Si alguien ha visto el pasado fin de semana a Elon Musk tocado con un sombrero en forma de queso o entregando cheques gigantes, no es que el hombre más rico del mundo participara en un programa televisivo de variedades: estaba en campaña, sacrificando su tiempo, su billetera y su decoro para ayudar a Donald Trump y a los republicanos a ganar una elección «muy importante», en sus palabras. Para engrasar la voluntad de los votantes de Wisconsin , Musk no solo ha financiado con fuerza la campaña del candidato conservador, Brad Schimel. También ha sorteado dos cheques al portador de un millón de dólares entre aquellos que muestren su intención de votar al juez de su preferencia. Como premio...
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