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¿Vamos a devolver las piezas? Las dudas que plantea la descolonización de los museos
La descolonización de museos anunciada por Cultura en enero plantea dudas en la teoría y en la práctica. Analizamos los interrogantes de este proceso global.
Ha pasado más de un año desde que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, anunció un proceso de revisión de las colecciones presentes en los museos estatales para “superar un marco colonial”, y todavía no se ha presentado ninguna medida concreta que permita entender cómo se va a materializar.
En marzo, el gabinete de Urtasun aseguró que los museos “trabajan ya en visibilizar y reconocer la perspectiva de las comunidades y la memoria de los pueblos de los que proceden los bienes expuestos”.
Y dio algunas pistas más: las reordenaciones se harán con la participación de las comunidades a las que representan para evitar “sesgos heredados”, y crear “relatos más inclusivos y participativos”, según señala el ministro en una pregunta escrita en el Senado.
Entre lo poco que ha trascendido a los medios, Cultura menciona, por ejemplo, cambiar los carteles de las piezas como ha hecho el Museo de América, que eliminó términos como indio o mulato, o dar una mayor visibilidad a algunos colectivos tradicionalmente marginados.
Para ello, el ministerio ha puesto en marcha dos comités de expertos, uno para el Museo de América y otro para el Museo de Antropología.
- El pasado mes de febrero, el Ministerio de Cultura promovió un compromiso ético por el cual los museos estatales deberán retirar los restos humanos de sus exposiciones, y custodiarlos “en un espacio diferenciado y correctamente identificado».
De momento, el proceso anunciado por Urtasun deja de lado los aspectos más polémicos, como la devolución de las piezas para la descolonización de los museos.
En palabras de los expertos, el debate no es tanto sobre las piezas, sino sobre las voces. Es repensar cómo nos narramos a nosotros mismos, prescindiendo del relato imperialista sobre el que están construidos algunos de estos museos. Es decir, no se trata tanto de restituir piezas concretas, cuyo origen y llegada a España es a menudo muy difícil de reconstruir, sino las perspectivas que tradicionalmente han sido apartadas del relato.
La Unesco y otros organismos como el Consejo Internacional de Museos (ICOM) promueven que este tipo de revisiones vayan más allá e incluyan un diálogo abierto con los países de origen. De hecho, en la declaración conjunta de Mondiacult 2022, que España ratificó, los países firmantes se comprometieron a “ampliar los esfuerzos para promover la protección, el retorno y la restitución de los bienes culturales”.
Sin embargo, no siempre ha sido así. Revisamos las demandas de restitución pendientes para comprobar el alcance real de la revisión colonial que plantea el Gobierno y entender si, más allá de exposiciones y carteles informativos, vamos a devolver las piezas. Seguir leyendo 
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