No pasa nada si tu perro no es sociable: cómo entender su nivel de selectividad

Muchas personas esperan que su perro sea el mejor amigo de los demás perros, y esto no suele ser así.

Mar 10, 2025 - 08:51
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No pasa nada si tu perro no es sociable: cómo entender su nivel de selectividad

En el imaginario popular, los perros suelen retratarse como animales sociales que disfrutan jugando con cualquier otro perro, y es lo que se espera de ellos. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. No todos los perros buscan la compañía de sus congéneres, y esto no significa que haya un problema de comportamiento. Al igual que ocurre con las personas, los perros tienen diferentes grados de sociabilidad que evolucionan a lo largo de su vida.

Para entender mejor este concepto y qué es la escala de selectividad social, una experta en comportamiento canino del Kennel Club Americano (AKC) ha publicado un útil espectro de la sociabilidad canina para que los titulares puedan comprender y adaptar, sin frustraciones, la vida social de sus perros.

¿Qué es la escala de selectividad social en los perros?

La escala de selectividad canina es una herramienta que ayuda a entender las preferencias sociales de los perros. Este espectro va desde los perros extremadamente sociables hasta aquellos que prefieren mantenerse alejados de otros canes. Además, la posición de un perro en esta escala no es fija; puede cambiar según su desarrollo, experiencias vividas y su entorno.

  • Perros sociales

Son los perros que disfrutan de la compañía de casi todos los demás perros que conocen. Suelen ser entusiastas, amigables y disfrutan de entornos como parques para perros o guarderías caninas. Este tipo de sociabilidad es más común en cachorros o en adultos que han tenido experiencias positivas continuas y un entorno muy equilibrado.

  • Perros tolerantes

Se trata de perros que aceptan la presencia de otros perros, pero no buscan activamente la interacción. Pueden convivir en entornos con múltiples perros y suelen mantener la calma durante los encuentros, aunque no muestran especial interés por jugar o socializar. Se adaptan bien a hogares con más de un animal, siempre que las presentaciones se hagan de manera adecuada.

  • Perros selectivos

Los perros selectivos son más exigentes a la hora de escoger sus amistades caninas. Pueden mostrarse nerviosos o incluso reactivos si se sienten invadidos por un perro que no conocen o cuyo comportamiento consideran inapropiado o brusco. Este grupo puede requerir una gestión más cuidadosa en los paseos y durante las presentaciones con otros perros.

  • Perros reactivos o agresivos

Algunos perros muestran incomodidad o rechazo manifiesto ante la presencia de otros canes, llegando incluso a exhibir conductas agresivas. Aunque esto puede preocupar a los cuidadores, con la ayuda de educadores especializados es posible trabajar en estrategias de gestión y mejorar su nivel de respuesta para que los paseos sean menos estresantes.

¿Por qué algunos perros son más selectivos que otros?

El nivel de selectividad social de un perro no es una cuestión de azar. Factores como la genética, la socialización temprana, el entorno en el que crece y sus experiencias positivas y negativas con otros perros influyen en su nivel de tolerancia.

La etapa de cachorro es la más importante de sus vidas. Aunque la mayoría de los perros jóvenes tienden a ser sociables, esta actitud puede cambiar a medida que alcanzan la madurez, donde definen sus preferencias y límites sociales.

También hay que tener en cuenta el factor de la raza. Algunas razas, por su historia y función original, pueden mostrar mayor independencia o reserva ante la presencia de otros perros. Por ejemplo, las razas originalmente desarrolladas para la guardia, la protección o el pastoreo pueden ser más selectivas, mientras que otras, como los retrievers y la mayoría de los perros de caza, acostumbrados a vivir y salir en grupo, tienden a mantener un carácter más abierto y social.

¿Se puede modificar la sociabilidad de un perro?

En cierta medida, sí. Aunque la predisposición genética y las experiencias pasadas influyen, la socialización continua y las interacciones controladas pueden ayudar a mejorar la tolerancia de un perro hacia sus congéneres. Eso sí, es importante respetar la naturaleza y los límites individuales de cada animal.

Forzar encuentros o exponer al perro a situaciones incómodas es contraproducente. En lugar de intentar que el perro “haga amigos” a la fuerza, es más efectivo trabajar su seguridad y ofrecerle entornos donde se sienta cómodo.

Respetar los límites, clave para una buena convivencia

Es fundamental entender que no todos los perros disfrutan interactuando con otros perros. Algunos prefieren la compañía humana, mientras que otros solo aceptan a ciertos perros con los que se sienten cómodos. Obligar a un perro a socializar solo le va a generar ansiedad y puede llegar a aumentar la reactividad.

Si se detectan señales de incomodidad, como rigidez corporal, gruñidos o intentos de alejarse, es imperativo intervenir y dar espacio al animal. De igual forma, si un perro muestra reacciones excesivas de entusiasmo ante otros perros y no respeta las señales de advertencia ajenas, contar con la ayuda de un educador canino puede ser de gran ayuda antes de que la situación se nos vaya de las manos y nuestro perro pueda salir herido.

La clave está en observar, comprender y respetar las necesidades individuales de cada perro. La adiestradora canina Augusta Grayson, de Nueva Zelanda, pregunta a los lectores en su web: “¿Te caen bien y quieres salir de fiesta con todas las personas que conoces en tu día a día? Voy a dar por hecho que la respuesta es no. Entonces, ¿por qué lo esperas de tu perro?”. No todos están destinados a ser sociables, y está bien.