Un estudio de ocho años revela que las personas que no hacen ejercicio se medican más
A medida que envejecemos, cuidar nuestra salud cardiometabólica se vuelve esencial. Un estudio reciente exploró durante ocho años cómo el ejercicio aeróbico de alta intensidad podría influir en el síndrome metabólico, una condición que agrupa factores como la obesidad abdominal, la presión arterial alta y alteraciones en la glucosa y lípidos. Los resultados fueron sorprendentes y confirman que un entrenamiento constante, aunque sea breve y limitado a ciertos períodos del año, puede tener el mismo efecto sobre la salud cardiometabólica que la utilización masiva de medicamentos. Ocho años de supervisión dan fe de la importancia del ejercicio físico en la salud El síndrome metabólico es una combinación de factores de riesgo cardiovascular que suele agravarse con la edad. Para combatirlo, tradicionalmente se recomienda una combinación de dieta, ejercicio y medicamentos, pero hasta ahora había pocas evidencias sobre los efectos del ejercicio a largo plazo en personas mayores con esta condición. El estudio publicado en el Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle analizó precisamente esto, con un seguimiento riguroso durante ocho años a individuos entre 50 y 60 años que padecían síndrome metabólico. Los participantes fueron divididos en dos grupos: un grupo realizó durante cuatro meses al año sesiones de entrenamiento aeróbico interválico de alta intensidad (HIIT), tres veces por semana, mientras que el otro grupo siguió únicamente consejos estándar de salud, como recomendaciones médicas y dietéticas generales. En Vitónica Reducir las horas del día que pasamos comiendo podría ser útil para resetear nuestro metabolismo, especialmente si tenemos síndrome metabólico Tres veces más uso de medicamentos si no hacemos ejercicio físico Lo sorprendente fue que, tras los ocho años, ambos grupos mostraron una mejoría en los indicadores del síndrome metabólico. Sin embargo, al analizar más profundamente los resultados, apareció una diferencia clave. El grupo que no realizó ejercicio mejoró su condición metabólica triplicó el uso de medicamentos para controlar la presión arterial, el azúcar y el colesterol. En cambio, el grupo que realizó ejercicio mantuvo estable la cantidad de medicamentos que tomaba. Esto demuestra claramente que el ejercicio tiene un poder terapéutico equiparable al de múltiples medicamentos, pero sin los efectos adversos relacionados con la polimedicación y sin aumentar los costes asociados a estos fármacos. Además, el entrenamiento tuvo otros beneficios significativos en la condición física general. Los individuos que practicaron ejercicio mejoraron notablemente su capacidad aeróbica (un 14%) y la potencia muscular máxima en bicicleta (un 4%), mientras que el grupo control disminuyó ambos parámetros debido al proceso natural de envejecimiento. Más potencia muscular, mayor calidad de vida Esta mejora en la potencia muscular no es trivial: según la literatura científica, una mayor potencia muscular está directamente asociada a una mejor calidad de vida, mayor autonomía funcional y una reducción significativa del riesgo de mortalidad en personas mayores. Otro aspecto destacable del estudio fue su capacidad para mantener a largo plazo estos resultados positivos. En intervenciones anteriores basadas en cambios drásticos en el estilo de vida, como dietas severas o entrenamientos muy exigentes, la adherencia suele ser baja y la recuperación de peso habitual. Sin embargo, este estudio demostró que realizar solamente cuatro meses de entrenamiento intenso al año, sin cambios radicales en la dieta, podría ser suficiente para mantener resultados sostenibles a largo plazo. Esto sugiere que la clave del éxito podría radicar en intervenciones más realistas y fáciles de mantener en el tiempo. Finalmente, los investigadores encontraron una relación directa entre las mejoras en la potencia muscular máxima y la reducción del síndrome metabólico en el grupo que hizo ejercicio, mientras que en el grupo control la mejoría se relacionó directamente con el aumento de medicación. Esto refuerza aún más el papel preventivo y terapéutico del ejercicio frente a los problemas cardiometabólicos relacionados con la edad. En definitiva, este estudio subraya claramente la importancia de realizar ejercicio físico de alta intensidad como estrategia eficaz para mantener la salud cardiometabólica durante el envejecimiento, reduciendo la necesidad de medicación y mejorando significativamente la calidad de vida. Referencias Morales-Palomo F, Moreno-Cabañas A, Alvarez-Jimenez L, Mora-Gonzalez D, Mora-Rodriguez R. Long-Term Effects of High-Intensity Aerobic Training on Metabolic Syndrome: An 8-Year Follow-Up Randomized Clinical Trial. J Cachexia Sarcopenia Muscle. 2025 Apr;16(2):e13780. doi: 10.1002/jcsm.13780. PMID: 40171886; PMCID: PMC11962644. En Vitónica | Longevidad y masa muscular: dime cómo de grandes so

A medida que envejecemos, cuidar nuestra salud cardiometabólica se vuelve esencial. Un estudio reciente exploró durante ocho años cómo el ejercicio aeróbico de alta intensidad podría influir en el síndrome metabólico, una condición que agrupa factores como la obesidad abdominal, la presión arterial alta y alteraciones en la glucosa y lípidos. Los resultados fueron sorprendentes y confirman que un entrenamiento constante, aunque sea breve y limitado a ciertos períodos del año, puede tener el mismo efecto sobre la salud cardiometabólica que la utilización masiva de medicamentos.
