La gran prioridad de los cardenales en los próximos quince días será definir el perfil de la persona a la que quieren confiar el timón de la Iglesia católica. Durante unas reuniones llamadas «congregaciones generales» cada purpurado expondrá su visión de la Iglesia y de las tareas pendientes para los próximos años, trazando así indirectamente el retrato robot del cardenal destinado a asumirlas. Los demás estarán atentos a su reacción ante las dificultades actuales y su capacidad de construir consenso, para determinar si es o no su candidato. El perfil depende naturalmente de las prioridades que marquen para el próximo Papa. Ratzinger fue elegido con la idea de ayudar a asimilar los casi 27 años de denso pontificado de Juan...
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