las listas de espera para vivienda pública social y asequible, que el mercado tenga menos de un 3% de vivienda vacía durante largos períodos de tiempo y que exista un porcentaje elevado de viviendas turísticas o temporales. Emergencia y cláusula de escape  Los artífices del plan creen que la Comisión Europea debería contar con un presupuesto para afrontar los problemas de vivienda de forma estructural. Pero el próximo marco financiero plurianual para 2028-2034 queda demasiado lejos. Proponen que en el llamado Semestre Europeo, con el que la CE evalúa la economía o el empleo en los Estados miembros, incluya tamb

May 15, 2025 - 20:28
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Collboni y otros 15 alcaldes proponen a la Comisión Europea un plan de vivienda que alcance los 300.000 millones anuales

Collboni y otros 15 alcaldes proponen a la Comisión Europea un plan de vivienda que alcance los 300.000 millones anuales

La alianza llamada 'Mayors for Housing' presenta a la Comisión Europea un plan que incluye trasladar a toda la UE la posibilidad de declarar zonas tensionadas de mercado de vivienda

Una docena de ciudades piden a la UE que la inversión en vivienda no compute para deuda como la defensa

Barcelona y otras quince ciudades trasladaron este jueves a la Comisión Europea un plan con medidas para aliviar con urgencia la crisis de la vivienda, que incluye un fondo que alcance los 300.000 millones de euros de inversión anuales y una cláusula para que el gasto público en hogares no compute como déficit.

“El plan es una prueba de nuestro deseo de colaborar en el desarrollo del plan de vivienda asequible de la Comisión Europea” para aliviar “la principal fuente de desigualdad en la UE”, ha afirmado en rueda de prensa el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.

Los impulsores de la iniciativa, vehiculada por la alianza de alcaldes europeos Mayors for housing, la han presentado este jueves a la vicepresidenta de la CE para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, la española Teresa Ribera, al vicepresidente de Cohesión y Reformas, el italiano Raffaele Fitto, y al comisario europeo de Energía y Vivienda, el danés Dan Jørgensen.

“En demasiadas ciudades demasiada gente no puede permitirse un hogar decente”, algo “completamente inaceptable”, ha expresado Jørgensen, que ha agradecido las propuesta de municipios que representan a 18 millones de personas.

También Ribera ha señalado que la propuesta es una “contribución muy valiosa” para abordar una crisis que afecta a las clases medias y se ha abrierto a explorar las opciones “a través de las excepciones de interés general” como comisaria de Competencia.

La vicepresidenta comunitaria ha llamado a “unir fuerzas” entre diferentes administraciones en un área que es “completamente nueva” para la Comisión Europea, que por primera vez asume responsabilidades en la materia.

El plan, que cuenta con el respaldo de Ámsterdam, Atenas, Bolonia, Budapest, Dublín, Florencia, Gante, Leipzig, la región metropolitana de Lyon, Lisboa, Milán, París, Roma, Varsovia y Zagreb, pretende inspirar la hoja de ruta sobre vivienda que el la Comisión presentará en 2026.

Sus impulsores parten de la premisa de que los poderes públicos deben intervenir ante un “un fallo de mercado”, ya que no existe equilibrio entre la oferta y la demanda pues en los últimos diez años los alquileres han aumentado de media un 60%, mientras que los precios de compraventa se han disparado un 78%.

La propuesta plantea la creación de un fondo europeo de emergencia para vivienda asequible, financiado en parte con recursos no ejecutados del programa de recuperación Next Generation y otras herramientas para atraer inversión.

Las urbes detrás del plan creen que sus municipios necesitan 80.000 millones hasta 2030 para construir 200.000 nuevas viviendas sociales y asequibles y rehabilitar un millón de hogares en las ciudades señaladas, lo que supone un ratio de una vivienda social y asequible por cada cien habitantes y cinco viviendas rehabilitadas por cada cien personas.

La mitad de las casas europeas se construyeron antes de 1980 y sólo el 5% de los activos han sido renovados, según datos del Banco Central Europeo, que cifra las necesidades de inversión en 275.000 millones de euros anuales.

La extrapolación de esos datos de las dieciséis ciudades al conjunto de la Unión Europea arroja una cifra de 300.000 millones de euros, de los que 100.000 millones deberían dedicarse a subsidios y el resto provendría de financiación pública y privada.

El dinero se distribuiría en función de la gravedad de las necesidades, con mayor incidencia en las zonas más tensionadas en base a determinados criterios objetivos de presión inmobiliaria.

Para definir esas áreas con especial tensión inmobiliaria, sugieren que se cumplan al menos tres de seis criterios, que consisten en que la evolución del precio de venta y alquiler esté por encima del IPC entre 5 y 10 años, que un 10% de la población dedique más del 40% de sus ingresos a vivienda y que el rendimiento bruto anual de los alquileres supere el 6%.

Proponen también que se tengan en cuenta las listas de espera para vivienda pública social y asequible, que el mercado tenga menos de un 3% de vivienda vacía durante largos períodos de tiempo y que exista un porcentaje elevado de viviendas turísticas o temporales.

Emergencia y cláusula de escape 

Los artífices del plan creen que la Comisión Europea debería contar con un presupuesto para afrontar los problemas de vivienda de forma estructural. Pero el próximo marco financiero plurianual para 2028-2034 queda demasiado lejos.

Proponen que en el llamado Semestre Europeo, con el que la CE evalúa la economía o el empleo en los Estados miembros, incluya también una revisión de las políticas de vivienda en función de una serie de objetivos relacionados con la vivienda asequible, como herramienta para presionar a las capitales y agilizar las soluciones.

También recomiendan que se reforme la normativa sobre ayudas de Estado para impulsar la construcción inmobiliaria y que se habilite una “cláusula de escape” similar a la que se debate actualmente en el área de la defensa en el marco de los planes europeos de rearme, de forma que el dinero público destinado a vivienda no compute como déficit en los Estados miembros.

Serviría para facilitar el endeudamiento de los países de la UE y las ciudades tensionadas porque los Estados miembros y las ciudades tendrían que aportar fondos propios

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