Se cierra la Caja Mágica y se quedan dentro los ecos de una edición en la que se recordó la figura de Rafael Nadal en los carteles de los campeones y en las conversaciones por los pasillos. El primer año sin él ha supuesto un vacío emocional en el público y también en el espíritu de este torneo, al que le ha costado llenar las gradas de sus tres estadios, salvo en la final masculina, a pesar de estar todo vendido, y siempre pasillos llenos desde primera hora y desde el primer día. Porque al adiós profesional del balear se juntaron la baja de Carlos Alcaraz y Paula Badosa y la derrota en primera ronda de Novak Djokovic. El tenis...
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