Milei, el FMI y el operativo de seguridad: “Haz lo que yo digo, no lo que yo hice”
“Quiero decirles que los audios que se filtraron del presidente de la Cámara son del día de hoy de un chat de La Libertad Avanza para organizar las cuestiones parlamentarias. Él mismo viraliza los audios para después victimizarse y culpar a aquellos del bloque que no le caen bien”, arremetió la diputada Marcela Pagano contra el cuestionado presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Así de caldeado estaba el clima adentro de las filas oficialistas al comienzo de la sesión de ayer en la Cámara de Diputados donde se aprobó el DNU con el acuerdo con el FMI. Si éste fracasaba, era pura y exclusivamente por las internas del oficialismo, la impericia de sus diputados, que pasaron de casi tomarse a puñetazos en el mismo recinto a prometerse “besos conciliatorios” en público. Lo vivido ayer en el Congreso fue una clara muestra de la degradación de la política y su poca conexión con la realidad, esto se veía venir desde hace años, pero desde la aparición de la Libertad Avanza, como fuerza representativa en el parlamento y a cargo del gobierno nacional, hoy está tocando los confines de la indignidad de la mano de su brutalidad grosera y desdeñosa.Ayer varios legisladores se comportaron más como barrasbravas (justamente la figura que el Gobierno dice combatir en la plaza) que como representantes del pueblo, algunas acusaciones y comportamientos dieron vergüenza, y si el audio que se le adjudica a Martín Menem es real, hay que admitir que logró su cometido: fue una sesión espantosa, nada pacífica y donde se desvío la atención a la demanda que estaba en la calle relacionada con los exiguos haberes jubilatorios que este gobierno recortó más que ningún otro. Y eso que todos lo hicieron.Ayer muchos recordaban el discurso de Milei siendo diputado cuando votó en contra del acuerdo con el mismo Fondo Monetario Internacional que proponía el gobierno de Alberto Fernández. Milei denunciaba a los gritos el 17 de marzo de 2022: “Nosotros queremos vivir en libertad y este ajuste lo tiene que pagar la casta política. Y si no, que se lo lleve puesto a todos. Así que los liberales vamos a votar en contra de esta porquería”, mientras era aplaudido por otro de los legisladores que votó en contra, José Luis Espert, ahora presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Baja y uno de los promotores del acuerdo que se votó ayer. Vale decir que, más allá del recordado nefasto gobierno que realizó Alberto Fernández, que los diputados en 2022 tuvieron más información de los alcances de este, no como ayer, cuando nadie sabía, hasta el mismo Luis Caputo lo reconoció, en cuánto nos íbamos a endeudar entre otras faltas de información sobre las importancias del nuevo contrato. Los libertarios de hoy no tuvieron antes la comprensión ni la responsabilidad que hoy exigen, y mucho menos agradecen y reconocen a aquellos legisladores que, con visión crítica, antepusieron los intereses del país para evitar un escenario de default y acompañaron a su gobierno. ¿Egoísmo? Ojalá fuese solo eso, se trata de una visión mesiánica y narcisista del poder con la que se maneja Javier Milei, que realmente está convencido de ser un elegido, un distinto que sobresale entre todos, a quien no se lo descalifica ni desobedece porque está más allá de todos nosotros, o sea, los comunes.Algo similar sucedió ayer afuera del Congreso. El Gobierno, con la ministra Patricia Bullrich, alguien que decidió otorgarle un descanso prolongado a su antes sonado espíritu republicano, cometieron todos los excesos y dijeron todas las mentiras posibles para justificar la represión del miércoles pasado donde se vio a fuerzas de seguridad provocar, sí, no hay por qué no señalarlo, porque realmente tuvieron actitudes de provocación hacia los manifestantes desde tirar un arma de utilería al piso, dejar abandonado un patrullero servido para que sea vandalizado por los violentos, insultar a los manifestantes desde los parlantes de los camiones hidrantes y tirarle gas pimienta en la cara a algunas personas, entre ellos varios abuelos que estaban parados sobre la vereda intentando hacer escuchar su reclamo. No conforme con esto, la ministra mintió o le informaron mal y esto hizo que ella eligiera informar mal sobre los hechos que culminaron con el disparo de la granada de gas que recibió el reportero gráfico Pablo Grillo, que le provocó lesiones que lo llevan a estar aún peleando por su vida. Grillo no portaba un arma, tenía una cámara de fotos en sus manos, y el disparo fue directo hacia el, como lo demostró la investigación del equipo de periodistas de la sección “A fondo” de La Nación.Esta semana se habló mucho de la preparación del operativo de seguridad para este miércoles, algo necesario porque violentos hay siempre, pero no son la mayoría, bajo ningún punto de vista se puede aceptar que se trate de violentos a priori a ciudadanos que están ejerciendo su derecho a la protesta. Definitivamente esto está mal ¿o acaso Patricia Bullrich no participó de protestas en sus tant
