Por un error en la carga, la refinanciación de la deuda de fin de marzo no fue total

Un orden de compra para el bono dollar-linked a vencer a fin de junio planeada por medio millón de dólares se cargó por un equivalente a US$500 millones; la tasa de refinanciación de la deuda cayó del 100,2% originalmente difundido al 91,61%

Abr 4, 2025 - 23:09
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Por un error en la carga, la refinanciación de la deuda de fin de marzo no fue total

El GPS diría “recalculando”. Es, ni más ni menos, lo que debió hacer el Tesoro Nacional al comprobar que uno de los compradores de sus bonos dollar-linked que había presentado ofertas en la licitación de fin de mayo no hizo efectivo el desembolso el último lunes para asegurarse esa tenencia en su cartera de inversión.

Como resultado de ello, la tasa de refinanciación de la deuda por algo más de $6,2 billones que venció a fin de marzo cayó del 100,2% originalmente difundido al 91,61%, lo que indica que a la caja pública sólo ingresaron el lunes $5,75 billones, lo que obligó al Tesoro a recurrir a unos $450.000 millones que tenía ahorrados para cubrir el total de las obligaciones.

La novedad se conoció anoche, cuando la Secretaría de Finanzas anunció que, “debido al incumplimiento de una oferta por cartera propia del Banco Julio correspondiente al Bono del Tesoro Nacional vinculado al dólar estadounidense cero cupón con vencimiento 30 de junio de 2025 (TZV25 - reapertura), el total adjudicado de ese Instrumento de Deuda Pública asciende a US$330 millones”, muy lejos del equivalente a US$830 millones asignado.

El Gobierno había vuelto a incluir en una subasta de deuda un papel de este tipo por vencer en el corto plazo para aprovechar la incertidumbre que en las últimas semanas se había instalado sobre el futuro de la errática política cambiaria, en especial, sobre la continuidad o no del ajuste prefijado del 1% mensual para el tipo de cambio oficial, tabla que dio lugar a una infinidad de apuestas a inversiones en pesos para tratar de hacer al final diferencias en dólares (carry trade).

El apuntado es el Banco Julio, una entidad de alcance regional con base en la ciudad de Córdoba, que quedó ahora “suspendido para la presentación de ofertas para cualquier tipo de licitación que la Secretaría de Finanzas realice”.El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, ante un plenario de comisiones en Diputados, meses atrás

Desde esa cartera, a cargo de Pablo Quirno, se le solicitó al BCRA una investigación sobre los controles que su supervisado tiene para efectuar este tipo de operación, “quedando la suspensión para operar con el Tesoro Nacional sujeta al resultado de la misma”. Sin embargo, por lo que pudo averiguar LA NACION, la investigación tendría vuelo bajo.

Ocurre que el pedido de compra cargado desde el Banco Julio el día de la subasta fue por un equivalente a US$500 millones, cuando “lo que en realidad buscaban era tomar cobertura cambiaria por medio millón de dólares”, confió una alta fuente del sistema bancario local.

“Lo que decimos un dedazo”, insistió apelando a la jerga del sector y en relación a los ceros de más cargados en la orden.

“Fue un simple error en la carga del pedido del que nadie se percató hasta que llegó la factura: fijate que es un banco pequeño, podría decirse ‘de nicho’ y con un patrimonio equivalente a unos US$11,5 millones. ¿Cómo podía solventar una compra semejante?”, coincidió otro ejecutivo, que también hizo las averiguaciones del caso tras conocerse la novedad.

Las condiciones de mercado siquiera dan para pensar en una maniobra especulativa, hipótesis que -tal vez- hubiera tenido lugar si desde la licitación y hasta la adjudicación de los bonos hubieran sucedido cosas que alteraron las expectativas de los inversores, que, en este caso, no sucedió. De allí que -se presupone- todo quedaría en una simple anécdota.