Qué comer en Cuaresma en Córdoba: dulces y platos típicos
Como cada año en vísperas al comienzo de Semana Santa y durante el transcurso de ella, el recetario tradicional de estas fiestas sale a la luz de nuevo para deleitarnos con las mejores comidas y reposterías que muchos ansían todo el año, pues en Andalucía y especialmente en Córdoba, es frecuente combinar el fervor religioso y las tradiciones de los creyentes que lo viven al máximo con la gastronomía. Cultura y gastronomía. El olor del incienso o el olor de los dulces, o los dos. Mientras que unos anhelan la llegada de la Cuaresma para apreciar las procesiones de sus hermandades favoritas, los más golosos lo hacen para poder degustar los platos típicos que, pese a realmente tener la posibilidad de poder comerlos siempre y cuando queramos, lo aplazamos una vez al año para no perder la magia que ahora sí está más que justificada. Quienes han tenido y cuentan con la suerte de comer comida casera típica de la Cuaresma y posteriormente relacionada con la Pascua en su propio hogar, son muy afortunados . Pero a quienes la cocina no sea lo suyo y aun así sea un amante del buen comer, también cuentan con la fortuna de que Córdoba posee una amplia variedad de tabernas , restaurantes y confiterías que empañan tanto sus cartas como sus vitrinas de dulces y aromas, aupando notoriamente al atractivo turístico gastronómico de la ciudad. El dulce más típico y reconocido probablemente sean las torrijas . Esta rebanada de pan bañada en leche y huevo, frita en aceite de oliva virgen extra y aromatizada con azúcar y canela, no explica su sencilla manera de hacerlas proporcionalmente con su paladar. Otros que no pueden faltar en las recetas son los pestiños . Este pastel realizado a base de harina, vino, aove, limón o miel entre otros, comparte en común con las torrijas que ambos contienen ingredientes y frituras que los hacen muy calóricos. Pese a tener la opción de encontrarlos el resto del año en las pastelerías, los buñuelos son típicos también de esta época del año. La variedad de tipos que podemos llegar a encontrar de este dulce es amplísima dependiendo de la región en la que se haga, pero originalmente contiene harina, anís, leche, huevo, azucar y sal. No hay que olvidar tampoco las flores fritas de azúcar típicas en nuestro país, que no difieren mucho de los buñuelos, pues llevan también licor de anís e ingredientes bastante similares. Continuando la lista de principales dulces tradicionales de nuestra zona llegamos a los roscos fritos. Creados a base de harina de trigo, levadura, aove, leche, naranja y azúcar entre otros componentes más, este dulce aguarda una estrecha relación con los pestiños y los buñuelos debido a que se tratan de recetas evolucionadas procedentes de Al-Ándalus e introducida en la península en torno al siglo X. Córdoba cuenta con una dilatada lista de pastelerías repartidas por toda la ciudad que trabajan estas recetas tradicionales. Muchas de ellas, aunque los tiempos cambien y logren adaptarse a ellos, ya son todo un clásico que cargan a sus espaldas décadas de trabajo heredado de generación en generación que hacen imposible que dicho relevo pierda su identidad. La Cuaresma es tan solo una época más del año en las que las panificadoras se visten de gala, pues desde meses atrás ya ofertan el encanto gastronómico de esta práctica penitencial. Prácticamente la mayoría de dulces típicos de Semana Santa sufren modificaciones tanto al variar de comunidades autónomas como con el paso de los años, pero es cierto que gran parte de ellos aguardan varias características en conjunto. La primera por la facilidad por un lado de hacerlos y por otro de encontrar los ingredientes , pues son simples y habituales de localizar en cualquier despensa. La otra razón porque contienen un alto contenido de calorías que hacen impensable consumirnos con frecuencia. Y por último y no por ello menos importante, por el cariño, amor y tradición con los que se elaboran.
Como cada año en vísperas al comienzo de Semana Santa y durante el transcurso de ella, el recetario tradicional de estas fiestas sale a la luz de nuevo para deleitarnos con las mejores comidas y reposterías que muchos ansían todo el año, pues en Andalucía y especialmente en Córdoba, es frecuente combinar el fervor religioso y las tradiciones de los creyentes que lo viven al máximo con la gastronomía. Cultura y gastronomía. El olor del incienso o el olor de los dulces, o los dos. Mientras que unos anhelan la llegada de la Cuaresma para apreciar las procesiones de sus hermandades favoritas, los más golosos lo hacen para poder degustar los platos típicos que, pese a realmente tener la posibilidad de poder comerlos siempre y cuando queramos, lo aplazamos una vez al año para no perder la magia que ahora sí está más que justificada. Quienes han tenido y cuentan con la suerte de comer comida casera típica de la Cuaresma y posteriormente relacionada con la Pascua en su propio hogar, son muy afortunados . Pero a quienes la cocina no sea lo suyo y aun así sea un amante del buen comer, también cuentan con la fortuna de que Córdoba posee una amplia variedad de tabernas , restaurantes y confiterías que empañan tanto sus cartas como sus vitrinas de dulces y aromas, aupando notoriamente al atractivo turístico gastronómico de la ciudad. El dulce más típico y reconocido probablemente sean las torrijas . Esta rebanada de pan bañada en leche y huevo, frita en aceite de oliva virgen extra y aromatizada con azúcar y canela, no explica su sencilla manera de hacerlas proporcionalmente con su paladar. Otros que no pueden faltar en las recetas son los pestiños . Este pastel realizado a base de harina, vino, aove, limón o miel entre otros, comparte en común con las torrijas que ambos contienen ingredientes y frituras que los hacen muy calóricos. Pese a tener la opción de encontrarlos el resto del año en las pastelerías, los buñuelos son típicos también de esta época del año. La variedad de tipos que podemos llegar a encontrar de este dulce es amplísima dependiendo de la región en la que se haga, pero originalmente contiene harina, anís, leche, huevo, azucar y sal. No hay que olvidar tampoco las flores fritas de azúcar típicas en nuestro país, que no difieren mucho de los buñuelos, pues llevan también licor de anís e ingredientes bastante similares. Continuando la lista de principales dulces tradicionales de nuestra zona llegamos a los roscos fritos. Creados a base de harina de trigo, levadura, aove, leche, naranja y azúcar entre otros componentes más, este dulce aguarda una estrecha relación con los pestiños y los buñuelos debido a que se tratan de recetas evolucionadas procedentes de Al-Ándalus e introducida en la península en torno al siglo X. Córdoba cuenta con una dilatada lista de pastelerías repartidas por toda la ciudad que trabajan estas recetas tradicionales. Muchas de ellas, aunque los tiempos cambien y logren adaptarse a ellos, ya son todo un clásico que cargan a sus espaldas décadas de trabajo heredado de generación en generación que hacen imposible que dicho relevo pierda su identidad. La Cuaresma es tan solo una época más del año en las que las panificadoras se visten de gala, pues desde meses atrás ya ofertan el encanto gastronómico de esta práctica penitencial. Prácticamente la mayoría de dulces típicos de Semana Santa sufren modificaciones tanto al variar de comunidades autónomas como con el paso de los años, pero es cierto que gran parte de ellos aguardan varias características en conjunto. La primera por la facilidad por un lado de hacerlos y por otro de encontrar los ingredientes , pues son simples y habituales de localizar en cualquier despensa. La otra razón porque contienen un alto contenido de calorías que hacen impensable consumirnos con frecuencia. Y por último y no por ello menos importante, por el cariño, amor y tradición con los que se elaboran.
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