“Quiero decirles que los audios que se filtraron del presidente de la Cámara son del día de hoy de un chat de La Libertad Avanza para organizar las cuestiones parlamentarias. Él mismo viraliza los audios para después victimizarse y culpar a aquellos del bloque que no le caen bien”, arremetió la diputada Marcela Pagano contra el cuestionado presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Así de caldeado estaba el clima adentro de las filas oficialistas al comienzo de la sesión de ayer en la Cámara de Diputados donde se aprobó el DNU con el acuerdo con el FMI. Si éste fracasaba, era pura y exclusivamente por las internas del oficialismo, la impericia de sus diputados, que pasaron de casi tomarse a puñetazos en el mismo recinto a prometerse “besos conciliatorios” en público. Lo vivido ayer en el Congreso fue una clara muestra de la degradación de la política y su poca conexión con la realidad, esto se veía venir desde hace años, pero desde la aparición de la Libertad Avanza, como fuerza representativa en el parlamento y a cargo del gobierno nacional, hoy está tocando los confines de la indignidad de la mano de su brutalidad grosera y desdeñosa.
Ayer varios legisladores se comportaron más como barrasbravas (justamente la figura que el Gobierno dice combatir en la plaza) que como representantes del pueblo, algunas acusaciones y comportamientos dieron vergüenza, y si el audio que se le adjudica a Martín Menem es real, hay que admitir que logró su cometido: fue una sesión espantosa, nada pacífica y donde se desvío la atención a la demanda que estaba en la calle relacionada con los exiguos haberes jubilatorios que este gobierno recortó más que ningún otro. Y eso que todos lo hicieron.
Ayer muchos recordaban el discurso de Milei siendo diputado cuando votó en contra del acuerdo con el mismo Fondo Monetario Internacional que proponía el gobierno de Alberto Fernández. Milei denunciaba a los gritos el 17 de marzo de 2022: “Nosotros queremos vivir en libertad y este ajuste lo tiene que pagar la casta política. Y si no, que se lo lleve puesto a todos. Así que los liberales vamos a votar en contra de esta porquería”, mientras era aplaudido por otro de los legisladores que votó en contra, José Luis Espert, ahora presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Baja y uno de los promotores del acuerdo que se votó ayer. Vale decir que, más allá del recordado nefasto gobierno que realizó Alberto Fernández, que los diputados en 2022 tuvieron más información de los alcances de este, no como ayer, cuando nadie sabía, hasta el mismo Luis Caputo lo reconoció, en cuánto nos íbamos a endeudar entre otras faltas de información sobre las importancias del nuevo contrato. Los libertarios de hoy no tuvieron antes la comprensión ni la responsabilidad que hoy exigen, y mucho menos agradecen y reconocen a aquellos legisladores que, con visión crítica, antepusieron los intereses del país para evitar un escenario de default y acompañaron a su gobierno. ¿Egoísmo? Ojalá fuese solo eso, se trata de una visión mesiánica y narcisista del poder con la que se maneja Javier Milei, que realmente está convencido de ser un elegido, un distinto que sobresale entre todos, a quien no se lo descalifica ni desobedece porque está más allá de todos nosotros, o sea, los comunes.
Algo similar sucedió ayer afuera del Congreso. El Gobierno, con la ministra Patricia Bullrich, alguien que decidió otorgarle un descanso prolongado a su antes sonado espíritu republicano, cometieron todos los excesos y dijeron todas las mentiras posibles para justificar la represión del miércoles pasado donde se vio a fuerzas de seguridad provocar, sí, no hay por qué no señalarlo, porque realmente tuvieron actitudes de provocación hacia los manifestantes desde tirar un arma de utilería al piso, dejar abandonado un patrullero servido para que sea vandalizado por los violentos, insultar a los manifestantes desde los parlantes de los camiones hidrantes y tirarle gas pimienta en la cara a algunas personas, entre ellos varios abuelos que estaban parados sobre la vereda intentando hacer escuchar su reclamo. No conforme con esto, la ministra mintió o le informaron mal y esto hizo que ella eligiera informar mal sobre los hechos que culminaron con el disparo de la granada de gas que recibió el reportero gráfico Pablo Grillo, que le provocó lesiones que lo llevan a estar aún peleando por su vida. Grillo no portaba un arma, tenía una cámara de fotos en sus manos, y el disparo fue directo hacia el, como lo demostró la investigación del equipo de periodistas de la sección “A fondo” de La Nación.
