Queratocono: ¿por qué es peligroso de frotarse los ojos?
Todos lo hemos hecho: te pican los ojos después de horas frente a la pantalla, un resfriado te tiene harto o las alergias no te dejan de molestar, y ahí van tus manos a restregarte como si no hubiera mañana. Parece inofensivo, pero ojo (literalmente), porque ese gesto compulsivo puede estar lastimando tu córnea más […]
Todos lo hemos hecho: te pican los ojos después de horas frente a la pantalla, un resfriado te tiene harto o las alergias no te dejan de molestar, y ahí van tus manos a restregarte como si no hubiera mañana. Parece inofensivo, pero ojo (literalmente), porque ese gesto compulsivo puede estar lastimando tu córnea más de lo que crees. El queratocono, una enfermedad rara pero seria, está en la mira de los expertos, y el mensaje es claro: frotarse los ojos no es tan buena idea como parece.
Queratocono: Qué lo provoca y cómo te afecta
El queratocono es muy silencioso: empieza en la infancia o adolescencia y va deformando la córnea, esa capa transparente que protege tu ojo y te deja ver claro. ¿Qué lo provoca? No hay una respuesta definitiva, pero los expertos apuntan a un combo de factores. La genética juega un papel clave: en un 25% de los casos se hereda, así que, si alguien en tu familia lo tiene, estate atento. También hay factores ambientales, como alergias o conjuntivitis que te hacen rascarte sin parar. Miguel Naveiras, oftalmólogo de la Universidad de Navarra, dice que el frotamiento compulsivo es el gran villano, porque presiona y debilita las fibras de colágeno de la córnea hasta que se deforma en forma de cono. Pantallas todo el día o ambientes secos también resecan los ojos y te tientan a tallarlos, pero la ciencia aún no dice si eso lo causa directamente.
Las señales que no deberías ignorar
¿Cómo saber si algo va mal? Según Luis Fernández-Vega, del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, hay pistas claras: visión borrosa, imágenes distorsionadas, dolor o irritación ocular, y una sensibilidad loca a la luz. Si notas que tus lentes ya no te sirven y cambias de graduación a cada rato, podría ser queratocono asomándose. No es para que te asustes, pero sí para que corras al oftalmólogo si esto te suena familiar. En la consulta, con una topografía corneal o una lámpara de hendidura, te sacan la radiografía del ojo y confirman si hay algún problema.
¿Cómo se soluciona el queratocono?
La buena noticia es que hay formas de frenarlo y hasta corregirlo. Si lo encuentras temprano, gotas antihistamínicas o lágrimas artificiales pueden calmar el picor y evitar que te frotes. Para casos más avanzados, el crosslinking (un tratamiento con luz UV y riboflavina) refuerza la córnea y detiene su progresión. Si ya está muy deformada, los anillos intracorneales (unos aros que se implantan con láser) ayudan a devolverle su forma. En el peor escenario, un trasplante corneal (DALK o completo) es la opción, pero eso es raro hoy en día gracias a la detección temprana. El objetivo es siempre ralentizar el daño, dice Fernández-Vega, y mantener tu visión lo más estable posible.
Qué NO hacer si tienes queratocono
Si te diagnostican queratocono, hay reglas de oro para no empeorarlo. ¡No te frotes los ojos! Es como echarle gasolina al fuego, porque dañas más la córnea. Evita el contacto con alérgenos si tienes alergias (polvo, polen) y no abuses de las pantallas sin descansos, porque resecan y te tientan a rascarte. Nada de cirugías como LASIK si tienes esta condición; los expertos dicen que debilitaría aún más tu córnea. Y si usas lentes de contacto, sigue las instrucciones del oftalmólogo al pie de la letra para no irritar más el ojo.
¿Cuánto cuesta una cirugía de queratocono?
El precio depende de qué tan avanzado esté y del tratamiento. El crosslinking, que es el más común para frenar el queratocono, ronda entre $2,500 y $4,000 USD por ojo en promedio, según datos de clínicas especializadas, aunque en países como México puede bajar a $1,500-$2,000 USD por ojo dependiendo del lugar. Los anillos intracorneales suben un poco más, entre $1,500 y $2,500 USD por ojo.
Ok, recapitulando: frotarse los ojos puede desencadenar o empeorar el queratocono, una condición que mezcla genética y hábitos como el rascado compulsivo. Con señales como visión borrosa y tratamientos que van desde gotas hasta cirugías, la clave es actuar rápido. Para de tallarte ya, usa gotas y chequea tus ojos; tu córnea te lo va a agradecer.
