Valencia, en alerta amarilla: suspendida la corrida de Fallas por la lluvia en vísperas de la llegada del Rey a la plaza

Amaneció Valencia con ese cielo panza de burra que trae la lluvia. En alerta amarilla se despertó la capital del Turia. Según Aemet, podría vivirse el día de mayores precipitaciones desde que se tienen registros en una Feria de Fallas. Después de los efectos de la borrasca Laurence, el cambio de tercio a Martinho ponía las cosas más feas en la piel de toros. Las calles valencianas, más solitarias que en otras ediciones, se cubrían de paraguas, de expresiones de «qué mala suerte», de ofrenda de flores mojadas, de telas de seda empapadas de agua, de rodetes resistentes a cualquie viento, de lápiz de ojo negro por las caras de las guapas tras las lágrimas derramadas. El día 18 no es un día cualquiera para los valencianos, devotos de la Virgen de los Desamparados. La misma Virgen a la que visitan muchos toreros antes de su paseíllo. Se quedarán sin trenzarlo esta tarde Alejandro Talavante, Juan Ortega y Tomás Rufo, sustituto de José María Manzanares, que había causado baja por la cornada interna sufrida el domingo. Fueron los toreros a firmar el acta de suspensión a la hora del sorteo. «Es la primera vez que tengo que firmar», decía Talavante. De «imposible» torear hablaban las cuadrillas con el panorama. Juan Ortega también se mostraba disgustado por no poder cumplir su cita en la ciudad de las artes. Y Rufo, ya con una puerta grande, soñaba con atravérsala dos veces mientras deseaba pronta recuperación al alicantino. La taquilla también estaba resentida y los aficionados ejercían su derecho a devolución. «Qué mal tiempo», lamentaba el empresario, Rafael García Garrido. Es la segunda corrida que se suspende este año: el pasado viernes, la del Parralejo, tuvo que cancelarse por el mal estado del ruedo, aunque en ese caso la decisión se tomó a las seis de la tarde entre el enfado del público. Hoy, con buen criterio, han tomado la decisión a la hora del sorteo. Después, a las dos del mediodía, no falló el estruendo de la mascletá, sin tanta algarabía en la avenida, aunque con una amplia legión de fieles dispuestos a disfrutar de la feria bajo el repiqueteo del agua contra el asfalto. Algunos ninots aparecían cubiertos con plásticos. Como el ruedo de Valencia tenía colocado un mar de lona azul con el objetivo de que la corrida del día grande, el 19, sí pueda celebrarse. Dicen que cesará la lluvia, incluso que saldrá el sol. De momentos los aficionados a los toros aguardan expectantes la corrida final de La Quinta, propiedad de los Martínez Conradi, en la que torearán mano a mano Borja Jiménez y Román Collado. El festejo será presidido por Su Majestad el Rey, que ya ha confirmado su presencia. Don Felipe tendrá un maestro como asesor taurino, Luis Francisco Esplá, que de cárdenos sabe un rato.

Mar 18, 2025 - 15:15
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Valencia, en alerta amarilla: suspendida la corrida de Fallas por la lluvia en vísperas de la llegada del Rey a la plaza
Amaneció Valencia con ese cielo panza de burra que trae la lluvia. En alerta amarilla se despertó la capital del Turia. Según Aemet, podría vivirse el día de mayores precipitaciones desde que se tienen registros en una Feria de Fallas. Después de los efectos de la borrasca Laurence, el cambio de tercio a Martinho ponía las cosas más feas en la piel de toros. Las calles valencianas, más solitarias que en otras ediciones, se cubrían de paraguas, de expresiones de «qué mala suerte», de ofrenda de flores mojadas, de telas de seda empapadas de agua, de rodetes resistentes a cualquie viento, de lápiz de ojo negro por las caras de las guapas tras las lágrimas derramadas. El día 18 no es un día cualquiera para los valencianos, devotos de la Virgen de los Desamparados. La misma Virgen a la que visitan muchos toreros antes de su paseíllo. Se quedarán sin trenzarlo esta tarde Alejandro Talavante, Juan Ortega y Tomás Rufo, sustituto de José María Manzanares, que había causado baja por la cornada interna sufrida el domingo. Fueron los toreros a firmar el acta de suspensión a la hora del sorteo. «Es la primera vez que tengo que firmar», decía Talavante. De «imposible» torear hablaban las cuadrillas con el panorama. Juan Ortega también se mostraba disgustado por no poder cumplir su cita en la ciudad de las artes. Y Rufo, ya con una puerta grande, soñaba con atravérsala dos veces mientras deseaba pronta recuperación al alicantino. La taquilla también estaba resentida y los aficionados ejercían su derecho a devolución. «Qué mal tiempo», lamentaba el empresario, Rafael García Garrido. Es la segunda corrida que se suspende este año: el pasado viernes, la del Parralejo, tuvo que cancelarse por el mal estado del ruedo, aunque en ese caso la decisión se tomó a las seis de la tarde entre el enfado del público. Hoy, con buen criterio, han tomado la decisión a la hora del sorteo. Después, a las dos del mediodía, no falló el estruendo de la mascletá, sin tanta algarabía en la avenida, aunque con una amplia legión de fieles dispuestos a disfrutar de la feria bajo el repiqueteo del agua contra el asfalto. Algunos ninots aparecían cubiertos con plásticos. Como el ruedo de Valencia tenía colocado un mar de lona azul con el objetivo de que la corrida del día grande, el 19, sí pueda celebrarse. Dicen que cesará la lluvia, incluso que saldrá el sol. De momentos los aficionados a los toros aguardan expectantes la corrida final de La Quinta, propiedad de los Martínez Conradi, en la que torearán mano a mano Borja Jiménez y Román Collado. El festejo será presidido por Su Majestad el Rey, que ya ha confirmado su presencia. Don Felipe tendrá un maestro como asesor taurino, Luis Francisco Esplá, que de cárdenos sabe un rato.