Leiva se sincera sobre el problema de salud que lo ha obligado a parar: «He estado varios meses sin hablar»
Tras una semana de lo más variopinta con las visitas de los Hombres G, Karla Sofía Gascón y Pedro Piqueras, ' El Hormiguero' cerró la semana al ritmo de uno de los artistas españoles más populares y consagrados del panorama musical, horas antes de la publicación de su nuevo trabajo. J osé Miguel Conejo Torres, o lo que es lo mismo, Leiv a, presentó en el 'show' de las hormigas el álbum 'Gigante' , que sale a la venta el 4 de abril. Describir en pocas palabras la esencia del disco era tarea complicada, sin embargo, lo logró. «Sin querer y de manera accidental me ha salido algo muy confesional. Más de lo que quería y pensaba. Siento que si viniera un noruego, por ejemplo, y estuviera con él charlando una hora, me conocería menos que si le pusiera mi disco». Pablo Motos mencionó una frase del proyecto que le había tocado especialmente, y que decía «no me des por muerto, solo llevo un disparo en el ala». «Es una manera de decir 'llevo una marca, pero no estoy en el suelo y todavía tengo energía y voluntad de seguir adelante'», explicó el cantautor, cuyo 'Gigante' ha grabado mitad en Madrid, mitad en un rancho de Texas, algo que llamó la atención del anfitrión. «No había un sitio más raro donde grabarlo…», ironizó Motos. De hecho, apuntó Leiva , «el pueblo se llama Tornillo, es enano». «Es un templo de aparatos vintage super antiguos. Ahí se graba en cinta, en analógico. Entonces, es una experiencia muy bonita porque tienes que convivir con el error, no tienes la posibilidad que te da lo digital de hacer 100 tomas de voz. Se decide la más emocionante, que no es necesariamente la que mejor está tocada. Eso te conecta con lo esencial y te quitas de hostias. Pero pasan dos cosas: tienes que tocar muy bien y estar muy conectado, exige un compromiso mayor que grabar en digital», desarrolló. Motos quiso saber también cómo fue un videoclip en plano secuencia. Y al hilo de la conversación salió a relucir la hipocondría del artista, una condición de la que se encuentra algo más recuperado, «ya no voy a urgencias dos veces por semana», confesó. Ante el interés del presentador, el invitado acabó relatando el motivo más surrealista por el que acudió a emergencias. «Esto es absurdo… Una vez abriendo la puerta, me di un golpe en la frente, pero muy pequeño. Y a los minutos empecé a notar que la cabeza, ligeramente, se me iba hacia la izquierda», reveló. Lógicamente al llegar al hospital el médico no necesitó pruebas cuando le contó lo que le pasaba, y lo mandó a casa directamente. Después de la anécdota, Leiva contó más detalles del disco, como la colaboración que incluye con Robe Iniesta de Extremoduro, 'Caída libre'. Un tema que nace de un verso de un gran amigo «que estuvo metido en una depresión de las profundas». Un día le enseñó un verso que decía «hay un millón de muebles que mover, pero no consigo ver detrás de cuál está lo que he perdido». Le pareció que definía lo que se siente en una depresión, «que estás muy desesperado, pero no entiendes el motivo». Ambos intentaron ponerle forma de canción a esa depresión. En en el proceso de la composición, Leiva escuchaba a Robe . «Ni siquiera era un deseo colabora con él porque era consciente de que le dice que no a todo el mundo. Aunque al principio no lo quería intentar y no lo conocía personalmente, le mandó el tema sabiendo que era muy probable que lo rechazara». Pero le gustó, y le dijo que sí, contra todo pronóstico. Y la experiencia ha sido de lo más satisfactoria, aseguró. «Solo he visto el lado maravilloso de él, implicado, majo, muy brillante». Además del anuncio del álbum, Leiva aprovechó la entrevista para informar a sus fans sobre una próxima gira, donde ha introducido un sistema para evitar «la lacra de la reventa de entradas». También rememoró junto a Motos cómo a los 17 años consiguió dinero para comprarse su primera batería, trabajando de repartidor de pizza a espaldas de sus padres. Finalmente, el artista se sinceraba acerca de los problemas que ha sufrido en las cuerdas vocales. «Me han intervenido varias veces. Esta es la tercera vez que me operan y he pasado muchos meses sin voz, cuando digo mucho son muchos. He estado seis meses sin hablar». «Que te pase esto te inhabilita mucho, porque no puedes hablar por teléfono, ir a la compra, y más si eres cantante, porque todo el mundo te pregunta qué te pasa. Es una putada. Problemas gordos son otros, pero como cantante es un obstáculo». «Hoy estoy estrenándome hablando aquí en público», confesaba.
