Dice Rafa Latorre que la relación que hay entre patriotismo y nacionalismo es la que hay entre apéndice y apendicitis. Sucede algo similar entre tradición y tradicionalismo. El tradicionalismo es una inflamación de la tradición, una hinchazón mórbida que la vulgariza, como la gaseosa al vino, como el sentimentalismo al sentimiento y como el progresismo al progreso. Yo respeto la tradición, cada vez más. Pero estoy cansado del tradicionalismo, esta obsesión de los jóvenes por reinterpretarlo todo y por decir a sus mayores que no tienen ni idea y que la dictadura, la autarquía y la pobreza estaban genial porque se compraban pisos con facilidad. El neotradicionalismo –oxímoron– es la nueva turra 'woke'. No soporto este intento de romantizar el...
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