Serrat entra en la Caja de las Letras: «Hoy Don Quijote saldría muy mal parado»

Joan Manuel Serrat sigue poniendo en pie a su público, el que le lleva siguiendo décadas. A sus 81 años, retirado ya de los escenarios, llenó de viejos fieles el auditorio del Instituto Cervantes , institución que este jueves se unió a la Asociación de Editores de Madrid para darle un homenaje, otro, al cantante catalán. En este caso, para entregarle el premio de Antonio de Sancha de los editores y para abrirle la caja 1.276 de la Caja de las Letras. Se trataba de matar dos pájaros de un tiro, un chiste fácil que se oyó más de una vez en la ceremonia, y el público asistente bien que lo agradeció con aplausos y más aplausos. «Es una idea estupenda utilizar las cajas del Banco Central para depositar cosas más importantes que las que hubo depositadas en su tiempo: depositar sueños, fantasía, pensamientos y arte, pero arte vivo», celebró Serrat . Fueron cuatro objetos «muy representativos» los que el cantante depositó en la cámara acorazada del Cervantes. Uno es el primer disco que grabó en el año 1965, «y que se está desintegrando; gracias a que aquí lo van a tener en condiciones más seguras». También cedió Serrat un libro de Miguel Hernández que compró en el 66. Con él empezó a trabajar cuando le puso música a su primer trabajo sobre el poeta: «Está lleno de tachaduras, por eso es interesante. Está roto, como tiene que estar un libro, roto, manchado y con signos evidentes de haber sido usado». Es un ejemplar de la editorial Losada: «Siempre hubo extraperlo en este país». El tercer objeto es la partitura original de 'Mediterráneo' , hecha para la orquesta original que se utilizó para grabar por primera vez. «Siento mucho dejar estos objetos. Este no tanto», añadió, en referencia su primera máquina de escribir portátil. «Con ella iba de viaje y en ella escribía. He escrito poemas, cartas... Ha sido una gran compañía. Es tremendo lo que pesa, pero llenó mi vida y llenó muchas horas en la que los sueños tenían ganas de plasmarse en papel». Serrat dijo sentirse emocionado de tener que dejarlos. «Le he preguntado al jefe si podía retirarlos en aquel momento», bromeó. El público, su público, que siguió su discurso a través de una pantalla en el auditorio que hay junto a la Caja de las Letras rio y aplaudió. El jefe era Luis García Montero , director del Instituto Cervantes y amigo del cantante. García Montero dijo que la entrega de este legado es una fiesta, «un modo de celebrar la educación sentimental de los españoles que en conversación con el exilio, la memoria y la imaginación del futuro, y un futuro decente, empezaron a caminar los caminos de la democracia». De fondo sonaba 'Fiesta', la versión que permitió el franquismo. «En el Cervantes nos dedicamos a defender la cultura española y la cultura en español, es decir, la cultura en catalán, gallego, euskera y español, el español peninsular y el hispanoamericano», dijo el poeta. Serrat recibió también con emoción el premio de los editores de Madrid. «En algunos casos los premios podrían haber caído en mejores manos, pero la vida ha sido generosa conmigo y yo los cuido muy bien», dijo a preguntas de los periodistas. Sigue siendo un seductor. Cuando le preguntan, se gira hacia su interlocutor, le mira a los ojos y le responde con calma. Cuando habla ante su público, bromea y guarda los silencios adecuados; el escenario siempre le sienta bien. «Estoy muy agradecido a la vida porque me ha permitido hacer un oficio que me ha hecho muy feliz, que me ha dado muchas satisfacciones, que me ha permitido expresarme, comunicarme y encontrarme con los demás». El homenajeado comentó que se siente bien. «Yo cada día que me despierto me siento estupendamente. Pienso que la vida es un acto maravilloso a pesar de los pesares. Procuro retrasar la hora de las noticias y de encender la tele para enterarme de ciertas cosas. Y mirando alrededor mío me parece que la vida sigue siendo un regalo de la vida». Con todo, ¿el legado quijotesco sigue vivo? «Está pasando por un mal trago, un mal momento realmente», respondió. «Pero quizá el talento de Cervantes sigue perfectamente vivo y los personajes de Cervantes siguen diciendo unas cosas que nos pueden ser hoy en día también muy útiles. Realmente Don Quijote saldría muy mal parado, mucho peor que lo que salió en su época original». Serrat se declaró un lector de papel, un lector compulsivo: «Aparte de lector, soy un maltratador de libros. Los mancho, los tacho, los subrayo», dijo. «Aquellos que leen mi biblioteca, si es que les interesa para algo, podrán seguir el rastro de mi vida».

