Por qué no deberías comprar filetes de salmón ya envasados según un pescadero
Mucha gente recurre a comprar este pescado congelado o en trozos. No obstante, un experto recomienda decantarse por invertir en la pieza entera, ya que sale más económico.

Con permiso de la lubina, el rodaballo o la merluza, el salmón es uno de los pescados más conocidos y versátiles en el mundo de la gastronomía, y en España se consume bastante. Con él, se pueden elaborar infinidad de recetas tanto para el desayuno, la comida o la cena. A su vez, es ideal a la hora de hacer deliciosos aperitivos como estas cinco ideas que propusimos para Navidad.
También hablamos de un pescado azul que tiene múltiples beneficios para la salud, razón por la cual el salmón se incluye normalmente en dietas equilibradas y saludables. Por ejemplo, es un alimento que puede potenciar la producción de la serotonina, conocida por ser la hormona de la felicidad.
No obstante, mucha gente opta por comprar el salmón en trozos congelados o envasados que adquirir el pescado entero. Un experto explicó en TikTok la razón por la cual sería más conveniente la segunda opción que la primera.
Por qué deberías comprar el salmón entero
Sergio Enciso Muriel es un creador de contenido cuya cuenta de TikTok se llama 'La cocina del pirata'. En este canal, comparte trucos sobre gastronomía que pueden ser útiles para nuestro día a día.
En uno de los vídeos que subió explicó la razón por la que es más conveniente comprar un salmón entero que en trozos. La razón que expuso era que un kilo de piezas de salmón puede llegar a tener un precio de 23 euros en el supermercado, mientras que el pescado entero, saldría a 11 euros aproximados. "Si eres de los que compra filetes de salmón, que sepas que te están timando", expuso el experto.
La clave está, según él, en saber filetear un salmón en casa. Por ello, da pistas de cómo hacerlo. Lo primero es cortar la cabeza del pescado y aprovecharlo para hacer un caldo.
Lo siguiente será dividir el cuerpo del salmón en trozos y quitarles las aletas. Cortamos cada pieza en dos partes con la famosa técnica del ronqueo, que sirve también para otros pescados como el atún.
Después, quitamos las espinas con el cuchillo, extrayendo las capas en las que están. A continuación, retiramos la piel. Para ello, con la ayuda de la mano, pellizcamos un trozo y, con el cuchillo, vamos separando lentamente la piel de la carne.
Con esto, tendríamos varios trozos con los que también sacar más piezas para hacer platos como sashimi, salmón a la plancha o medallones. ¿Te atreves a poner en práctica los consejos de Enciso Muriel?