'Nobel' de matemáticas para el japonés que revolucionó el cálculo contando patas de grullas y tortugas
Cuando era pequeño, a Masaki Kashiwara le pusieron un problema en la escuela: el Tsurukamezan. Si el número de cabezas es X y el número de patas es Y, ¿cuántas grullas y tortugas hay? Un ejemplo sencillo: Si hay dos cabezas y seis patas, debe haber una grulla y una tortuga. El niño Kashiwara no solo resolvió el problema concreto, sino que disfrutó encontrando un método para resolverlo siempre, fuera cual fuera el número de patas y cabezas. Así comenzó su pasión por la aritmética, que le acompañaría toda la vida y que este miércoles, a sus 78 años, ha sido especialmente reconocida. La Academia Noruega de Ciencias y Letras ha galardonado al matemático japonés, especialista en análisis algebraico, con el prestigioso Premio Abel , conocido como el 'Nobel' de las matemáticas y dotado con 660.000 euros. Según la academia noruega, Masaki Kashiwara, profesor de la Universidad de Kioto, es un «constructor de puentes» entre diferentes campos de las matemáticas, puentes comparables a «unir Noruega con Sudamérica o Japón con la Antártida». Kashiwara conectó «los continentes matemáticos del álgebra y el análisis, y luego el tercer continente matemático de la geometría, con su pensamiento original». A juicio de la institución, «sus ideas no solo son hermosas y brillantes en sí mismas, sino que abren caminos para que muchos otros matemáticos exploren nuevos territorios y resuelvan nuevos problemas». En la Universidad de Tokio, junto con su supervisor y mentor, Mikio Sato, Kashiwara fue pionero en el análisis algebraico, aplicando los métodos del álgebra a los problemas de análisis: las matemáticas que explican cómo cambian las cosas. Su tesis de maestría, escrita cuando tenía tan solo 23 años, sentó las bases de la teoría del módulo D, como una forma de analizar algebraicamente sistemas de ecuaciones diferenciales parciales lineales. Durante los siguientes 25 años, esta tesis permaneció disponible únicamente en japonés, pero su impacto e influencia fueron tan grandes que finalmente se tradujo al inglés. Con su tesis de maestría como punto de partida, Kashiwara continuó su carrera matemática con descubrimientos y soluciones innovadores. Sus numerosos logros han ejercido una gran influencia en diversos campos de las matemáticas y han contribuido significativamente a su desarrollo. A lo largo de los años, muchos matemáticos se han inspirado en las ideas de Kashiwara. Las ecuaciones diferenciales describen cómo cambian las cosas, como en los problemas escolares que hacen preguntas del tipo '¿A qué velocidad se mueve este coche en un punto determinado?' '¿Está acelerando o desacelerando?'. Matemáticos como Kashiwara trabajan con sistemas de ecuaciones diferenciales parciales lineales. Les interesa menos resolver ecuaciones y más descubrir las propiedades que tendrá una solución, si es que existe. Utilizando su teoría de módulos, Kashiwara pudo demostrar que, en cualquier dimensión, siempre habrá una ecuación diferencial única que cumple los requisitos previstos. Siendo aún estudiante de posgrado, Kashiwara viajó a Francia con Sato y su colega matemático Takahiro Kawai, donde conoció a su colaborador de toda la vida, Pierre Schapira y desarrolló su trabajo sobre haces, un puente hacia otra área matemática: la teoría de la representación. La teoría de la representación utiliza el álgebra para estudiar la simetría. Tras completar su doctorado en la Universidad de Kioto en 1974, Kashiwara fue nombrado profesor asociado en la Universidad de Nagoya. En 1977, se trasladó como investigador al MIT, antes de regresar a Japón en 1978, donde ha permanecido desde entonces en el Instituto de Investigación de Ciencias Matemáticas (RIMS). «Durante más de medio siglo en matemáticas, Masaki Kashiwara ha abierto las puertas a un nuevo campo. Ha tendido puentes y creado herramientas. Ha demostrado teoremas asombrosos con métodos inimaginables. Ha sido un verdadero visionario matemático», ha dicho la academia. Su trabajo «continúa estando a la vanguardia de las matemáticas contemporáneas e inspirando a generaciones de investigadores», ha añadido. El Premio Abel, que lleva el nombre del matemático noruego Niels Henrik Abel (1802-1829), fue creado por el gobierno de Noruega, en parte en un intento de compensar la falta de un premio Nobel en matemáticas. El año pasado, el Premio Abel recayó en el francés Michel Talagrand, especialista en probabilidad y análisis funcional. Kashiwara recibirá su premio en Oslo el 20 de mayo.
