OPINIÓN | Salimos más débiles de la pandemia, por JUAN LUIS SALDAÑA

Por qué salimos peor.

Mar 18, 2025 - 06:52
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OPINIÓN | Salimos más débiles de la pandemia, por JUAN LUIS SALDAÑA
Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

Antes de que el aniversario de la pandemia se convierta en un hecho nostálgico, blando, sentimental y tontorrón como un día mundial, conviene recordar que todavía no sabemos de dónde salió el virus que paralizó el mundo hace cinco años y que se llevó por delante la vida de casi quince millones de personas, según cifras de la OMS. Tampoco parece que lo vayamos a saber en un plazo corto ni que haya una gran preocupación mundial por entenderlo. Deberíamos reflexionar sobre esto. No saber el origen de algo tan grave parece terrible, pero lo es todavía más dejar de hacerse preguntas. Los muertos no hacen preguntas.

La peor pandemia es la ignorancia. La peor enfermedad es dar por hecho algo que no lo está. Un político diría "amortizado". Si damos por buena la teoría del origen zoonótico de la infección, hay cientos de preguntas que deberíamos respondernos y demasiadas incoherencias que se quedan en el aire. Por supuesto, la curiosa historia de que un murciélago le transmitió la enfermedad a un pangolín y este se la transfirió a un humano es muy rara, y no debería dejarnos tranquilos porque es una explicación manifiestamente insuficiente o para niños idiotas.

La peor pandemia es la ignorancia.

Con su habitual tono sensacionalista, el diario británico The Sun ha publicado un documental titulado “Inside the Wuhan lab-leak scandal - bioweapons, cover-ups & the Covid 'smoking gun'”. Durante cuarenta minutos, algunos expertos dan sus opiniones sobre el asunto y afirman, entre otras cosas, que queda mucho por investigar, que la opacidad de China es flagrante y que las pocas ganas de investigar y de pedir responsabilidades de otros países son más que sospechosas. Merece la pena verlo porque deja abiertas varias preguntas que deberíamos seguir haciéndonos. Sin embargo, no hemos sabido nada. No se habla de esto. Es una dejadez enfermiza, propia de un mundo de esclavos satisfechos, preocupados de su bienestar diario, de su comida y su tele, agradecidos por no haberse muerto. Una pena.

El sensacionalismo británico de The Sun, con sus dejes de revista de peluquería, me da cierta envidia por la capacidad de hacerse preguntas y de no conformarse con lo que nos cuentan. Me parece que cumple una misión de ética profesional, de justicia civil y de cierta rebelión social. Yo no me conformo y me gustaría que todas las organizaciones políticas de las que dependo y, en cierto modo, me administran, siguieran manteniendo la pregunta viva. El documental deja en el aire preguntas que deberían seguir inquietándonos. Si la hipótesis del origen zoonótico es sólida, ¿por qué China bloqueó las investigaciones internacionales en Wuhan y destruyó datos clave en los primeros meses de la pandemia? Y, más preocupante aún, ¿por qué la comunidad internacional no ha presionado con más fuerza para llevar a cabo una investigación independiente y definitiva sobre el origen del virus?

Yo, una vez más, declaro con orgullo que me bajo de un mundo que no quiere saber nada de la verdad.

Hemos salido más débiles como especie porque estamos expuestos a algo que desconocemos, hemos salido más débiles como civilización porque nuestras organizaciones socio políticas no nos ayudan a encontrar una verdad necesaria, algo que deberíamos saber. Hemos salido más débiles como estado porque, en todo momento, la política nacional, autonómica, regional y local convirtió un asunto de vida o muerte de cientos de miles de personas en una oportunidad política de primer orden para acaparar más poder, y lo sigue haciendo con las migajas y la manipulación interesada del maldito relato, que es, nada más y nada menos, el vestido que se pone la mentira para recorrer a sus anchas el devastado campo de batalla intelectual de la sociedad. Hemos salido, a fin de cuentas, más débiles como individuos porque la sensación de indefensión ante otro evento parecido es evidente.

A falta de pan, invito a todos los lectores a ver el documental de The Sun, a no conformarse y a salirse del rebaño. Yo, una vez más, declaro con orgullo que me bajo de un mundo que no quiere saber nada de la verdad y que ha subcontratado la necesaria función del pensamiento en un grupo de inútiles garrapatas.