Abr 10, 2025 - 14:21
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Serrat entra en la Caja de las Letras: «Hoy Don Quijote saldría muy mal parado»
Joan Manuel Serrat sigue poniendo en pie a su público, el que le lleva siguiendo décadas. A sus 81 años, retirado ya de los escenarios, llenó de viejos fieles el auditorio del Instituto Cervantes , institución que este jueves se unió a la Asociación de Editores de Madrid para darle un homenaje, otro, al cantante catalán. En este caso, para entregarle el premio de Antonio de Sancha de los editores y para abrirle la caja 1.276 de la Caja de las Letras. Se trataba de matar dos pájaros de un tiro, un chiste fácil que se oyó más de una vez en la ceremonia, y el público asistente bien que lo agradeció con aplausos y más aplausos. «Es una idea estupenda utilizar las cajas del Banco Central para depositar cosas más importantes que las que hubo depositadas en su tiempo: depositar sueños, fantasía, pensamientos y arte, pero arte vivo», celebró Serrat . Fueron cuatro objetos «muy representativos» los que el cantante depositó en la cámara acorazada del Cervantes. Uno es el primer disco que grabó en el año 1965, «y que se está desintegrando; gracias a que aquí lo van a tener en condiciones más seguras». También cedió Serrat un libro de Miguel Hernández que compró en el 66. Con él empezó a trabajar cuando le puso música a su primer trabajo sobre el poeta: «Está lleno de tachaduras, por eso es interesante. Está roto, como tiene que estar un libro, roto, manchado y con signos evidentes de haber sido usado». Es un ejemplar de la editorial Losada: «Siempre hubo extraperlo en este país». El tercer objeto es la partitura original de 'Mediterráneo' , hecha para la orquesta original que se utilizó para grabar por primera vez. «Siento mucho dejar estos objetos. Este no tanto», añadió, en referencia su primera máquina de escribir portátil. «Con ella iba de viaje y en ella escribía. He escrito poemas, cartas... Ha sido una gran compañía. Es tremendo lo que pesa, pero llenó mi vida y llenó muchas horas en la que los sueños tenían ganas de plasmarse en papel». Serrat dijo sentirse emocionado de tener que dejarlos. «Le he preguntado al jefe si podía retirarlos en aquel momento», bromeó. El público, su público, que siguió su discurso a través de una pantalla en el auditorio que hay junto a la Caja de las Letras rio y aplaudió. El jefe era Luis García Montero , director del Instituto Cervantes y amigo del cantante. García Montero dijo que la entrega de este legado es una fiesta, «un modo de celebrar la educación sentimental de los españoles que en conversación con el exilio, la memoria y la imaginación del futuro, y un futuro decente, empezaron a caminar los caminos de la democracia». De fondo sonaba 'Fiesta', la versión que permitió el franquismo. «En el Cervantes nos dedicamos a defender la cultura española y la cultura en español, es decir, la cultura en catalán, gallego, euskera y español, el español peninsular y el hispanoamericano», dijo el poeta. Serrat recibió también con emoción el premio de los editores de Madrid. «En algunos casos los premios podrían haber caído en mejores manos, pero la vida ha sido generosa conmigo y yo los cuido muy bien», dijo a preguntas de los periodistas. Sigue siendo un seductor. Cuando le preguntan, se gira hacia su interlocutor, le mira a los ojos y le responde con calma. Cuando habla ante su público, bromea y guarda los silencios adecuados; el escenario siempre le sienta bien. «Estoy muy agradecido a la vida porque me ha permitido hacer un oficio que me ha hecho muy feliz, que me ha dado muchas satisfacciones, que me ha permitido expresarme, comunicarme y encontrarme con los demás». El homenajeado comentó que se siente bien. «Yo cada día que me despierto me siento estupendamente. Pienso que la vida es un acto maravilloso a pesar de los pesares. Procuro retrasar la hora de las noticias y de encender la tele para enterarme de ciertas cosas. Y mirando alrededor mío me parece que la vida sigue siendo un regalo de la vida». Con todo, ¿el legado quijotesco sigue vivo? «Está pasando por un mal trago, un mal momento realmente», respondió. «Pero quizá el talento de Cervantes sigue perfectamente vivo y los personajes de Cervantes siguen diciendo unas cosas que nos pueden ser hoy en día también muy útiles. Realmente Don Quijote saldría muy mal parado, mucho peor que lo que salió en su época original». Serrat se declaró un lector de papel, un lector compulsivo: «Aparte de lector, soy un maltratador de libros. Los mancho, los tacho, los subrayo», dijo. «Aquellos que leen mi biblioteca, si es que les interesa para algo, podrán seguir el rastro de mi vida».