Los ceses decretados por Albares provocan una movilización nunca vista en Exteriores

1. “Clima de terror”
2. Apoyo de CSIF
3. Comportamientos autoritarios
4. Rota la ley del silencio
5. Próximos al PP
6. El recurso al ‘motorista’

Los ceses de embajadores decretados en las últimas semanas por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, han sido el detonante para que diplomáticos y otros funcionarios de su departamento se hayan movilizado y hayan roto lo que califican de “ley del silencio”, según ha podido constatar Confidencial Digital.

La primera formación sindical en denunciar la “arbitrariedad” y la falta de transparencia y objetividad por parte del ministro en los relevos de embajadores fue la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), a la que están afiliados cerca del 70 % de los miembros de la Carrera.

“Clima de terror”

La presencia en los medios de comunicación del nuevo presidente, Alberto Virella, denunciando el clima de terror que vive el Ministerio desde la llegada de Albares, ha movilizado a los diplomáticos y también a otras formaciones sindicales que habían mantenido hasta ahora un perfil más bajo.

Por vez primera un presidente de la ADE ha aparecido con su voz para denunciar las cosas que consideran que no van bien en el funcionamiento del Ministerio. Eso ha provocado, según le cuentan a Confidencial Digital, que hayan pedido asociarse en pocos días una veintena de diplomáticos que la habían abandonado o no tenían interés por sus servicios.

Apoyo de CSIF

La Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), mayoritaria en la Administración Pública española, hizo pública una nota en la que expresa su apoyo a las declaraciones de Virella, “en las que denuncia -subraya- la preocupante situación en el Ministerio de Asuntos Exteriores, marcada por el miedo, la ley del silencio y el apartamiento de profesionales cualificados”.

La nota repudia también que, tanto los diplomáticos como otros trabajadores del Ministerio en España o en el exterior, tengan que sufrir el “abuso del sistema de libre designación, que se ha convertido en una herramienta para premiar a personas afines en lugar de seleccionar a los profesionales más adecuados”.

Comportamientos autoritarios

Insiste en que “la discriminación, la falta de reconocimiento profesional y la arbitrariedad en la gestión han sido una constante en la estructura del Ministerio”.

Y añaden: “El deterioro del Ministerio de Asuntos Exteriores es el resultado de una gestión basada en la discrecionalidad y en una cultura institucional que ha permitido durante demasiado tiempo comportamientos autoritarios, y de menosprecio hacia otros empleados llegando incluso a la emisión de Notas Reservadas o solicitudes de inspección para justificar ceses arbitrarios, mancillando en muchos casos el expediente de trabajadores honestos que han priorizado hacer su trabajo conforme a la ley mejor que al dictado caprichoso del jefe de turno”.

Por todo ello, CSIF considera que es “imprescindible poner fin a estas prácticas y establecer un modelo de gestión basado en el mérito, la transparencia y el respeto a todos los empleados públicos”.

Rota la ley del silencio

La avalancha de informaciones -difundidas sobre todo la pasada semana- sobre las actuaciones del ministro cesando a varios embajadores por motivos políticos, diferencias personales o necesidad de atender las necesidades de los diplomáticos más afines ha provocado una reacción en el Ministerio con la que Albares no contaba.

“Se ha roto la ley del silencio impuesta en estos últimos años y la gente está perdiendo el miedo, aunque todavía hay quien teme verse perjudicado si habla con periodistas o se rebela ante situaciones injustas”, afirma un veterano diplomático.

“En cualquier caso -aseguran otros diplomáticos- la situación que vive el Ministerio no se había dado nunca hasta ahora. Hay una gran desmotivación y muchos antiguos embajadores están en los pasillos o incluso en su casa desde hace más de un año, porque no se les da ninguna tarea que hacer”.

Próximos al PP

“El motivo -agregan- es que el ministro no confía en ellos, porque los considera próximos al PP y además no quiere cerca a personas con experiencia que le puedan decir que se está equivocando en uno u otro asunto. Prefiere rodearse de gente más joven, a los que ya se llama en el Ministerio ‘los niños soldados’”.

La desconfianza del ministro hacia todo lo que no pueda controlar directamente alcanza a la publicación de artículos por parte de diplomáticos o incluso a las entrevistas que pueden conceder a medios locales embajadores en otros países. “Ni siquiera con motivo de visitas de los Reyes se ha dado permiso para la realización de declaraciones por parte de los embajadores, algo que no se había visto nunca, y que incluso se fomentaba, sin ir más lejos, cuando al frente del Ministerio estaban Josep Borrell o Arancha González Laya”, insiste otro diplomático con años de experiencia en varias capitales.

Asimismo, señalan que, para tratar de rebatir que existe discriminación por motivos políticos nombra a dos o tres embajadores que fueron altos cargos con los ‘populares’ y lo repite una y otra vez.

El recurso al ‘motorista’

Muchos embajadores temen que, como les sucedió a Juan González-Barba (Croacia), Alberto Antón (Bélgica, Guillermo Kirpatrick (Corea del Sur), Victoria González Román (Dinamarca) y Raimundo Robredo (Sudáfrica), les llegue la nueva versión del “motorista” de tiempos de Franco, que es “la llamada” en las que se les anuncia que se les terminó su estancia en esos países antes de lo que esperaban.

Además de la destitución del embajador en Corea por entrevistarse con Isabel Díaz Ayuso.

Mientras, como informó en su momento ECD, Albares ha dejado sin embajada a un importante número de subdirectores generales que son quienes llevan el peso principal del trabajo en el Ministerio.

El ministro ya ha comenzado a adjudicar alguna de la veintena de embajadas que sacó a concurso en noviembre del pasado año, para irlas cubriendo a lo largo de 2025. Así, Laura Oroz será la nueva embajadora en Chile; Félix Costales, el nuevo embajador en Nigeria, Javier Carbajosa, hasta ahora embajador en Qatar lo será en Arabia Saudí; Paloma Serra irá a Tanzania, sustituyendo a Jorge Moragas; Álvaro Renedo, actual embajador en Albania, pasaría a ser embajador en Qatar; y Emilio Pin cubriría la vacante dejada en Emiratos Árabes Unidos por Íñigo de Palacio, nombrado embajador en Japón. Por su parte, Luis Alfonso Sánchez-Vellisco será embajador en Nueva Zelanda.