Prisión para un hombre en Gijón por abusar de su sobrina de 11 años en casa de la abuela

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha ratificado la condena de quince años de prisión a un hombre por los abusos sexuales continuados a su sobrina cuando esta tenía entre 11 y 12 años. El condenado, natural de Gijón, había recurrido la sentencia inicial de la Audiencia Provincial de Asturias, que ya le había declarado culpable en primera instancia. Según ha quedado ratificado judicialmente e informa 'El Comercio' , el hombre abusaba sexualmente de la pequeña aprovechando las visitas a casa de la abuela, que en el juicio declaró a favor del acusado (que además es su hijo). El abusador ataba de las muñecas a la niña y la amenazaba con pincharle insulina para que fuera dócil mientras cometía los abusos. La pesadilla duró casi dos años, cuando la víctima tenía entre 11 y 12 años, y le ha dejado secuelas psicológicas serias, ya que ha intentado suicidarse dos veces y está sometida a tratamiento. Aunque el acusado reclamó que no se había respetado su presunción de inocencia, los dos estamentos judiciales consideran probado que los abusos fueron sistemáticos y continuados «al menos dos o tres días por la semana durante años» , lo que ha provocado las consecuencias para la estabilidad de la víctima, ahora mismo ya mayor de edad, posiblemente de por vida. En la sentencia explican que los abusos comenzaron en una fecha indeterminada de 2016. «Él accedió a la vivienda en la que la menor residía con su progenitora y el resto de sus hermanos y aprovechando que estaban solos, le realizó tocamientos en sus partes íntimas », señalan. A partir de ese primer episodio, los abusos fueron aumentando de gravedad y frecuencia, pasando de ser tocamientos a obligarle a realizarle felaciones. Todo ello bajo amenazas de muerte, insistiéndole que se dejara hacer o haría lo mismo con su hermana pequeña, de 4 años por entonces, y que le pincharía insulina. El momento en el que se realizaban los abusos deja entrever una planificación y alevosía previas: aprovechaba cuando la pequeña estaba comiendo solo en presencia de la bisabuela, de muy avanzada edad y con las capacidades cognitivas ya muy mermadas.

Feb 11, 2025 - 12:58
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Prisión para un hombre en Gijón por abusar de su sobrina de 11 años en casa de la abuela
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha ratificado la condena de quince años de prisión a un hombre por los abusos sexuales continuados a su sobrina cuando esta tenía entre 11 y 12 años. El condenado, natural de Gijón, había recurrido la sentencia inicial de la Audiencia Provincial de Asturias, que ya le había declarado culpable en primera instancia. Según ha quedado ratificado judicialmente e informa 'El Comercio' , el hombre abusaba sexualmente de la pequeña aprovechando las visitas a casa de la abuela, que en el juicio declaró a favor del acusado (que además es su hijo). El abusador ataba de las muñecas a la niña y la amenazaba con pincharle insulina para que fuera dócil mientras cometía los abusos. La pesadilla duró casi dos años, cuando la víctima tenía entre 11 y 12 años, y le ha dejado secuelas psicológicas serias, ya que ha intentado suicidarse dos veces y está sometida a tratamiento. Aunque el acusado reclamó que no se había respetado su presunción de inocencia, los dos estamentos judiciales consideran probado que los abusos fueron sistemáticos y continuados «al menos dos o tres días por la semana durante años» , lo que ha provocado las consecuencias para la estabilidad de la víctima, ahora mismo ya mayor de edad, posiblemente de por vida. En la sentencia explican que los abusos comenzaron en una fecha indeterminada de 2016. «Él accedió a la vivienda en la que la menor residía con su progenitora y el resto de sus hermanos y aprovechando que estaban solos, le realizó tocamientos en sus partes íntimas », señalan. A partir de ese primer episodio, los abusos fueron aumentando de gravedad y frecuencia, pasando de ser tocamientos a obligarle a realizarle felaciones. Todo ello bajo amenazas de muerte, insistiéndole que se dejara hacer o haría lo mismo con su hermana pequeña, de 4 años por entonces, y que le pincharía insulina. El momento en el que se realizaban los abusos deja entrever una planificación y alevosía previas: aprovechaba cuando la pequeña estaba comiendo solo en presencia de la bisabuela, de muy avanzada edad y con las capacidades cognitivas ya muy mermadas.