Esta semana se habló mucho de la preparación del operativo de seguridad para este miércoles, algo necesario porque violentos hay siempre, pero no son la mayoría, bajo ningún punto de vista se puede aceptar que se trate de violentos a priori a ciudadanos que están ejerciendo su derecho a la protesta. Definitivamente esto está mal ¿o acaso Patricia Bullrich no participó de protestas en sus tantos años de militancia política en el sinfín de partidos a los que perteneció? ¿O acaso Javier Milei no marchó contra el gobierno de Mauricio Macri convocado por Hugo Moyano donde hasta firmó un pedido de Juicio político contra el expresidente? No se puede tapar el sol con un dedo, sobre todo cuando ese sol brilló hace poco y su calor y consecuencias aún están presentes entre nosotros.
Todo sobreactuación; se cortaron las calles aledañas al Congreso desde las 9 de la mañana, es decir que para garantizar el protocolo antipiquetes se cortaron calles para evitar que horas después las corten los manifestantes. Así como suena. Todo esto llevó al Gobierno a realizar un operativo que cruzó los límites del estado de derecho y se actuó de manera más cercana al estado de excepción. Los trabajadores que llegaron a la Ciudad en tren escucharon y leyeron en las estaciones cabeceras mensajes donde se les recordaba que “si protestaban la policía estaba autorizada a reprimir”. ¿Era necesario realizar esa advertencia con olor a amenaza? También se requisaron combis y medios de transportes que llegaban del conurbano, como si los casi dos millones de personas que ingresan a CABA diariamente a trabajar, a realizar un trámite o a estudiar fuesen sospechosos de cometer delitos. El mensaje que dejó esta manera de accionar nos lleva a afirmar que la sociedad, prácticamente toda en su conjunto, quiere orden, esto es insoslayable, pero un orden democrático y no uno donde los derechos sean vulnerados simplemente porque el Gobierno quiere que se hable de su rigurosidad en el control de la calle antes que del escándalo $LIBRA, el ajuste a los jubilados y de su “motosierra con ideología” que recorta en donde el Gobierno no tiene interés o control: jubilaciones, salud o educación y dispone partidas privilegiadas para la SIDE, la seguridad y las cajas que maneja arbitrariamente el autollamado “Triangulo de hierro”, vean sino la pauta publicitaria de YPF, cercana a los 100 mil millones de pesos. Y también, que la gente se olvide rápido de que hace poco más de un año decía tener a disposición los dólares para “dolarizar la economía porque el peso es excremento” y así poder “dinamitar” el Banco Central, y hoy pide dólares al FMI para fortalecer el peso y las reservas del Banco Central. Un cambio de opinión más “casta” que éste sería difícil de conseguir.
Culmina así una semana de malas nuevas para el gobierno de Javier Milei, en la que no pasó desapercibido que se inició la primera demanda colectiva por la estafa $LIBRA en tribunales de Nueva York, donde no está imputado pero sí mencionado como alguien con mucha responsabilidad en los eventos “por su alto perfil” que generó “una apariencia de legitimidad y una falsa garantía sobre el potencial económico del Token”; así está redactado en el punto 51 del escrito judicial. Milei suspendió sus viajes a España y a Israel y Chile, dicen que le aconsejaron no viajar, no salir del país hasta que la investigación esté más clara respecto a su responsabilidad, no vaya a ocurrir que una novedad negativa lo sorprenda en el exterior donde la justicia es independiente de sus intereses.
La única buena noticia se la dio la Cámara de Diputados, donde la oposición actuó con responsabilidad cívica y le tendió una mano, justamente al presidente más ingrato con el resto de la política que se recuerde, el mismo que los señala con culpa cuando ellos no hacen ahora lo mismo que antes hizo él como opositor. No sorprende, como dijo alguna vez Miguel de Cervantes “la ingratitud es hija de la soberbia”.