Requisitos para aprender a ahorrar

Saber que tenés un fondo para emergencias, que podés disfrutar sin endeudarte y que tus ingresos están alineados con tus metas aporta tranquilidad y confianza

Feb 18, 2025 - 12:10
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Requisitos para aprender a ahorrar

Ahorrar no es simplemente guardar lo que sobra a fin de mes; es un hábito que se aprende y puede cambiar tu vida financiera por completo. En este artículo, que forma parte de la segunda entrega de una serie dedicada a tus finanzas personales, vamos a acompañarte en los primeros pasos para dar ese gran salto: empezar a ahorrar. Poco importa si nunca te pusiste a analizar tus gastos o si creés que con tus ingresos ahorrar es una misión imposible. Con las estrategias y herramientas adecuadas, ahorrar puede ser una realidad para cualquiera. Te lo vamos a explicar de manera clara y sencilla, sin tecnicismos, para que no tengas que ser un experto en finanzas para arrancar. Vamos juntos en este camino, con los siguientes cuatro pasos, para que desarrolles un hábito esencial para tu bienestar financiero.

1. Importancia de los hábitos de ahorro

Ahorrar no es algo que se logra de la noche a la mañana ni un acto ocasional; es un hábito que se construye con constancia, disciplina y un propósito claro. Como cualquier otro hábito, requiere compromiso, pequeñas acciones diarias y una meta que te motive a seguir adelante. Una de las estrategias más efectivas para desarrollar este hábito es aplicar la regla de “págate a vos mismo primero” ¿Qué significa esto? Consiste en separar al menos el 10% de tus ingresos apenas los recibís, destinándolo directamente al ahorro antes de usar el resto para tus gastos. De esta manera, el ahorro se convierte en una prioridad y no en algo que haces solo si queda dinero a fin de mes. Es un pequeño cambio de mentalidad que marca una gran diferencia en tus finanzas. Cuando no tenemos un sistema claro, el dinero suele “desaparecer” en gastos innecesarios, dejándonos con esa sensación de que nunca alcanza. Por eso, construir un hábito de ahorro tiene que ver con planificar y organizar tus finanzas de forma intencional y estratégica.

2. Trabajá sobre el estímulo del ahorro

Para que el hábito de ahorrar sea sostenible, es clave que esté conectado a un objetivo concreto. Si no tenés una meta clara, es mucho más fácil que pierdas la motivación y abandones el esfuerzo. Por eso, el primer paso es definir para qué querés ahorrar, y para ello te proponemos los siguientes objetivos escalonados. i) Primer objetivo: Fondo de emergencia. Tu prioridad debería ser crear un fondo de emergencia antes que nada. Este fondo tiene que equivaler a seis meses de tus ingresos mensuales y estar reservado exclusivamente para cubrir imprevistos, como reparaciones urgentes o gastos médicos inesperados. Es importante que este ahorro sea fácil de acceder y altamente líquido, para que puedas disponer de él rápidamente si lo necesitás. En esta nota te cuento más sobre la importancia de este tipo de ahorro. ii) Segundo objetivo: Ahorrar para invertir. Una vez que tengas tu fondo de emergencia cubierto, el siguiente paso es empezar a ahorrar con un propósito más ambicioso: invertir. Invertir no solo protege tus ahorros del efecto de la inflación, sino que también te permite generar ingresos pasivos y aumentar tu patrimonio con el tiempo. Opciones recomendadas para tus primeras inversiones: Plazos fijos: Una alternativa sencilla y segura para obtener rendimientos básicos. Bonos y obligaciones negociables: Instrumentos que ofrecen mayor rentabilidad a cambio de un poco más de riesgo. Fondos comunes de inversión: Si estás empezando, los fondos Money Market o de renta fija son opciones ideales. Stablecoins (monedas estables): Una opción moderna que combina la estabilidad del dólar con la accesibilidad de las finanzas digitales. Luego de adquiridos, esas stablecoins deben ser colocadas a tasa. A medida que veas crecer tus ahorros e inversiones, esa satisfacción será tu mayor estímulo para seguir adelante.

