A través del cristal del locutorio, la mirada rapaz de un escritor escudriñando la mente del siniestro personaje de su obra y los grandes dilemas humanos, y frente a él, la vanidad de un asesino de sus hijos, pusilánime y manipulador, en busca de la gloria que nunca tuvo -ni en la oscuridad- y una imposible honra. La galería de sangrientos depredadores que la literatura ha exhibido, analizado y hasta 'humanizado' durante siglos es muy larga. Nunca se protegió a esas víctimas reales. Antes de que llegaran Netflix y compañía, grandes rúbricas de las letras se lanzaron al abismo de hurgar en el odio, la violencia atroz y lo peor de la condición humana . Truman Capote creo (y fue...
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