Teuchitlán, despertar en la pesadilla

Forbes México. Teuchitlán, despertar en la pesadilla Es impostergable hacer frente a las desapariciones. Ya no hay atajo alguno y es un problema de Estado. Más allá de recriminaciones, urgen acciones puntuales y efectivas.  Teuchitlán, despertar en la pesadilla Julián Andrade

Mar 18, 2025 - 15:12
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Teuchitlán, despertar en la pesadilla

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Teuchitlán, despertar en la pesadilla

En materia de seguridad hay crisis simultáneas: los homicidios, las desapariciones, el rebase de las capacidades forenses y la violencia criminal. En conjunto son un engranaje que puede causar daños severos, porque ya no hay margen para solo culpar a las administraciones anteriores a diciembre de 2018 de lo que está ocurriendo. Estamos ante un asunto de carácter estructural. 

Por eso el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, donde se entrenaba a sicarios, pero también se cometieron un número, por ahora indeterminado, de homicidios, se volvió un catalizador del problema de las desapariciones. 

La imagen de los cientos de zapatos, de las ropas y las mochilas, que a alguien pertenecieron, fungieron como un despertar, pero a una pesadilla.

En México se esfuman 40 personas al día según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas. Los motivos son diversos, entre los que se encuentra la voluntad de no ser encontrado, el fallecimiento sin que se pueda establecer la identidad y, por supuesto, las acciones de desapariciones forzadas. 

Los registros señalan que hay 121 mil personas en esta situación, pero es una cifra movible, que se actualiza y en la que no siempre los finales son trágicos, ya que los ausentes son localizados. 

El drama, sin embargo, se encuentra en quienes desaparecieron en manos del crimen organizado, que en no pocas ocasiones sus cuerpos se encuentran en los miles de fosas clandestinas que hay a lo largo del país o inclusive en las gavetas de los departamentos forenses, donde llegan a permanecer por años, ya que no se hacen los exámenes de ADN suficientes. 

El Comité contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas, hace un par de años hizo una estimación estrujante al señalar que podría demorar unos 100 años la identificación de los entonces 52 mil cuerpos que estaban en espera de estudios forenses adecuados. 

De ese tamaño es el desafío y aumentará si no se toman las providencias necesarias.

Al parecer, la presidenta Claudia Sheinbaum está dispuesta a modificar y fortalecer a la Comisión Nacional de Búsqueda, la que quedó marginada luego de la salida de su comisionada, Karla Quintana, porque el entonces primer mandatario, López Obrador, no estaba de acuerdo con las cifras que se estaban presentando y que mostraban los contornos de una crisis de alto relieve. 

Quintana, una funcionaria rigurosa y capaz, tuvo razón, se perdió tiempo, pero es el momento de tomar cartas en el asunto, porque nadie puede ser indiferente al horror que se está viviendo. 

Las desapariciones tienen un pasado compartido y una vigencia presente, de ahí que sea absurdo el insistir en culpas específicas, cuando estamos ante una derrota del Estado en su conjunto. 

Ojalá, Teuchitlán, funcione como una suerte de catalizador que, entre otras cosas, permita de la acción de todos los niveles de gobierno en lo que es una prioridad nacional. 

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