Tras una semana de lo más variopinta con las visitas de los Hombres G, Karla Sofía Gascón y Pedro Piqueras, ' El Hormiguero' cerró la semana al ritmo de uno de los artistas españoles más populares y consagrados del panorama musical, horas antes de la publicación de su nuevo trabajo. J osé Miguel Conejo Torres, o lo que es lo mismo, Leiv a, presentó en el 'show' de las hormigas el álbum 'Gigante' , que sale a la venta el 4 de abril. Describir en pocas palabras la esencia del disco era tarea complicada, sin embargo, lo logró. «Sin querer y de manera accidental me ha salido algo muy confesional. Más de lo que quería y pensaba. Siento que si viniera un noruego, por ejemplo, y estuviera con él charlando una hora, me conocería menos que si le pusiera mi disco». Pablo Motos mencionó una frase del proyecto que le había tocado especialmente, y que decía «no me des por muerto, solo llevo un disparo en el ala». «Es una manera de decir 'llevo una marca, pero no estoy en el suelo y todavía tengo energía y voluntad de seguir adelante'», explicó el cantautor, cuyo 'Gigante' ha grabado mitad en Madrid, mitad en un rancho de Texas, algo que llamó la atención del anfitrión. «No había un sitio más raro donde grabarlo…», ironizó Motos. De hecho, apuntó Leiva , «el pueblo se llama Tornillo, es enano». «Es un templo de aparatos vintage super antiguos. Ahí se graba en cinta, en analógico. Entonces, es una experiencia muy bonita porque tienes que convivir con el error, no tienes la posibilidad que te da lo digital de hacer 100 tomas de voz. Se decide la más emocionante, que no es necesariamente la que mejor está tocada. Eso te conecta con lo esencial y te quitas de hostias. Pero pasan dos cosas: tienes que tocar muy bien y estar muy conectado, exige un compromiso mayor que grabar en digital», desarrolló. Motos quiso saber también cómo fue un videoclip en plano secuencia. Y al hilo de la conversación salió a relucir la hipocondría del artista, una condición de la que se encuentra algo más recuperado, «ya no voy a urgencias dos veces por semana», confesó. Ante el interés del presentador, el invitado acabó relatando el motivo más surrealista por el que acudió a emergencias. «Esto es absurdo… Una vez abriendo la puerta, me di un golpe en la frente, pero muy pequeño. Y a los minutos empecé a notar que la cabeza, ligeramente, se me iba hacia la izquierda», reveló. Lógicamente al llegar al hospital el médico no necesitó pruebas cuando le contó lo que le pasaba, y lo mandó a casa directamente. Después de la anécdota, Leiva contó más detalles del disco, como la colaboración que incluye con Robe Iniesta de Extremoduro, 'Caída libre'. Un tema que nace de un verso de un gran amigo «que estuvo metido en una depresión de las profundas». Un día le enseñó un verso que decía «hay un millón de muebles que mover, pero no consigo ver detrás de cuál está lo que he perdido». Le pareció que definía lo que se siente en una depresión, «que estás muy desesperado, pero no entiendes el motivo». Ambos intentaron ponerle forma de canción a esa depresión. En en el proceso de la composición, Leiva escuchaba a Robe . «Ni siquiera era un deseo colabora con él porque era consciente de que le dice que no a todo el mundo. Aunque al principio no lo quería intentar y no lo conocía personalmente, le mandó el tema sabiendo que era muy probable que lo rechazara». Pero le gustó, y le dijo que sí, contra todo pronóstico. Y la experiencia ha sido de lo más satisfactoria, aseguró. «Solo he visto el lado maravilloso de él, implicado, majo, muy brillante». Además del anuncio del álbum, Leiva aprovechó la entrevista para informar a sus fans sobre una próxima gira, donde ha introducido un sistema para evitar «la lacra de la reventa de entradas». También rememoró junto a Motos cómo a los 17 años consiguió dinero para comprarse su primera batería, trabajando de repartidor de pizza a espaldas de sus padres. Finalmente, el artista se sinceraba acerca de los problemas que ha sufrido en las cuerdas vocales. «Me han intervenido varias veces. Esta es la tercera vez que me operan y he pasado muchos meses sin voz, cuando digo mucho son muchos. He estado seis meses sin hablar». «Que te pase esto te inhabilita mucho, porque no puedes hablar por teléfono, ir a la compra, y más si eres cantante, porque todo el mundo te pregunta qué te pasa. Es una putada. Problemas gordos son otros, pero como cantante es un obstáculo». «Hoy estoy estrenándome hablando aquí en público», confesaba.
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