Política y diplomacia soez
La rápida degradación de las formas y del lenguaje delatan que la Administración de Donald Trump está viviendo momentos de extraordinaria tensión a cuenta de sus decisiones. El presidente de EE.UU. exhibió sus malos modales presumiendo el martes por la noche, en una cena del grupo republicano en el Congreso –a algunos de cuyos miembros acusó de derrotistas y de haber caído en el pánico y la desesperación–, que los dirigentes del mundo andan tan desesperados por estar en buenos términos con él que «me están besando el culo» . No es la primera vez que Trump recurre al lenguaje soez. Los términos en que la Casa Blanca interpreta el mundo también se reflejaron en las expresiones que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, utilizó para referirse a Pedro Sánchez. «(Acudir a China) es como cortarse el pescuezo», dijo. Copió así al senador republicano Thom Tillis, que el martes puso en duda la cordura de las decisiones. «¿A quién le corto el pescuezo si esto fracasa?», dijo ante un representante de Comercio. Ni hablar del intercambio de insultos entre Elon Musk y Pete Navarro, el ideólogo de la guerra arancelaria.
La rápida degradación de las formas y del lenguaje delatan que la Administración de Donald Trump está viviendo momentos de extraordinaria tensión a cuenta de sus decisiones. El presidente de EE.UU. exhibió sus malos modales presumiendo el martes por la noche, en una cena del grupo republicano en el Congreso –a algunos de cuyos miembros acusó de derrotistas y de haber caído en el pánico y la desesperación–, que los dirigentes del mundo andan tan desesperados por estar en buenos términos con él que «me están besando el culo» . No es la primera vez que Trump recurre al lenguaje soez. Los términos en que la Casa Blanca interpreta el mundo también se reflejaron en las expresiones que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, utilizó para referirse a Pedro Sánchez. «(Acudir a China) es como cortarse el pescuezo», dijo. Copió así al senador republicano Thom Tillis, que el martes puso en duda la cordura de las decisiones. «¿A quién le corto el pescuezo si esto fracasa?», dijo ante un representante de Comercio. Ni hablar del intercambio de insultos entre Elon Musk y Pete Navarro, el ideólogo de la guerra arancelaria.
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