EN el otoño de 2007, ese tipo distinguido con el Premio Nobel de la Nada que respondía por Al Gore vino a Sevilla para reñirnos a todos como sólo los iluminados por la gracia de la superioridad moral saben hacerlo. Que su verdadero oficio fuese lobista de las energías renovables a despecho de los miles de litros de queroseno que quemaba el jet privado con el que se plantó en San Pablo era un detalle baladí. «Cabalgar contradicciones», llamaba a la figura un combativo feminista… a sueldo de la teocracia iraní. Eran tiempos de despilfarro sin medida y el Ayuntamiento (del PSOE) invitó al tótem progresista del momento, recién derrotado en las urnas por Bush Junior, para alertar sobre los...
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