Trump, una mala comedia de enredo
Dice la IA que "la comedia de enredo es un tipo de obra teatral que se caracteriza por incluir equívocos, disfraces, y suplantación de personalidades. Por lo general, se desarrolla a un ritmo rápido y aborda conflictos como la infidelidad, la sospecha, o las pasiones". Les añado que su pretensión es atornillar al asiento al espectador y sorprenderlo con nuevos personajes que adulan o traicionan al protagonista principal, según convenga a cada momento. Normalmente todo se desarrolla en un escenario lleno de puertas que se abren y cierran con sonoros portazos, para que vayan apareciendo en escena cada uno de los actuantes, en un interminable pasacalle que finaliza de forma inesperada y sorpresiva. De momento, el éxito del presidente Trump es que es el protagonista indiscutible de la obra y nos ha presentado ya a su cohorte de aduladores, dispuestos a reírle todas las gracias, al menos por ahora. El señor Musk fue el primero, aunque parece que ahora está reculando, a fuerza de perder dinero, sobre todo entre su clientela europea. De todas formas, lo que no le perdono es haber expuesto tanto a su hijo, de casi cinco años; porque la criatura debe haber perdido el norte ante tanto foco mediático. Un niño no debe ser tratado así. Pero sí me gustó cuando el dueño de Tesla apareció tocado con un queso de Wisconsin para agradar a los locales. Confieso que, durante un segundo, creí que era un tricornio benemérito y no me pareció raro, tal y como están las cosas, hasta que recuperé un poco la cordura y vi que era imposible. Comedia de enredo, ya les digo. No obstante, el peligro que tiene escribir un artículo horas antes de su publicación es que, con Trump como protagonista, se puede quedar desfasado en 5 minutos, porque la obra exige cambios continuos. De momento, a la hora de redactar este texto, estamos en la prórroga de 90 días en aranceles, para lo que él llamó "El Día de la Victoria", coordinado con supuestos besos en el culo de desconocidos personajes, que ya veremos si aparecen y sazonado con la orden de aumentar la presión de las duchas para cuidar su hermosa cabellera naranja. Si no es así, ustedes disculpen, pero hasta los periodistas más jóvenes y avezados se están viendo superados por la realidad. Convendrán conmigo en que, últimamente, el Despacho Oval es más frecuentado que la Gran Vía. Me barrunto que la idea final de Trump es abaratar al máximo el dólar, porque eso supondría ventajas para los exportadores estadounidenses. Hará que sus productos y servicios sean más baratos para los compradores extranjeros, lo que aumentará la demanda y las exportaciones y creará, supuestamente, empleos locales. Además, las multinacionales estadounidenses aumentarán sus beneficios al convertir sus ganancias en otras monedas a dólares. Otro que estará contento es el argentino Milei, entre los países deudores en dólares, porque el valor real de su deuda disminuirá. Y, por si fuera poco, aumentará también el turismo hacia Estados Unidos. Perderán...
Dice la IA que "la comedia de enredo es un tipo de obra teatral que se caracteriza por incluir equívocos, disfraces, y suplantación de personalidades. Por lo general, se desarrolla a un ritmo rápido y aborda conflictos como la infidelidad, la sospecha, o las pasiones". Les añado que su pretensión es atornillar al asiento al espectador y sorprenderlo con nuevos personajes que adulan o traicionan al protagonista principal, según convenga a cada momento. Normalmente todo se desarrolla en un escenario lleno de puertas que se abren y cierran con sonoros portazos, para que vayan apareciendo en escena cada uno de los actuantes, en un interminable pasacalle que finaliza de forma inesperada y sorpresiva. De momento, el éxito del presidente Trump es que es el protagonista indiscutible de la obra y nos ha presentado ya a su cohorte de aduladores, dispuestos a reírle todas las gracias, al menos por ahora. El señor Musk fue el primero, aunque parece que ahora está reculando, a fuerza de perder dinero, sobre todo entre su clientela europea. De todas formas, lo que no le perdono es haber expuesto tanto a su hijo, de casi cinco años; porque la criatura debe haber perdido el norte ante tanto foco mediático. Un niño no debe ser tratado así. Pero sí me gustó cuando el dueño de Tesla apareció tocado con un queso de Wisconsin para agradar a los locales. Confieso que, durante un segundo, creí que era un tricornio benemérito y no me pareció raro, tal y como están las cosas, hasta que recuperé un poco la cordura y vi que era imposible. Comedia de enredo, ya les digo. No obstante, el peligro que tiene escribir un artículo horas antes de su publicación es que, con Trump como protagonista, se puede quedar desfasado en 5 minutos, porque la obra exige cambios continuos. De momento, a la hora de redactar este texto, estamos en la prórroga de 90 días en aranceles, para lo que él llamó "El Día de la Victoria", coordinado con supuestos besos en el culo de desconocidos personajes, que ya veremos si aparecen y sazonado con la orden de aumentar la presión de las duchas para cuidar su hermosa cabellera naranja. Si no es así, ustedes disculpen, pero hasta los periodistas más jóvenes y avezados se están viendo superados por la realidad. Convendrán conmigo en que, últimamente, el Despacho Oval es más frecuentado que la Gran Vía. Me barrunto que la idea final de Trump es abaratar al máximo el dólar, porque eso supondría ventajas para los exportadores estadounidenses. Hará que sus productos y servicios sean más baratos para los compradores extranjeros, lo que aumentará la demanda y las exportaciones y creará, supuestamente, empleos locales. Además, las multinacionales estadounidenses aumentarán sus beneficios al convertir sus ganancias en otras monedas a dólares. Otro que estará contento es el argentino Milei, entre los países deudores en dólares, porque el valor real de su deuda disminuirá. Y, por si fuera poco, aumentará también el turismo hacia Estados Unidos. Perderán...
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