¿Qué fue del Tratado con Francia?

El Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia ha quedado invalidado en un momento en el que la defensa de Europa está siendo cuestionada.

Feb 14, 2025 - 08:05
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¿Qué fue del Tratado con Francia?

La pretensión de los coaligados que nos gobiernan, liderados por el PSOE, de enviar a las Cortes para que fuera ratificado el Tratado de Amistad y Cooperación entre el reino de España y la República francesa, que habían suscrito los presidentes del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la República, Emmanuel Macron, el 19 de enero de 2023 durante la clausura de la XXVII Cumbre Bilateral, ha quedado de nuevo invalidada. Esta invalidez emerge cuando se llevan cumplidos más de dos años desde que se acordaran los términos del Tratado en Barcelona. Que así haya sido deriva de la decisión adoptada por el Grupo Parlamentario del PP en el Senado de presentar un recurso de inconstitucionalidad de carácter previo que, una vez aprobado por mayoría absoluta en el Senado, dejará paralizada su aplicación.

Para incoar semejante recurso, el PP aduce que en el artículo segundo del Tratado al que nos venimos refiriendo se establece que un miembro del Ejecutivo francés participará, una vez cada trimestre, en el Consejo de Ministros del Gobierno de España y viceversa y argumenta que es insuficiente la reforma introducida en el artículo 5.2 de Ley del Gobierno a tenor de la cual su redacción literal ha quedado en estos términos literales: "A las reuniones del Consejo de Ministros podrán asistir los secretarios de Estado y excepcionalmente otros altos cargos, cuando sean convocados para ello, sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados internacionales válidamente celebrados por España".

Pero, según el recurso ahora interpuesto, "para permitir la presencia de extranjeros en las reuniones del Consejo de ministros sería necesaria, además, la reforma del artículo 98 de la Constitución, que describe la composición del Gobierno, y la de los artículos 13 y 23 de la Carta Magna, a tenor de los cuales solo los españoles son titulares de los derechos a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes.

La importancia del Tratado de Amistad y Cooperación entre el reino de España y la República francesa fue ponderado por la newsletter de Moncloa y los sospechosos habituales que lo ensalzaron por encima del Tratado de amistad entre Francia y Alemania Occidental, firmado por el presidente Charles de Gaulle y el canciller Konrad Adenauer el 22 de enero de 1963 en el palacio del Elíseo de París.

Pero el Tratado del Elíseo ha sido la clave fundamental del eje franco-alemán motor de la Unión Europea mientras que todas las diferencias e incomprensiones entre España y Francia se han mantenido o agravado en estos dos últimos años cualquiera que sea el ámbito que se examine, lo mismo da que sea el de las interconexiones eléctricas, los gaseoductos, las líneas férreas, el Mediterráneo o el Cantábrico, la inmigración, el Sáhara Occidental o la investigación científica, sin que haya celebrado siquiera la preceptiva cumbre bilateral correspondiente a 2024.

La persistencia de las barreras mencionadas, y de tantas otras, que obstaculizan de forma irracional la buena vecindad entre los dos países no debería impedir tomar buena nota de la seriedad de Francia en cuestiones decisivas como son las de la Defensa. El general De Gaulle dijo un buen día: "La defensa de Francia tiene que ser francesa" y, de ese enunciado, nació la forçe de frappe, fuerza nuclear francesa que garantiza su autonomía y ejerce la disuasión del débil al fuerte como la define el general Beaufre en su Introducción a la estrategia.

En esa misma línea deberá proclamarse que "la defensa de Europa tiene que ser europea". Por eso, en medio de tanto ruido perturbador, aportan un mayor esclarecimiento y señalan un buen camino las declaraciones del Ministro de Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, donde reclama que "Europa debe cambiar de actitud porque nadie defenderá nuestros intereses por nosotros". Repetimos que la seguridad no se compra en los supermercados de armamentos y que, como ya definiera Jenofonte, hay tres clases de soldados: los de la patria, los de la idea y los de la paga. Continuará.