Niños y niñas atrapados en la crisis de los artefactos sin estallar
Myanmar encabeza la lista de países con mayor número de víctimas de minas terrestres y municiones sin explotar, con 1.003 muertes y lesiones registradas entre la población civil. La entrada Niños y niñas atrapados en la crisis de los artefactos sin estallar se publicó primero en Ethic.

Los niños y niñas representaron un tercio de todas las víctimas registradas por minas terrestres y artefactos sin estallar (UXO) en todo el mundo en 2023. Esto supone 2.130 niños, niñas y sus familias cuyas vidas se han visto alteradas para siempre por la muerte y las lesiones graves. Ninguna familia debería tener que preocuparse de que el camino de su hijo al colegio o el partido de fútbol con sus amigos acaban en tragedia, y la infancia que se enfrenta a estos riesgos necesita una mejor protección frente a estas armas mortales.
Estas cifras proceden del informe anual Monitor de Minas Terrestres. Myanmar encabeza la lista de países con mayor número de víctimas de minas terrestres y municiones sin explotar, con 1.003 muertes y lesiones registradas entre la población civil. En los seis primeros meses de 2024 ya se habían registrado 692 víctimas. Es probable que las cifras reales sean superiores.
En los seis primeros meses de 2024 ya se habían registrado 692 víctimas
Para quienes trabajamos en Asia, esto no es ninguna sorpresa. A medida que el conflicto entre el gobierno y las fuerzas de la oposición sigue extendiéndose e intensificándose en Myanmar tras la escalada de violencia de 2021, también lo hace el uso indiscriminado de minas terrestres, municiones de racimo y otros explosivos. Para dar una idea de la magnitud de esta crisis, se registraron víctimas en todas las regiones del país. Como directora regional de seguridad de World Vision en Asia Oriental, trabajo estrechamente con nuestro equipo en Myanmar, siguiendo la rápida evolución del conflicto y el devastador impacto que el uso de estas armas tiene en las comunidades con las que trabajamos. Zonas que antes eran seguras ahora son cada vez más peligrosas. Los civiles desplazados regresan a sus hogares y encuentran explosivos en sus casas, tierras, escuelas y lugares de culto, lo que les impide volver a su vida normal. Debido a su curiosidad natural, los niños y niñas son especialmente vulnerables a estas armas, que a menudo confunden con juguetes en el suelo.
En un pueblo de la división de Tanintharyi, en el sur de Myanmar, un niño de seis años sufrió una gran pérdida de sangre al ser herido por la metralla de un artefacto explosivo. En el norte del estado de Shan, dos niños de siete y nueve años y sus padres resultaron heridos cuando uno de ellos recogió una granada que encontró en el suelo.
Desgraciadamente, este tipo de historias son cada vez más frecuentes en Myanmar y, sin duda, hay muchas más que no se denuncian. El impacto de las minas terrestres y los artefactos explosivos sin detonar va mucho más allá de las estadísticas registradas. Para las familias, puede significar la pérdida de un ser querido, la pérdida de ingresos y toda una vida de necesidades médicas.
Cuando las tierras agrícolas son blanco de estas armas, como ocurre a menudo, puede significar la pérdida de los medios de subsistencia y el aumento de la inseguridad alimentaria para comunidades enteras durante décadas. Basta con mirar a Laos, Camboya y Vietnam para encontrar ejemplos de ello. En Laos, el país más bombardeado del mundo, más del 60% de las víctimas registradas por artefactos explosivos sin detonar en los diez primeros meses del pasado año eran niños y niñas. Y ello a pesar de que la última bomba de racimo fue lanzada sobre Laos hace más de 50 años.
La presencia generalizada de artefactos explosivos sin detonar limita el acceso a la atención sanitaria, la educación y las oportunidades de empleo e impide el desarrollo a largo plazo. Estos problemas se ven agravados por los efectos del cambio climático en la región. Las inundaciones y los corrimientos de tierra pueden desplazar el terreno y las zonas limpiadas de UXO vuelven a estar contaminadas.
World Vision no ha permitido que la presencia de minas terrestres y UXO nos impida cumplir con nuestra misión de llegar a los niños y niñas más vulnerables en Asia Oriental, pero ciertamente hace que llevar a cabo nuestro trabajo sea mucho más difícil. Nuestros equipos de seguridad trabajan incansablemente para garantizar que el personal en zonas afectadas por estas armas disponga de la formación y las medidas de seguridad adecuadas.
World Vision también promueve la concienciación y la educación de los niños y niñas sobre los artefactos explosivos sin detonar, enseñándoles a identificarlos y a informar sobre ellos. Mediante la formación de voluntarios locales, podemos llegar a más niños y niñas y reducir el número de víctimas en las zonas de nuestros programas.
El despliegue continuado de estas armas perpetúa un ciclo peligroso que debe romperse. Los líderes mundiales y las partes en conflicto deben dar prioridad a la seguridad y el bienestar de la infancia y garantizar un futuro libre de la amenaza de las minas terrestres y las municiones sin explotar. Los niños y niñas no deberían tener que saber cómo identificar y evitar las minas terrestres, pero esa concienciación salva vidas y debemos trabajar para garantizar que todos estén equipados con los conocimientos que necesitan para salvar sus vidas hasta que se eliminen todas las UXO.
Eimear Hennessy es directora Regional de Seguridad de World Vision en Asia Oriental
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