Ocho años de supervisión dan fe de la importancia del ejercicio físico en la salud

El síndrome metabólico es una combinación de factores de riesgo cardiovascular que suele agravarse con la edad. Para combatirlo, tradicionalmente se recomienda una combinación de dieta, ejercicio y medicamentos, pero hasta ahora había pocas evidencias sobre los efectos del ejercicio a largo plazo en personas mayores con esta condición.
El estudio publicado en el Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle analizó precisamente esto, con un seguimiento riguroso durante ocho años a individuos entre 50 y 60 años que padecían síndrome metabólico.
Los participantes fueron divididos en dos grupos: un grupo realizó durante cuatro meses al año sesiones de entrenamiento aeróbico interválico de alta intensidad (HIIT), tres veces por semana, mientras que el otro grupo siguió únicamente consejos estándar de salud, como recomendaciones médicas y dietéticas generales.
Tres veces más uso de medicamentos si no hacemos ejercicio físico
Lo sorprendente fue que, tras los ocho años, ambos grupos mostraron una mejoría en los indicadores del síndrome metabólico. Sin embargo, al analizar más profundamente los resultados, apareció una diferencia clave. El grupo que no realizó ejercicio mejoró su condición metabólica triplicó el uso de medicamentos para controlar la presión arterial, el azúcar y el colesterol.
En cambio, el grupo que realizó ejercicio mantuvo estable la cantidad de medicamentos que tomaba. Esto demuestra claramente que el ejercicio tiene un poder terapéutico equiparable al de múltiples medicamentos, pero sin los efectos adversos relacionados con la polimedicación y sin aumentar los costes asociados a estos fármacos.
Además, el entrenamiento tuvo otros beneficios significativos en la condición física general. Los individuos que practicaron ejercicio mejoraron notablemente su capacidad aeróbica (un 14%) y la potencia muscular máxima en bicicleta (un 4%), mientras que el grupo control disminuyó ambos parámetros debido al proceso natural de envejecimiento.
Más potencia muscular, mayor calidad de vida
Esta mejora en la potencia muscular no es trivial: según la literatura científica, una mayor potencia muscular está directamente asociada a una mejor calidad de vida, mayor autonomía funcional y una reducción significativa del riesgo de mortalidad en personas mayores.
Otro aspecto destacable del estudio fue su capacidad para mantener a largo plazo estos resultados positivos. En intervenciones anteriores basadas en cambios drásticos en el estilo de vida, como dietas severas o entrenamientos muy exigentes, la adherencia suele ser baja y la recuperación de peso habitual.
Sin embargo, este estudio demostró que realizar solamente cuatro meses de entrenamiento intenso al año, sin cambios radicales en la dieta, podría ser suficiente para mantener resultados sostenibles a largo plazo. Esto sugiere que la clave del éxito podría radicar en intervenciones más realistas y fáciles de mantener en el tiempo.
Finalmente, los investigadores encontraron una relación directa entre las mejoras en la potencia muscular máxima y la reducción del síndrome metabólico en el grupo que hizo ejercicio, mientras que en el grupo control la mejoría se relacionó directamente con el aumento de medicación.
Esto refuerza aún más el papel preventivo y terapéutico del ejercicio frente a los problemas cardiometabólicos relacionados con la edad. En definitiva, este estudio subraya claramente la importancia de realizar ejercicio físico de alta intensidad como estrategia eficaz para mantener la salud cardiometabólica durante el envejecimiento, reduciendo la necesidad de medicación y mejorando significativamente la calidad de vida.
Referencias
Morales-Palomo F, Moreno-Cabañas A, Alvarez-Jimenez L, Mora-Gonzalez D, Mora-Rodriguez R. Long-Term Effects of High-Intensity Aerobic Training on Metabolic Syndrome: An 8-Year Follow-Up Randomized Clinical Trial. J Cachexia Sarcopenia Muscle. 2025 Apr;16(2):e13780. doi: 10.1002/jcsm.13780. PMID: 40171886; PMCID: PMC11962644.
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Un estudio de ocho años revela que las personas que no hacen ejercicio se medican más
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por
Joaquín Vico Plaza
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