Empecé a leer comics Marvel en las ediciones de Vértice allá por 1977, y no he parado de hacerlo, alternándolo con todo tipo de comics, a excepción del Manga. El poeta Luis Alberto de Cuenca me invitó a su casa siendo Secretario de Estado de Cultura, me enseñó su magnífica colección de comics y me regaló 300, de Frank Miller. Años después Marvel estrenó su primer película, Capitán América, una cinta muy entretenida. Desde entonces, con algunos aciertos y fallos garrafales, la compañía, en lo cinematográfico, ha ido en declive, mientras los comics mantienen un buen tono y fueron capaces de incorporar, con la normalidad merecida, a un puñado de personajes del colectivo LGTBI, algo que no traspasó el formato...
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