3. Aplicá la supremacía de la tasa de ahorro sobre la tasa de inversión

Un error muy común es pensar que ahorrar no vale la pena si las inversiones no generan rendimientos altos. Sin embargo, lo que realmente marca la diferencia para construir riqueza no es solo cuánto rinde tu dinero, sino cuánto lográs ahorrar de forma constante. Los estudios y la experiencia muestran que la tasa de ahorro tiene más peso que la tasa de inversión cuando se trata de alcanzar tus objetivos financieros. Imaginemos dos escenarios: Una persona ahorra el 5,5% de su ingreso mensual y lo invierte al 1% anual durante 30 años. Otra persona ahorra solo el 1% de su ingreso mensual, pero lo invierte al 10% anual durante el mismo período. Aunque pueda parecer sorprendente, quien ahorra de manera consistente un mayor porcentaje de sus ingresos (a pesar de obtener una rentabilidad baja) acumulará más riqueza que quien ahorra muy poco buscando altos rendimientos. ¿Por qué sucede esto? El ahorro tiene su fuerza en la cantidad que lográs acumular a lo largo del tiempo, no solo en la rentabilidad que puedan generar tus inversiones. Ser disciplinado y destinar un porcentaje significativo de tus ingresos al ahorro es lo que realmente genera un impacto duradero en tu patrimonio. Si bien buscar inversiones con buenos rendimientos es importante, no debería reemplazar el hábito de ahorrar de forma constante. La “tasa de ahorro” —el porcentaje de tus ingresos que destinás al ahorro— tiene un impacto mucho mayor en tus finanzas que las tasas de interés que puedas obtener.

4. Optimizá tus gastos

El camino hacia el ahorro no termina cuando separás una parte de tus ingresos apenas cobrás. Un paso clave para maximizar tus finanzas es optimizar tus gastos. Esto significa aprender a diferenciar entre lo que es realmente necesario, lo que podés disfrutar con moderación y lo que podés reducir o eliminar por completo. Para poder llevar esto adelante en tu presupuesto mensual, es necesario primero aprender sobre los distintos tipos de gastos, diferenciando entre gastos positivos y gastos negativos. Tipos de gastos positivos i) Gastos necesarios: Estos son los indispensables para vivir, como vivienda, alimentos, salud, transporte e impuestos esenciales. Identificarlos correctamente es crucial, evitando caer en la trampa de justificar deseos como necesidades. Por ejemplo, el costo de la vivienda no debería superar el 30% de tus ingresos. Buscar una alternativa que se ajuste a tu presupuesto puede marcar una gran diferencia en tu situación financiera. ii) Gastos inteligentes por disfrute: Darse gustos es parte de una vida equilibrada, pero estos gastos deben ser planificados y moderados. Un gasto por disfrute es inteligente cuando no compromete tus finanzas y podés cubrirlo con ahorros. Un buen ejemplo es pagar unas vacaciones en efectivo: un gasto planificado y razonable. En cambio, financiarlas con tarjeta de crédito puede transformarlas en una deuda innecesaria que afecte tus finanzas a futuro. iii) Gastos inteligentes por inversión: Son aquellos que implican un desembolso hoy, pero que traen beneficios a largo plazo. Ejemplos incluyen cursos de formación, la cuota del gimnasio si lo utilizás regularmente, electrodomésticos eficientes que reducen el consumo energético o seguros que protegen tu patrimonio. Estas inversiones no solo mejoran tu calidad de vida, sino que también generan ahorros a largo plazo. Tipos de gastos negativos i) Gastos ocultos y derivados: Los gastos ocultos son pequeños costos que pasan desapercibidos, como comisiones bancarias, tarifas extra en servicios o sobreprecios. Por otro lado, los gastos derivados surgen de un gasto principal. Por ejemplo, comprar una mascota implica costos adicionales como comida y veterinario, mientras que tener un auto genera mantenimiento, combustible y seguros.Ser consciente de estos gastos te permitirá tomar decisiones más informadas y evitar sorpresas en tu presupuesto. ii) Gastos hormiga: Estos son pequeños desembolsos que, aunque parecen insignificantes, se acumulan y pueden representar hasta el 25% de tus ingresos mensuales. Ejemplos comunes incluyen cafés al paso, snacks, taxis, compras impulsivas o comisiones innecesarias. Identificar y reducir estos gastos puede liberarte miles de pesos al año que podrías destinar al ahorro o a inversiones más útiles ii) Gastos diferidos: Son aquellos que disfrutás en el presente pero pagás en el futuro, generalmente financiados con tarjetas de crédito. Aunque pueden parecer una solución rápida, suelen convertirse en una “trampa de deuda.” Cuando llega el momento de pagar, el disfrute ya pasó y solo queda la carga económica. Evitar este tipo de gastos y priorizar el ahorro es clave para mantener tus finanzas en equilibrio.

Conclusión

Ahorrar no es solo una estrategia financiera; es un acto de autoconciencia y una apuesta por el futuro. Cada peso que apartás, cada gasto que ajustás y cada decisión que prioriza el largo plazo sobre la satisfacción inmediata representa mucho más que un saldo positivo en tu cuenta bancaria: representa la construcción de tu libertad. Esa libertad que te da el ahorro no se limita al ámbito económico; también es emocional. Saber que tenés un fondo para emergencias, que podés disfrutar sin endeudarte y que tus ingresos están alineados con tus metas te aporta tranquilidad y confianza. Es una seguridad que no tiene precio y que transforma cómo enfrentás los desafíos de la vida. La seguimos la semana que viene con la entrega de la última nota de esta tríada: Requisitos para hacer crecer tu patrimonio. ¡Hasta entonces!