Luis Béjar, «el gran escritor toledano de las últimas décadas que no dejaba indiferente a nadie»
La misma tarde en la que la leucemia se lo llevó para siempre, Luis Béjar entregó a Antonio Pareja el manuscrito de su última novela. Aquello fue hace casi 14 años, en julio de 2011, y desde entonces Pareja guardó el texto celosamente en una carpeta. No se atrevía a publicarlo porque sentía que Béjar no había realizado todas las correcciones que quería. Sin embargo, la pasada primavera lo volvió a releer y llegó a una conclusión: en realidad, sería «un desatino negar a la ciudad este libro». ' El sueño del reptil' (Los libros del rinoceronte, 2025) acaba de ver la luz. Se presentó este miércoles en la Sala Capitular del Ayuntamiento, «la que siempre que abre las puertas es por una ocasión especial, que se lo digan a los novios cada sábado», dijo el alcalde, Carlos Velázquez , secundado por el editor y por Miguel, hijo de Béjar. Meintras, el periodista Enrique Sánchez Lubián glosó la figura de quien considera «el gran escritor de Toledo de las últimas décadas y una persona que no dejaba indiferente a nadie». Sánchez Lubián explicó que 'El sueño del reptil' es «una de esas novelas que te enganchan rápidamente», centrada en el famoso crimen de Moraleda de 1934 , en la relación de Béjar con su padre y en las andanzas, reales o no, de los integrantes de la Orden de Toledo (unos tales Luis Buñuel, Salvador Dalí, Rafael Alberti, Federico García Lorca...). El periodista cree que este libro póstumo sigue la estela de 'Ángel Guerra', de Benito Pérez Galdós, o de 'La catedral', de Vicente Blasco Ibáñez, donde la ciudad «no sólo es un marco o escenario, sino que se convierte en un protagonista más». Por su parte, Pareja cree que, pese a ser «muy valorado por los críticos», Béjar es «uno de los grandes desconocidos de la literatura española». Algo que el propio autor achacaba a que «empeñarse en vivir en Toledo significa no existir». «Tenía una relación de amor-odio con la ciudad, de la que no se podía separar», aseguró el editor. Concejal del Partido Comunista en las dos primeras legislaturas de la democracia, el escritor comía de su gran pasión, la literatura, que enseñaba a los adolescentes en el instituto El Greco . «Dejó huella y fue un referente para todos los alumnos», reconoció Velázquez, uno de ellos.
La misma tarde en la que la leucemia se lo llevó para siempre, Luis Béjar entregó a Antonio Pareja el manuscrito de su última novela. Aquello fue hace casi 14 años, en julio de 2011, y desde entonces Pareja guardó el texto celosamente en una carpeta. No se atrevía a publicarlo porque sentía que Béjar no había realizado todas las correcciones que quería. Sin embargo, la pasada primavera lo volvió a releer y llegó a una conclusión: en realidad, sería «un desatino negar a la ciudad este libro». ' El sueño del reptil' (Los libros del rinoceronte, 2025) acaba de ver la luz. Se presentó este miércoles en la Sala Capitular del Ayuntamiento, «la que siempre que abre las puertas es por una ocasión especial, que se lo digan a los novios cada sábado», dijo el alcalde, Carlos Velázquez , secundado por el editor y por Miguel, hijo de Béjar. Meintras, el periodista Enrique Sánchez Lubián glosó la figura de quien considera «el gran escritor de Toledo de las últimas décadas y una persona que no dejaba indiferente a nadie». Sánchez Lubián explicó que 'El sueño del reptil' es «una de esas novelas que te enganchan rápidamente», centrada en el famoso crimen de Moraleda de 1934 , en la relación de Béjar con su padre y en las andanzas, reales o no, de los integrantes de la Orden de Toledo (unos tales Luis Buñuel, Salvador Dalí, Rafael Alberti, Federico García Lorca...). El periodista cree que este libro póstumo sigue la estela de 'Ángel Guerra', de Benito Pérez Galdós, o de 'La catedral', de Vicente Blasco Ibáñez, donde la ciudad «no sólo es un marco o escenario, sino que se convierte en un protagonista más». Por su parte, Pareja cree que, pese a ser «muy valorado por los críticos», Béjar es «uno de los grandes desconocidos de la literatura española». Algo que el propio autor achacaba a que «empeñarse en vivir en Toledo significa no existir». «Tenía una relación de amor-odio con la ciudad, de la que no se podía separar», aseguró el editor. Concejal del Partido Comunista en las dos primeras legislaturas de la democracia, el escritor comía de su gran pasión, la literatura, que enseñaba a los adolescentes en el instituto El Greco . «Dejó huella y fue un referente para todos los alumnos», reconoció Velázquez, uno de ellos.
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