No podemos permitirnos el silencio ni la indiferencia: Ana María Ibarra

"La impunidad es el mensaje más grave que el Estado puede enviar", en un acto conmemorativo por las víctimas de feminicidio y desaparición forzada, Ana María Ibarra advirtió que la falta de justicia sigue perpetuando la violencia contra las mujeres en México.

Mar 8, 2025 - 05:56
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No podemos permitirnos el silencio ni la indiferencia: Ana María Ibarra

En Ciudad Juárez, territorio marcado por la violencia de género y el feminicidio, la magistrada Ana María Ibarra participó en un acto conmemorativo en memoria de las víctimas de feminicidio y desaparición forzada. El evento organizado por la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas Graves de Violaciones a los Derechos Humanos y los familiares de Silvia Arce, víctima de desaparición forzada, se llevó a cabo en un contexto donde la falta de respuestas sigue siendo una deuda pendiente con miles de mujeres y sus familias.

Frente a familiares de víctimas, activistas y defensores de derechos humanos, Ibarra recordó que el caso de Campo Algodonero sigue siendo una herida abierta en la historia de México. A más de dos décadas del fallo de la Corte Interamericana que condenó al Estado mexicano por su negligencia ante los feminicidios, la violencia no solo no ha cesado, sino que ha encontrado nuevas formas de perpetuarse.

“En México, el 8 de marzo no es una celebración. Es un día de memoria y de lucha. No es un día para felicitaciones ni discursos vacíos, sino para recordar a quienes nos han sido arrebatadas y para exigir justicia”, señaló Ibarra.

Subrayó que la violencia contra las mujeres no es un fenómeno aislado, sino una crisis estructural arraigada en la impunidad y la normalización de la violencia de género. Destacó que más de 3,500 mujeres fueron asesinadas en México en 2023, y que solo una fracción de estos casos fueron investigados como feminicidios.

“La impunidad es el mensaje más grave que el Estado puede enviar. Cuando un feminicida no es castigado, cuando una desaparición queda sin resolver, lo que se comunica es que la vida de las mujeres no vale, que la violencia contra nosotras es tolerada”, expresó.

Ibarra también hizo un llamado a reformar el sistema de justicia para que sea más accesible, eficiente y sensible a la realidad de las mujeres en México. Recordó que la violencia feminicida no solo se manifiesta en asesinatos, sino también en desapariciones forzadas, trata de personas, violencia sexual y la revictimización de quienes buscan justicia.

“Justicia lenta no es justicia. Justicia inaccesible y costosa no es justicia. Justicia sin sensibilidad ni sentido social no es justicia. No podemos permitir que quienes buscan ayuda se enfrenten a un laberinto de burocracia e indiferencia”, enfatizó.

Horas antes del acto conmemorativo, Ana María Ibarra impartió la conferencia magistral “La reforma al Poder Judicial: qué jueces queremos y qué jueces necesitamos”, a invitación de la Asociación Local de Agentes Aduanales de Ciudad Juárez. En su ponencia, destacó que el país se encuentra en un momento crucial para definir el futuro de la justicia, pues la elección del 1 de junio marcará el rumbo del Poder Judicial en México.

Señaló que la ciudadanía debe preguntarse no solo quiénes serán los próximos jueces, magistrados y ministros, sino qué tipo de juzgadores se necesitan para transformar el sistema judicial en uno más equitativo, accesible y con sentido social.

“El derecho no puede ir por un camino y la realidad social por otro. Necesitamos jueces y juezas que comprendan que su labor no es solo aplicar normas, sino interpretar la justicia de manera que realmente proteja a las personas, especialmente a quienes han sido históricamente ignoradas”, expresó.

Ibarra reiteró su convicción de que la justicia debe basarse en tres pilares fundamentales: equidad, sentido social y responsabilidad institucional. Explicó que esto implica jueces con perspectiva de género, sensibles a las desigualdades estructurales y comprometidos con la rendición de cuentas ante la sociedad.

“La justicia no puede seguir siendo elitista ni lejana. Debe ser una herramienta real de transformación y protección para quienes más lo necesitan”, concluyó.