Cuando era pequeño, a Masaki Kashiwara le pusieron un problema en la escuela: el Tsurukamezan. Si el número de cabezas es X y el número de patas es Y, ¿cuántas grullas y tortugas hay? Un ejemplo sencillo: Si hay dos cabezas y seis patas, debe haber una grulla y una tortuga. El niño Kashiwara no solo resolvió el problema concreto, sino que disfrutó encontrando un método para resolverlo siempre, fuera cual fuera el número de patas y cabezas. Así comenzó su pasión por la aritmética, que le acompañaría toda la vida y que este miércoles, a sus 78 años, ha sido especialmente reconocida. La Academia Noruega de Ciencias y Letras ha galardonado al matemático japonés, especialista en análisis algebraico, con el prestigioso Premio Abel , conocido como el 'Nobel' de las matemáticas y dotado con 660.000 euros. Según la academia noruega, Masaki Kashiwara, profesor de la Universidad de Kioto, es un «constructor de puentes» entre diferentes campos de las matemáticas, puentes comparables a «unir Noruega con Sudamérica o Japón con la Antártida». Kashiwara conectó «los continentes matemáticos del álgebra y el análisis, y luego el tercer continente matemático de la geometría, con su pensamiento original». A juicio de la institución, «sus ideas no solo son hermosas y brillantes en sí mismas, sino que abren caminos para que muchos otros matemáticos exploren nuevos territorios y resuelvan nuevos problemas». En la Universidad de Tokio, junto con su supervisor y mentor, Mikio Sato, Kashiwara fue pionero en el análisis algebraico, aplicando los métodos del álgebra a los problemas de análisis: las matemáticas que explican cómo cambian las cosas. Su tesis de maestría, escrita cuando tenía tan solo 23 años, sentó las bases de la teoría del módulo D, como una forma de analizar algebraicamente sistemas de ecuaciones diferenciales parciales lineales. Durante los siguientes 25 años, esta tesis permaneció disponible únicamente en japonés, pero su impacto e influencia fueron tan grandes que finalmente se tradujo al inglés. Con su tesis de maestría como punto de partida, Kashiwara continuó su carrera matemática con descubrimientos y soluciones innovadores. Sus numerosos logros han ejercido una gran influencia en diversos campos de las matemáticas y han contribuido significativamente a su desarrollo. A lo largo de los años, muchos matemáticos se han inspirado en las ideas de Kashiwara. Las ecuaciones diferenciales describen cómo cambian las cosas, como en los problemas escolares que hacen preguntas del tipo '¿A qué velocidad se mueve este coche en un punto determinado?' '¿Está acelerando o desacelerando?'. Matemáticos como Kashiwara trabajan con sistemas de ecuaciones diferenciales parciales lineales. Les interesa menos resolver ecuaciones y más descubrir las propiedades que tendrá una solución, si es que existe. Utilizando su teoría de módulos, Kashiwara pudo demostrar que, en cualquier dimensión, siempre habrá una ecuación diferencial única que cumple los requisitos previstos. Siendo aún estudiante de posgrado, Kashiwara viajó a Francia con Sato y su colega matemático Takahiro Kawai, donde conoció a su colaborador de toda la vida, Pierre Schapira y desarrolló su trabajo sobre haces, un puente hacia otra área matemática: la teoría de la representación. La teoría de la representación utiliza el álgebra para estudiar la simetría. Tras completar su doctorado en la Universidad de Kioto en 1974, Kashiwara fue nombrado profesor asociado en la Universidad de Nagoya. En 1977, se trasladó como investigador al MIT, antes de regresar a Japón en 1978, donde ha permanecido desde entonces en el Instituto de Investigación de Ciencias Matemáticas (RIMS). «Durante más de medio siglo en matemáticas, Masaki Kashiwara ha abierto las puertas a un nuevo campo. Ha tendido puentes y creado herramientas. Ha demostrado teoremas asombrosos con métodos inimaginables. Ha sido un verdadero visionario matemático», ha dicho la academia. Su trabajo «continúa estando a la vanguardia de las matemáticas contemporáneas e inspirando a generaciones de investigadores», ha añadido. El Premio Abel, que lleva el nombre del matemático noruego Niels Henrik Abel (1802-1829), fue creado por el gobierno de Noruega, en parte en un intento de compensar la falta de un premio Nobel en matemáticas. El año pasado, el Premio Abel recayó en el francés Michel Talagrand, especialista en probabilidad y análisis funcional. Kashiwara recibirá su premio en Oslo el 20 de mayo.
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