Cuando aparecen en el preámbulo de Los cuernos de don Friolera, caracterizados como un par de paisanos que contemplan desde su balcón el gran teatro del mundo, teorizando en espardeñas sobre nuestros dramaturgos y los personajes de Shakespeare, Roberto Enríquez y Nacho Fresneda resultan casi irreconocibles. Al cabo de una escena, tomarán con energía sus papeles de Friolera y Pachequín, respectivamente, elevándolos hasta firmar unas magníficas interpretaciones.

De justicia es reconocer que forman parte de un extraordinario elenco de actores, junto a Lidia Otón, Ester Bellver, Pablo Rivero Madriñán, Miguel Cubero, José Bustos e Iballa Rodríguez, todos en estado de gracia. Bajo la atinada dirección Ainhoa Amestoy, levantan el montaje teatral más rotundo e inspirado de lo que va de temporada.

Don Ramón María del Valle-Inclán nos ofrece su mirada lacerante, su siempre imaginativo y asombroso verbo, en un esperpento donde la paparrucha provoca un cataclismo que levanta todas las alcantarillas de una ciudad imaginaria. De ello y de otros muchos aspectos de nuestra realidad, en cierto modo esperpéntica, hablamos con estos dos grandes actores.

Nacho Fresneda: "Me gustaría que hoy en día hubiera una figura tan crítica como Valle, que pusiera el dedo en la llaga, pero no la hay"

Roberto Enríquez: "El fenómeno Montoya son 'Los cuernos de don Friolera' versión.0. ¡Toda España viendo cómo a un tipo su chica le es infiel con otro!"

Nacho Fresneda: "Personajes como Trump son puro esperpento y están quitándole el trabajo a los humoristas. ¿Cómo parodias a alguien así?"

Roberto Enríquez: "Hay actores con los que me ilusionaba llegar a trabajar y después resultaron ser unos absolutos egoístas"

Roberto Enríquez: "Es lógico que el gobierno franquista prohibiera esta obra, porque Valle no deja títere con cabeza, desde el pico de la pirámide a la base"

Nacho Fresneda: "Me dedico a esto porque soy muy vulnerable y he canalizado mi fragilidad hacia lo artístico"