3 poemas de Nonú, de Laura Ramos

Este poemario es pura emoción e imaginación, lenguaje y fábula, invención y redescubrimiento. Nonú nos traslada al mundo personalísimo de Laura Ramos, una de las voces más prometedoras de la nueva poesía española. En Zenda reproducimos tres poemas de Nonú (La Bella Varsovia), de Laura Ramos. *** Existen 160 mil especies de moscas y los ento... Leer más La entrada 3 poemas de Nonú, de Laura Ramos aparece primero en Zenda.

Mar 22, 2025 - 09:54
 0
3 poemas de Nonú, de Laura Ramos

Este poemario es pura emoción e imaginación, lenguaje y fábula, invención y redescubrimiento. Nonú nos traslada al mundo personalísimo de Laura Ramos, una de las voces más prometedoras de la nueva poesía española.

En Zenda reproducimos tres poemas de Nonú (La Bella Varsovia), de Laura Ramos.

***

Existen 160 mil especies de moscas y los ento mólogos solo pueden tratar de adivinar la cantidad que desconocemos.
Oscila entre los cientos de miles y los millones. Ex-istere significa «salir de», «manifestarse» y, por lo tanto, «venir al ser».

Sobre la mesa de la cocina se desparraman las tripas de una nueva especie, muy parecida al jején de chocolate, pero que no encaja con ninguna de las descripciones ofrecidas hasta la fecha por expertos:
—¿Te das cuenta de lo que has hecho, abuelo?

»Has creado

una mosca.

Empezamos hablando de las moscas porque era para mí
un ritual de reconocimiento que supieras
el origen de mi vida.
Como escribiendo una autobiografía nos sentamos a las afueras de la capital,
al borde exacto de los mirlos metálicos
(donde antaño podían verse volar los mirlos  metálicos, quise decir, puesto que ahora no es  más que un simple páramo de escarlata arcilla  arenosa).

Te creí mi amigo de verdad,
porque son los amigos de verdad generalmente grandes y alados,
de madres fumadoras e insoportables / sospechosamente no-rojoss
hermanos mayores,
modelando como decía una escultura
que encuentra
el orden natural de las palabras:
así comenzamos
nuestra historia.

Cuatro años antes
quince pasos míos eran tres pasos de Dios,
las baldosas húmedas de color naranjazul.
Tú ladeabas la cabeza en medio de la escucha y me prometías
entender la calidad de mis recuerdos.
Te pregunté muchas veces por tu abuelo y tan solo
pudiste decirme que se había marchado hacía mucho
por la frontera oeste del territorio
(del que jamás habías visto un mapa).
Hablabas de la rocosidad de la casa de tu abuela y de lo enfadada
que estaba tu madre
por el abandono.
Yo te creí y me enternecí mucho y te quise cuidar
regalándote un pañuelo apretando muy fuerte una herida
que te habías hecho bajando hasta la playa
en la palma de una mano.
¿Qué te daría a ti?

Días después mi abuelo descubrió una mosca de oro que pendía
de una cadena de oro que pendía
de unas manos de oro
de faraón.
Dios dejó de ser Dios comenzó a ser
Mosca Grande.

Había una tormenta cuando Mosca Grande
murió.
Las olas como un trabajo heroico
se imponían al muro con ímpetu desde la ventana protegida
de mi cuarto adolescente
mi madre me dijo: el abuelo ha muerto.
¿Es culpa del no-jején de chocolate? Para tal caso ni tan siquiera sé
su nombre podría haber sido cualquier cosa.
Te reclinaste sobre ti mismo y dejaste caer la mano
perfectamente vendada
sobre mi mano.

***

Yo siempre he sido de goma.
Cuando mi madre me parió
salí disparada y reboté con-
tra los azulejos. Mi madre
se rio. Me parece una proe-
za que una madre pueda reír
así después de sangrar tanto.
Tenga, su niña de goma. En-
tonces paró. Es de goma de
verdad.

Hay muchos tipos diferentes de goma. En estado natural, tengo el color del caucho bruto:  un hidrocarburo blanco. Su fórmula química es C5H8. Sin embargo, soy claramente un elástico sintético. Mi madre no podía parar de reír, pero creo que no estaba contenta. Nadie vino a ver nos al hospital: es algo que recuerdo. Al parecer la goma, por elástica, nace con memoria.

***

Sobre la risa de mi madre podría haber-
se escrito un libro de libros. Trataba de tomarme por el tórax
con miedo a que me resbalara
de entre su cuna y comenzara a rebotar
como esas pelotas de las máquinas expendedoras
de la feria de Santa Nerí. Nunca me han gustado esas pelotas.
No se preocupe, su hija no puede dañar
sus huesecitos. Había algo que a mi madre no le gustaba de la palabra
huesecitos.
Llamó muchas veces a una hermana que tenía.
Yo me sentaba muy quieta y la miraba llamar. Acabó por instalar rejas
en las ventanas porque, de vez en cuando, me precipitaba por ellas
en un mero descuido
al caerme de la cama.
Llamaba a su hermana tirada en el suelo, durante horas.
Yo le decía, mamá mamá, cómo era eso que hacían los grillos.
Cricrí cricrí, pero no llores, mamá, tú no me llores

—————————————

Autora: Laura Ramos. Título: Nonú. Editorial: La Bella Varsovia. Venta: Todos tus libros.

BIO

Laura Ramos (Avilés, 1996) cuenta historias que a veces son mentira y a veces no. Ha publicado La verdad es que estoy sola y que estoy ardiendo (Siltolá, 2022), Pasan cosas bellísimas (Isla Elefante, 2024) y Nonú (La Bella Varsovia, 2025).

La entrada 3 poemas de Nonú, de Laura Ramos aparece primero en Zenda.