Varias prostitutas de la Babilonia del Sexo persiguen a un cliente que les pagó con dólares falsos
Insólita situación la vivida en la capital entre un grupo de mujeres prostituidas y dos de sus clientes. Las primeras corrían por una avenida de Arganzuela persiguiendo a dos hombres (uno de ellos, retenido en la puerta del burdel), después de que les hubieran pagado el servicio con dinero extranjero falso. Uno de los sospechosos ha sido detenido por la Policía Municipal de Madrid. La primera parte de esta historia hay que buscarla el pasado 31 de marzo, en la conocida como 'Babilonia del Sexo'. Se trata de uno de los dos edificios de viviendas del paseo de las Delicias, 127, tomado completamente por mafias de la trata de mujeres con fines de explotación sexual. Desde hace años, se vienen realizando investigaciones sobre ellos, hasta el punto de que han sido arrestadas personas por tráfico de personas y proxenetismo. Habida cuenta de lo ocurrido estos días, el negocio sigue funcionando pleno rendiento. Ese lunes, se presentaron allí Daniel, David y otro joven, tres amigos de Perú, como clientes. Según fuentes policiales, solicitaron a tres mujeres, una para cada uno, y pagaron con 700 dólares americanos. Este 5 de abril, volvían a acercarse al burdel. Cuando estaban en las inmediaciones, las chicas prostituidas se percataron de quiénes eran. Iban dos en este caso, Daniel y David. Cuando comenzaron a increparles, echaron a correr. Fue en ese momento, sobre las diez de la noche, cuando un coche patrulla de la Policía Municipal, de la Comisaría Integral del Distrito de Arganzuela, circulaba por el paseo de las Delicias. De repente, vio a un varón, que resultó ser Daniel, peruano de 33 años, corriendo hacia el metro de Legazpi. Detrás, iban a la carrera dos mujeres y un hombre, que intentaban darle alcance, a gritos. Cuando le dieron alcance los agentes, las propias meretrices explicaron lo que les había sucedido con él. Paralelamente, otro hombre de la organización mantenía retenido en el portal del prostíbulo a David, de la misma nacionalidad que Daniel, de 25 años. Los policías identificaron también a las tres mujeres, que se definieron profesionalmente como «acompañantes». Son dos peruanas de 25 años y una dominicana de 37. Dijeron que aunque el 31 de marzo las contrataron tres hombres, fue Daniel el que pagó e incluso el que concertó las citas. Abonó los 700 euros, pero cuando fueron al banco a cambiarlos, les explicaron que eran falsos. Se sentían estafadas. Cinco días después, los tipos se habían pasado por allí de nuevo, probablemente pensando que ellas no se habían dado cuenta del timo. Pero se equivocaban. Los agentes llevaron el dinero, siete billetes de 100 dólares cada uno, al Servicio de Documentación Forense de la Policía Municipal , en la calle del Plomo. Allí, estos especialistas analizaron las divisas y confirmaron que no eran reales. Concretamente, carecían los billetes de impresión calcográfica, la marca de agua era imitada, como la tinta ópticamente variable; además, bajo la luz ultravioleta, el hilo de seguridad no reaccionaba. Al final, Daniel (al que señalaron las mujeres) quedó detenido por falsificación de moneda y timbre.
Insólita situación la vivida en la capital entre un grupo de mujeres prostituidas y dos de sus clientes. Las primeras corrían por una avenida de Arganzuela persiguiendo a dos hombres (uno de ellos, retenido en la puerta del burdel), después de que les hubieran pagado el servicio con dinero extranjero falso. Uno de los sospechosos ha sido detenido por la Policía Municipal de Madrid. La primera parte de esta historia hay que buscarla el pasado 31 de marzo, en la conocida como 'Babilonia del Sexo'. Se trata de uno de los dos edificios de viviendas del paseo de las Delicias, 127, tomado completamente por mafias de la trata de mujeres con fines de explotación sexual. Desde hace años, se vienen realizando investigaciones sobre ellos, hasta el punto de que han sido arrestadas personas por tráfico de personas y proxenetismo. Habida cuenta de lo ocurrido estos días, el negocio sigue funcionando pleno rendiento. Ese lunes, se presentaron allí Daniel, David y otro joven, tres amigos de Perú, como clientes. Según fuentes policiales, solicitaron a tres mujeres, una para cada uno, y pagaron con 700 dólares americanos. Este 5 de abril, volvían a acercarse al burdel. Cuando estaban en las inmediaciones, las chicas prostituidas se percataron de quiénes eran. Iban dos en este caso, Daniel y David. Cuando comenzaron a increparles, echaron a correr. Fue en ese momento, sobre las diez de la noche, cuando un coche patrulla de la Policía Municipal, de la Comisaría Integral del Distrito de Arganzuela, circulaba por el paseo de las Delicias. De repente, vio a un varón, que resultó ser Daniel, peruano de 33 años, corriendo hacia el metro de Legazpi. Detrás, iban a la carrera dos mujeres y un hombre, que intentaban darle alcance, a gritos. Cuando le dieron alcance los agentes, las propias meretrices explicaron lo que les había sucedido con él. Paralelamente, otro hombre de la organización mantenía retenido en el portal del prostíbulo a David, de la misma nacionalidad que Daniel, de 25 años. Los policías identificaron también a las tres mujeres, que se definieron profesionalmente como «acompañantes». Son dos peruanas de 25 años y una dominicana de 37. Dijeron que aunque el 31 de marzo las contrataron tres hombres, fue Daniel el que pagó e incluso el que concertó las citas. Abonó los 700 euros, pero cuando fueron al banco a cambiarlos, les explicaron que eran falsos. Se sentían estafadas. Cinco días después, los tipos se habían pasado por allí de nuevo, probablemente pensando que ellas no se habían dado cuenta del timo. Pero se equivocaban. Los agentes llevaron el dinero, siete billetes de 100 dólares cada uno, al Servicio de Documentación Forense de la Policía Municipal , en la calle del Plomo. Allí, estos especialistas analizaron las divisas y confirmaron que no eran reales. Concretamente, carecían los billetes de impresión calcográfica, la marca de agua era imitada, como la tinta ópticamente variable; además, bajo la luz ultravioleta, el hilo de seguridad no reaccionaba. Al final, Daniel (al que señalaron las mujeres) quedó detenido por falsificación de moneda y timbre.
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