Teo Lucadamo, un 'nepobaby' con 'El dilema del rapero blanco': "Es interesante ver qué posición ocupamos"
Tras comenzar su carrera musical en 2020, el hijo de Aitana Sánchez-Gijón lanza su primer disco, con el que reflexiona sobre ser un "rapero blanco más" que canta en un género históricamente gentrificado.

"Los raperos blancos, especialmente los de clase acomodada, como es mi caso, deberíamos tener un acercamiento más respetuoso al rap". Siendo plenamente consciente de sus privilegios y de la historia que hay detrás, Teo Lucadamo, tras iniciar su carrera musical en 2020, lanza su primer álbum, en el que invita a "tomar conciencia y ver qué posición ocupamos", tal y como declara a 20minutos.
Hijo de la actriz Aitana Sánchez-Gijón y del escultor argentino Guillermo Papin Luccadane, el arte está prácticamente en su ADN. Y eso se hace más evidente al ver que su relación con la música fue "amor a primera vista" a los 18 años, tras trastear con un micrófono en clase que le abrió las puertas a la que hoy en día es su pasión. Poco después, comenzó a lanzar sus temas en plataformas digitales y sus primeras maquetas de rap hacían entrever su amor por el género que ahora, a sus 24 años, se plasma en su primer disco, un proyecto orquestado por el concepto que le da nombre, El dilema del rapero blanco.
Se puede decir que tiene múltiples ingredientes que podrían alejarle del rap: blanco y de clase acomodada. Pero esa es precisamente la disyuntiva que plantea el concepto del rapero blanco, el hacer "hip hop sabiendo que estás contribuyendo a la gentrificación del género" por ser "un blanco acomodado".
Y es que Teo Lucadamo, tras ver un vídeo del youtuber afroamericano FD Signifier titulado Eminem y el problema del rapero blanco, cambió su forma de pensar: "Los raperos blancos fueron determinantes para que este pasase de ser un género identitario de la comunidad negra americana a un fenómeno comercial internacional", pues artistas como Vanilla Ice, Macklemore o Mac Miller, pese a "su amor por esta cultura y aun habiendo crecido en entornos de exclusión social", sirvieron "como instrumento del capitalismo para blanquear (nunca mejor dicho) un género que resultaba problemático para la familia tradicional estadounidense".
"Romantizar la cultura de una raza es racismo"
El músico sostiene a 20minutos que "hay muchos ejemplos distintos", como Eminem, quien "venía de unas condiciones de pobreza y de marginación similares a las de los afroamericanos" y hace rap con toda la pasión del mundo y sin faltar al respeto al género, pero este concepto incide en que, "al ser una cara blanca, era muchísimo más vendible" y, "gracias a su condición, no ha dejado de comerse un trozo del pastel que le podría haber correspondido a otros artistas de su talla".
Lo cierto es que, tal y como el cantante defiende, en realidad el rap "no entiende de fronteras ni de colores de piel", pero es importante entender que abordar el género sin "tener en cuenta ciertos factores culturales, económicos e históricos" puede hacer que se "romanticen elementos característicos del rap y de la raza negra", lo cual "es una expresión más de racismo".
Por ello, él no pretende representar al género, sino que se ha centrado en que su disco, El dilema del rapero blanco, "fuese musicalmente sugerente" a la vez que exploraba un mensaje tan importante como este, que apuesta por que "los raperos blancos, especialmente los de clase acomodada", como es su caso, tengan "un acercamiento más respetuoso al rap".
"Tomar conciencia ha transformado mi música"
Puede resultar difícil verlo desde los privilegios, pero Teo Lucadamo defiende que "no hay nada más respetuoso que hacer un esfuerzo por reconocer las verdades incómodas", por lo que considera que "es interesante tomar conciencia y ver qué posición ocupa" cada uno en todo esto. No obstante, sí que matiza que el hip hip es "un caso aparte en España", donde los artistas lo "hacen con mucha pasión y amor" ajenos a este dilema, pues es "un fenómeno concreto que está más latente en Estados Unidos y aquí a la gente le da un poco igual".
"El concepto puede sonar un poco grande así de repente, pero en las letras de mis canciones es más liviano", destaca el músico. "Es ese síndrome del impostor por estar haciendo un género musical de una cultura a la que realmente no pertenezco. Pero eso me ha llevado a absorber muchas influencias y a entender los fundamentos del rap"
"Gracias a este proyecto he tomado conciencia y esto ha transformado mi música, creo que para bien", admite el artista, que asegura que no se considera rapero, sino "un producto musical, un intérprete" al que le gusta "dar la nota" y que se encuentra actualmente en esta fase rapera, pero que espera "hacer canciones muy distintas" a lo largo de su vida.
La cultura como canal para lanzar mensajes
Lo que tiene claro es que la música es su medio y piensa "utilizarlo toda la vida", pues es un "canal en el que los mensajes calan con mayor facilidad" y "nos afectan y transmiten mucho más" a través de "melodías hermosas". Y así lo quiere demostrar con su disco, El dilema del rapero blanco, trabajo que incluye los dos temas que lanzó anteriormente, Llamadas y Te vas a curar.
Todo ello, mientras se adapta a una industria cambiante en la que "evoluciona la forma de consumir música, la gente pide un contenido más inmediato y nuestra capacidad de atención ha menguado". "El resultado son productos más fáciles de consumir, música más desechable, pero los proyectos de larga duración siguen ahí, siguen saliendo cada año mogollón de discos buenísimos".
Por ello, por más que crezca esa tendencia, él apuesta por "hacer contracultura" y seguir apostando por productos cuidados al detalle y con tiempo. Y esa es la estrategia que ha seguido con El dilema del rapero blanco, disco con el cual está girando por salas y festivales de toda España, acompañado de su banda.
Orgulloso de ser hijo de famosos
Además de la música, la vida de Teo Lucadamo ha pasado por el teatro y por el arte plástico, y no es de extrañar, siendo hijo de la actriz Aitana Sánchez-Gijón y del escultor Guillermo Papin Luccadane. Pero si con su disco ya ha demostrado que reconoce los privilegios de ser blanco y de clase acomodada, no puede sino hacerle gracia que a esto se añada su condición de nepobaby.
Este término, que se usa para referirse a los hijos de los famosos, suele ir relacionado con connotaciones negativas, pero el artista de 24 años se abandera de él: "Cuando pesa ser 'hijo de' es porque no tienes nada más de lo que quejarte. Yo estoy bien como estoy, estoy muy orgulloso de mi madre y muy satisfecho de estar donde estoy por mi propia determinación y por las oportunidades que me han dado mis padres".
De hecho, ellos le apoyan en todo, pese a que "no les mola mucho el rap". "Lo que a mi madre le gusta es verme haciendo cosas y le gusta cómo me expreso. Ella dice que le gustan mis canciones, pero realmente le gusta otro tipo de música", sostiene a 20minutos. "Aun así, disfrutan mucho de mis conciertos y me apoyan mucho en ese sentido, han hecho un esfuerzo por comprenderlo durante los años que llevo ya".
Teo Lucadamo se abandera de la mezcla de elementos tan dispares como hacer rap siendo blanco y nepobaby, y rompe estereotipos para demostrar que no hay nada de malo en reconocer los privilegios que uno tiene para crear desde un punto de vista mucho más honesto y respetuoso, ejercicio de sinceridad que incluso enriquece el resultado.