La principal diferencia entre Barcelona y Atlético es filosófica y se manifiesta en sus entrenadores. La lectura barcelonista es que Simeone no espera ganar nada pero tiene miedo de perder todo, y que para Flick el único miedo es no intentarlo con suficiente arrojo y está tan convencido de lo que hace que la esperanza no deja espacio a la zozobra. Así llegaron ayer al Metropolitano: Simeone venía de perder como siempre y Flick de confirmar la candidatura abierta de su equipo a todos los títulos en juego. El Atlético estaba cansado y el Barcelona, eufórico. En las casas de apuestas lo que más barato se pagaba era la victoria visitante. La lectura atlética es que Simeone es la más...
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