La parroquia de San Francisco Javier es la última del polígono de San Pablo. No sólo geográficamente, ya en la linde del barrio D con Santa Clara. Es la menos valiosa desde el punto de vista arquitectónico de ese esfuerzo de renovación pastoral y litúrgica que supusieron las iglesias posconciliares del polígono de San Pablo, hoy aquejadas de muchos achaques como la cercana de San Ignacio de Loyola. En San Francisco Javier se está bien. Es cómoda, luminosa, ofrece buena visión del altar desde todos los ángulos y el confesionario está en una capilla lateral enfrente de la sacramental: se admira uno de tanta claridad en el programa constructivo. La personalidad se la confieren las lámparas de forja , los...
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