Los goles de los revulsivos Olmo y Ferran y el
excelente nivel físico del equipo mantienen al Barça en el liderato, que traslada la presión al Madrid. Esta semana hemos presenciado la vergonzosa campaña de la potente maquinaria del “madridismo sociológico”
sufrida por Munuera Montero, el árbitro que se atrevió a expulsar correctamente a un jugador del Madrid. Los colegiados españoles ya saben lo que les pasará si no pitan a favor de los blancos en cualquier jugada dudosa. Llevan amedrentándoles toda la vida, la diferencia es que ahora lo hacen a cara descubierta. Por eso
los títulos conseguidos por el Barça deberían valer doble. La Champions azulgrana pinta bien pero no hay que confiarse porque el Benfica ya demostró ser un rival complicado. Es incomprensible que la directiva no monte un desplazamiento a Lisboa para los socios, que deberán viajar por su cuenta para apoyar al equipo.
Laporta ha vuelto a repetir la chapuza de la venta de Barça Studios, cuyas consecuencias siguen lastrando la economía del club, con la sospechosa venta de los Palcos VIP a New Era Visionary Group, una empresa recién creada por un moldavo acusado de estafa, ubicada en un modesto piso de Sant Andreu, sin experiencia, ni conocimientos, ni empleados y que, casualmente, también ha sido elegida como Operador Oficial de Telecomunicaciones del Club asegurando que era “Líder mundial en conectividad e integraciones”.
Parece una empresa pantalla para ocultar quién, realmente, ha comprado estos asientos VIP por 28 millones. Es increíble que, a pesar de malvender el patrimonio, el club vuelva a no estar en la regla 1:1 y no tenga margen salarial ni para inscribir el nuevo contrato de Iñigo Martínez
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